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En las localidades con población dispersa, teniendo en cuenta que había barrios y casas alejados del núcleo donde se encuentra la iglesia, y otras circunstancias como el mal estado de los caminos o el peso del difunto, fue frecuente establecer turnos para la conducción del cadáver. Generalmente se paraba en lugares convenidos, donde se procedía al [[Paradas_del_cortejo_funebre._Itxoinaldiak|relevo de los anderos<ref>Vide información complementaria en el apartado “Paradas del cortejo fúnebre” del capítulo ''El cortejo fúnebre''.</ref>]].
En algunas localidades se ha constatado, sin más explicitación, que los anderos se turnaban durante el trayecto de la conducción. Así se ha recogido en Amézaga de Zuya, Berganzo, Ribera Alta (A), Lezama, Muskiz (B), Baigorri (BN), Mélida y San Martín de Unx (N). También solía hacerse el cambio de anderos aprovechando la pausa que para el rezo del responso se hacía en las encrucijadas del camino (Carranza-B).