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Decía Don José Miguel de Barandiarán que «en muchos de los juegos infantiles palpita el espíritu de generaciones que pasaron y se descubren huellas de antiguas creencias...». Para ilustrar esta afirmación aportaba este hecho: «En el juego llamado ''Konzglo, ''muy usado en Ataún (Guipúzcoa), el que pierde es obligado a ponerse agachado contra la pared y a sostener al vencedor (que está montado a horcajadas sobre su espalda) , mientras no acierte el número de dedos que éste le coloca entre los hombros, diciendo al mismo tiempo: ''anda, manda, zenbat beatz. ''Es el mismo juego que el ''De codín de codán, ''de La Coruña, el de ''Recotín recotán ''de Sevilla, y el ''Bucca, bucca quot sunt hic? ''de los romanos»<ref>José Miguel de BARANDIARAN. «Contribución al estudio paletnológico del pueblo vasco. El magismo» in OO.CC. Tomo V. Bilbao, 1974, [Nota 2], pp. 230-231.</ref>.
Otro ejemplo de larga persistencia es el que ofrece el juego de «Tres en raya» que en varias zonas de Vasconia recibe el nombre de ''Artzain jokua ''(Juego de pastores) . El poeta latino Ovidio, describió este mismo juego hace dos milenios en su ''Ars amandi (III, ''365-366) con estos versos:<ref>Cfr. Rodrigo CARO. ''Días geniales o lúdricos. ''Madrid, Espasa Calpe, 1978, p. 163.</ref>:
<div style="margin-left:1cm;">:''Parva tabella capit ternos utrinque lapillos In qua vicisse est continuasse saos.''</div>
:Una pequeña tablilla recoge tres piedrecillas de cada uno de los dos jugadores / en la cual el haber vencido consiste en que sus (piedras) vayan seguidas una tras otra.
Juegos de gran arraigo como el infernáculo, llamado también entre nosotros el «truquemé», las tabas o las cunas han gozado de gran difusión fuera de Europa<ref>F.V. GRUNFELD. ''Juegos de todo el mundo. ''Unicef. Madrid, Edilán, 1978.</ref>.
Son sobre todo los cantos utilizados en los saltos de cuerda o en los juegos rítmicos los que retienen, a modo de los romances, alusiones a hechos pasados. Este es el caso de aquella canción de juego que recogió Juan Carlos Guerra en Mondragón el año 1915:
<div style="margin-left:1cm;">''Errege Don Felipen <br/>zaldunak garade. <br/>Oneitxek gaztetxuok <br/>zer gura ete dabe?<supref>7Juan Carlos de GUERRA. «Fruslerías vascas. Un juego infantil» in ''Euskalerriaren Al*, ''V (1915) p. 16.</ref></supdiv>
:Somos los caballeros / del rey Don Felipe. / Estos jovencitos / ¿qué es lo que desean?
Esta referencia ha de remontarse cuando menos al siglo '''XVIII, '''ya que el último rey con este nombre falleció en 1746.
Como causas de la crisis que se observa en los juegos infantiles tradicionales se mencionan frecuentemente estos dos factores: la carencia de espacios libres para jugar y la fascinación que ejerce la televisión sobre los niños. Sin minusvalorar tales causas, creemos que la crisis obedece a razones más complejas.
En la sociedad tradicional la vida e incluso el trabajo tenía como eje la casa y en todo caso se desarrollaba en un entorno próximo que componía una unidad social. El niño vivía en comunicación permanente con sus mayores y, a partir de cierta edad, comenzaba a tomar parte en las tareas de los adultos. En esta relación se transmitían de una generación a otra las habilidades y técnicas de los trabajos, los conocimientos, las creencias, las convicciones morales, los símbolos y sus significados.
Las tareas escolares desempeñaban un papel complementario y para la mayoría de los niños se limitaban al aprendizaje de la lectura, de la escritura y el cálculo.