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La oración por los miembros de la casa fallecidos constituía una parte integrante de estas oraciones recitadas ante la mesa familiar. Esta práctica fue habitual y común hasta hace unas décadas en todas las regiones, sobre todo de la Vasconia peninsular, tal como se constata en las encuestas.
Después de la bendición de la mesa se recitaban uno o varios «Pater noster» con invocaciones previas como: «Por los difuntos de la familia»; ''Etxe onetatik unten urten dabenen alde ''(por los que han salido de esta casa) ; o con intenciones más generales como: ''Purgatorioko animen alde ''(por las ánimas del Purgatorio) .
Cuando el fallecimiento era reciente y durante el periodo de luto esta invocación se singularizaba: «Por nuestro difunto».