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En Mirafuentes (N) los muros presentan una anchura de unos 60 cm. Se cuidaba que tuvieran las dos caras con piedra buena ya que era lo que quedaba a la vista, rellenándose la zona interior con el material sobrante.
En San Martín de Unx (N) antaño tenían por lo general un grosor de 60 cm. De vez en cuando se colocaba una pasadera, que era una[[Image:Irudia5.png|top]] Fig. 133. Casa de piedra en el barrio de Irigoien, Uztarroz (Valle de Roncal-N), 2004. piedra que cruzaba el muro de lado a lado, y le confería estabilidad.
En algunas poblaciones los muros laterales se prolongan más allá de la fachada con un fin protector. Así, en Gorriti (N) había casas que tenían en uno o en ambos costados de la fachada salientes o avances de las paredes laterales, llamados ''fraileak'', que resguardaban a la fachada de los vientos más destemplados del invierno.
Un aspecto característico de las casas de Mélida (N) es que las situadas en las esquinas entre dos calles presentan en el ángulo unas grandes piedras recostadas cuya finalidad, según los informantes, era evitar que las ruedas de los carros chocaran con las fachadas al hacer el giro.
En estas construcciones más antiguas el lienzo exterior de la fachada solía estar cubierto de tabla de roble que ordinariamente tenía un metro escaso de longitud por quince centímetros de ancho. En uno de los costados terminaba en un filo llamado ''miztoa ''y en el otro llevaba una ranura para efectuar el ensamble. Se colocaba de forma muy parecida a las tejas, esto es, el extremo inferior de la tabla cubría el extremo superior de la de más abajo. La tabla antigua solía estar labrada con hacha y se llamaba por eso ''aizkola''.
En Goizueta (N) la madera ha sido una materia prima fundamental. Todavía se encuentra madera en algunas fachadas principales como cerramiento de la parte superior y en algunos casos también en las paredes laterales.
Con el transcurso del tiempo el uso de la madera como cerramiento ha quedado reducido a las construcciones complementarias.
Paradójicamente, en tiempos modernos se ha puesto de moda en las nuevas edificaciones colocar entramados de madera a modo de ornamentación en un intento por que las modernas casas se asemejen a las antiguas. Y a veces ni siquiera son de este material sino del mismo hormigón con el que está levantado o revocado el muro exterior, sólo que sobresaliendo sobre el plano de la fachada y pintados de modo que simulen el entramado.
Donde falta la piedra se recurre a la madera, si se dispone de ella, y si no a la tierra misma. En la comarca de Navarra desprovista de bosques y ocupada por los terrenos miocenos, que es la de los cursos inferiores de los ríos Ega, Arga y Aragón y la de las riberas del Ebro, se ha utilizado tradicionalmente la tierra como material de construcción de las paredes de las viviendas. Según la elaboración que se le dé se obtienen tres materiales distintos: el ladrillo, el adobe y el tapial. Para obtener el primero se cuece la tierra, para los segundos basta dejarla secarse al sol.
Pero el habitante de estas comarcas de Navarra utiliza también la tierra de otro modo: excavándola y habilitando un hueco dentro de ella, del cual hace su vivienda. Se trata de las cuevas o viviendas subterráneas.
Como la tierra en forma de materiales de construcción se diferencia poco en su color del suelo (el ladrillo de la ribera de Navarra es blanquecino), los pueblos parecen confundir-se confundirse con él. Es el caso de Caparroso, Cárcar, Lerín, Lodosa y Sesma.
La construcción con tierra parece contradecir en cierto modo la ley de la solidez, pero sólo en parte. Lo que sí es cierto es que este material, si se exceptúa el uso del ladrillo, era empleado exclusivamente para la construcción de las viviendas más humildes<supref>4Ibidem, pp. 109-110.</supref>.
Como ya ha quedado reflejado, el ladrillo es otro elemento frecuente en las paredes exteriores de las casas.
Según Urabayen la tierra cocida formando ladrillo se utiliza preferentemente al sur de Navarra<supref>5Ibidem, p. 79.</supref>. Sin embargo este material no ha sido exclusivo del territorio en el que la tierra ha resultado tan importante o más que la piedra, sino también de la zona septentrional. Conviene tener en cuenta que las tejeras fueron comunes en estas zonas y que además de tejas elaboraban ladrillos. Éstos, al igual que la madera, permitían aligerar el peso de los muros exteriores.
En Berganzo (A) los muros podían ser de mampostería, de sillería y de ladrillo, en este caso localizado en las zonas más altas de la casa.
En Aoiz (N) en algunas casas también se levantaron paredes de ladrillo. En las más antiguas era macizo, anaranjado y se dejaba a la vista. Hay pocos ejemplares que sigan este modelo y generalmente corresponden a recrecimientos en altura o a arreglos de casas antiguas.
En Agurain (A) en una de las casas descritas de la Calle Mayor, hasta la base de la segunda altura, la fachada es de piedra de sillería, don- de donde aparece un saliente de madera sobre el que se apoya la estructura del armazón también de madera para soportar el tejado. El relleno de media asta de ladrillo macizo completa el cierre de esta segunda planta. El último cuerpo de la fachada es también de ladrillo revocado con cal. En otra casa, de labranza, las paredes de la fachada y de la trasera son de media asta de ladrillo macizo y las de los costados de piedra de mampostería hasta el tejado.
