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Curacion del aojamiento

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En Allo (N) un vidente recetó hace pocos años a una persona que recogiera agua bendita de varias catedrales y tras mezclarlas asperjara con ella al sujeto al que se creía aojado.
En Mendaro (G) según la encuesta del Ateneo (1902) rociaban con agua bendita de tres pilas distintas al niño que se creía aojado. Des- pués Después le secaban con la camisa del padre y si se sabía quien le había causado el aojamiento se lavaba la cara de la criatura con el agua con la que se había lavado el causante del mal<ref>Encuesta del Ateneo de Madrid (1901-1902). ADEL.</ref>.
En Elorrio (B) utilizaban para este rito el agua bendita de tres pilas de la iglesia. Tanto a Aramaio (A) como a Gatzaga (G) llevaban el agua bendita de Elorrio (B) y además de las localidades de Sorlada y de los Arcos (N)<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid: 1935, p. 125.</ref>.
En nuestras encuestas de Bermeo y Busturia se han registrado ritos similares.
En Busturia (B) para curar a un niño el mal de ojo llamaron a una mujer de la vecindad yésta realizó el siguiente rito de sanación: derritió un pedazo de plomo, calentó agua hasta ponerla hirviendo y echó en ella el plomo derretido. Al contacto del agua con el plomo derretido se formó vapor y en ese vaho, sorpresivamente, apareció “fulana de tal”; una niña de 12 años; era la que le causó el mal de ojo al niño. La figura no ofrecía ninguna duda, allí estaba su semblante y todas sus características, manos, rostro, ojos; todo. Con este rito y con los rezos la criatura quedó tranquila y en paz libre del mal.
Otro procedimiento para curar el aojamiento es el siguiente. En una sartén se pone a calentar un trozo de plomo; una vez que ha alcanzado el punto de fundido se vierte a una taza y sobre el plomo fundido se echa agua fría. Al punto el plomo se solidifica formando diversas figuras: corazón, santos de la iglesia, personas y agujas en punta. La que ejecuta el rito ha de interpretar estas figuras y comunicar al que padece el mal quién ha sido el causante o la causante del maleficio con palabras como éstas: “tiene el corazón limpio” o “ha sido una persona que ha tenido muchas agujas (dolores)” o “ha sido en la iglesia”. Tras esta identificación queda libre del mal de ojo<ref>Un rito semejante se practicaba en Bermeo (B). En él se identificaba al aojador mediante las figuras que resultaban de la solidificación del plomo derretido. Vide Anton ERKOREKA. “Begizkune” in ''Etniker Bizkaia. ''Núm. 1-4 (1991) pp. 51-58.</ref>.
Procedimientos curativos del mal de ojo semejantes a los descritos recogió Barandiaran en la primera década del siglo XX en Bermeo y Maruri (B)<ref>José Miguel de BARANDIARAN. “Paletnografía vasca” in ''Euskalerriaren Alde'', X. San Sebastián: [s.n.], 1920, p. 460.</ref>.
   ésta realizó el siguiente rito de sanación: derritió un pedazo de plomo, calentó agua hasta ponerla hirviendo y echó en ella el plomo derretido. Al contacto del agua con el plomo derretido se formó vapor y en ese vaho, sorpresivamente, apareció “fulana de tal”; una niña de 12 años; era la que le causó el mal de ojo al niño. La figura no ofrecía ninguna duda, allí estaba su semblante y todas sus ca- racterísticas, manos, rostro, ojos; todo. Con este rito y con los rezos la criatura quedó tranquila y en paz libre del mal. Otro procedimiento para curar el aojamiento es el siguiente. En una sartén se pone a calentar un trozo de plomo; una vez que ha alcanzado el punto de fundido se vierte a una taza y sobre el plomo fundido se echa agua fría. Al punto el plomo se solidifica formando diversas figuras: corazón, santos de la iglesia, personas y agujas en punta. La que ejecuta el rito ha de interpretar estas figuras y comunicar al que padece el mal quién ha sido el causante o la causante del maleficio con palabras como éstas: “tiene el corazón limpio” o “ha sido una persona que ha tenido muchas agujas (dolores)” o “ha sido en la iglesia”. Tras esta identificación queda libre del mal de ojo<ref></ref>. Procedimientos curativos del mal de ojo semejantes a los descritos recogió Barandiaran en la primera década del siglo XX en Bermeo y Maruri (B)59. Según la encuesta del Ateneo (1902) en Gernika (B) el último remedio para curar el ''begizkoa ''cuando todos los demás han sido ineficaces consiste en recurrir a las personas que tienen el don de curarlo que proceden de este modo: «teniendo la madre al niño la ''sacerdotisa ''les cubre con un lienzo; después derrite plomo en un cazo y lo vierte en una vasija con agua que coloca junto a la madre y el niño mientras dice estas cabalísticas palabras: “''Santa Anak egiñ eban Maria, Mariak Jesus andia, kendu deiola ume oneri bere begizko andia” andia''(Santa Ana hizo a María, María al gran Jesús que quite a este niño el gran mal de ojo que padece)»<ref>Encuesta del Ateneo de Madrid (1901-1902). ADEL.</ref>.
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