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Conejos
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El conejo se mata aprisionándole las patas traseras con una mano de modo que quede colgando y desnucándolo mediante un fuerte golpe propinado detrás de las orejas con el canto de la otra. Hay quienes se valen de un leño, palo, hierro o cualquier otro objeto contundente, pero el golpe con la mano tiene la ventaja de no herir demasiado la cabeza del animal.
Se desangra practicándole un corte en el cuello, algunos seccionándole una oreja (ArtajonaNArtajona-N) y frecuentemente sacándole un ojo. La sangre no se aprovecha, al contrario de la de la gallina.
Una vez desangrado se cuelga de una pata, bien de un palo clavado en la pared, de un gancho, o de una viga del techo; o como hacen en Moreda (A), atado con una cuerda al pestillo de una puerta. Hay varias formas de despellejarlo, pero generalmente se comienza cortando con un cuchillo la piel de las patas traseras y después tirando de ella hasta la cabeza y las dos patas delanteras.
En Lezama (B), las porciones de conejo enharinadas se rehogan en la sartén y después se colocan en una cazuela de barro. Aparte se hace una salsa: Se pone en una sartén aceite con cebolla picada para que ésta se haga un poco. En el momento en que empieza a dorarse se le añaden dos cucharadas de harina o ''maizena. ''Se revuelve y se deja que la mezcla se dore. Llegado ese momento se adiciona caldo o en su defecto agua y se mantiene hirviendo unos minutos hasta que la salsa coja cuerpo. Se añade esta salsa al conejo de modo que lo cubra bien, permitiendo que hierva un poco a fuego lento. A la hora de servir a la mesa se adereza con patatas fritas.
En Lezama, con los menudos del conejo o la gallina se hace actualmente una paella. Es muy apreciada la que se elabora con el hígado, el corazón y la cabeza del conejo. Se pone en una cazuela aceite con cebolla y se deja que se dore. Cuando la cebolla está a medio hacer se le añade zanahoria, pimiento rojo, a veces guisantes y los menudos del conejo o gallina. Cuando están bien rehogados se añade el arroz y se revuelve. Se vierte entonces agua hirviendo previamente salada; la proporción de agua respecto al arroz es de tres a uno. Se deja hervir todo veinte minutos para que el arroz absorba el agua, se retira del fuego, se tapa y se deja reposar cinco minutos antes de servir a la mesa.
En Allo (N), los conejos se tomaban a veces asados (también sazonados con manteca y perejil), o cocidos con patatas, con tomate y pimiento, con caracoles, etc. Era frecuente, durante la trilla, llevar a la era guiso de conejo para merendar.
Fue plato de apuestas y bromas, como lo prueba el refrán de «dar gato por liebre».
En Algorta '''(B), '''sin embargo, se comía con bastante frecuencia en el Puerto Viejo. Se cocinaba en salsa, no desmereciendo en nada su sabor al del conejo. Para matar el gato se le metía en un saco y se golpeaba hasta atontarlo. Se decapitaba y a continuación se despellejaba y se le extraían las entrañas.
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