En Markinez (A) el ladrillo, combinado con capas intermedias de yeso y arena, formaba parte de las paredes laterales de casas antiguas.
En Barañain (N) antiguamente todas las casas estaban hechas de mampuestos pero como se fueron deteriorando, las reconstruyeron con ladrillo sobre una base de mampuestos originales. Casi todos los ladrillos empleados eran del mismo tamaño, de unos 40x20x5 cm, macizos y del tipo antiguo sin agujeros.
Dice Urabayen que el ladrillo es la forma más perfecta de utilizar la tierra como material de construcción. La dureza que adquiere en la cocción le presta una solidez y duración muy grandes, aunque también cierta fragilidad. Pero una vez hecho pared es tan fuerte como la piedra. Si a esto se une la facilidad de su manejo por tratarse de piezas regulares, pequeñas y de poco peso, hace que su uso se haya extendido notablemente<supref>6</sup>. Con el transcurso del tiempo se ha convertido en el principal material de construcción a la hora de levantar tabiques tanto exteriores como interiores, dejándolo incluso a la vista. Hasta tal punto ha llegado su importancia que4 Ibidem, pp. 109-110. 5 Ibidem, p. 79.6 Ibidem, p. 117.[[Image:Picture.png]]construirlos colocaban dos adobes juntos, por sus lados más cortos. En Añana (A) la mayoría de las casas de la villa tienen la misma estructura: un primer cuerpo de piedra y el resto en adobe, y también armazón de madera con piedra y yeso. En Markinez (A) todas las casas eran de mampostería en su frente mientras que en las paredes laterales y en la zaguera eran frecuentes el adobe y el ladrillo. El adobe de las laterales ocupaba generalmente el espacio comprendido entre una línea horizontal, que iba de uno a otro extremo de los aleros, y el ''galluz ''o caballete, originando un triángulo isósceles cuya base descansaba sobre la pared; o también daba lugar a un rectángulo dependiendo de la disposición de las vertientes del tejado. Sin embargo no siempre arrancaba la pared de adobe de la línea horizontal citada sino que a veces partía de más abajo, en cuyo caso el triángulo pasaba a ser un pentágono irregular. Solamente había cuando aquello una casaFig. 136. Muro de adobe. Mélida (N), 1997</ref>.
Con el transcurso del tiempo se ha convertido en el principal material de construcción a la hora de levantar tabiques tanto exteriores como interiores, dejándolo incluso a la vista. Hasta tal punto ha llegado su importancia que hablar de ladrillo es sinónimo de hacerlo de actividad inmobiliaria.
Un elemento más, empleado en la construcción de muros, es el adobe, al que se ha recurrido en la zona más meridional del territorio estudiado, que es la de menor pluviosidad.
En Sangüesa (N) cuando la pared es de adobe, nunca arranca este material desde el suelo sino que lleva varias filas de piedra.
En Murchante (N) hasta la década de 1940 las paredes exteriores solían fabricarse con adobe o ''adoba'', al igual que los tabiques interiores de las casas más antiguas y humildes. Los muros de adobe eran gruesos pues alconstruirlos colocaban dos adobes juntos, por sus lados más cortos. En Añana (A) la mayoría de las casas de la villa tienen la misma estructura: un primer cuerpo de piedra y el resto en adobe, y también armazón de madera con piedra y yeso.
Las casas y cabañas que llevaban un cuerpo de adobe, tenían unas zapatas que descansaban sobre la mampostería en posición horizontal; sobre estas zapatas iban vertical u oblicuamente unos entrepiés, también de roble, y entre éstos se colocaban las piezas de adobe.
Por otra parte es un buen aislante, más aún que la piedra o el ladrillo. Esa condición debería hacerlo estimable en la construcción, pero por el contrario era mirado con desprecio. Según este autor había en esta falta de estimación una especie de esnobismo, que nacía del hecho de verlo empleado por las clases humildes.
Se dice también que tan sólo sirve para pequeñas construcciones, pero el autor insiste en que lo vio empleado en viviendas tan gran- des grandes como las construidas con otros materiales<supref>7Ibidem, pp. 114 y 116.</supref>.
Otra forma de levantar paredes ha sido mediante tapial. Es otra forma de emplear la tierra por simple secado al sol.
En Murchante (N) para las paredes de los corrales o huertos se utilizaba el tapial formado por piedra y cascajo o lo que se denomina localmente ''tapas de tapeo'', es decir, una pared de tablillas separadas a escasos milímetros y cubiertas con arcilla y paja.
Según Urabayen el área de extensión de este material viene a coincidir más con la de las cuevas que con la del adobe. La transformación es aún menor en el tapial que en el adobe, pero el primero no es tan sólido como el segundo. Por eso se emplea siempre en las paredes encuadrado entre otros materiales resistentes, ladrillos generalmente<supref>8</sup>. 7 Ibidem, pp. 114 y 116. 8 Ibidem, pp. 116-117.incluyen seguidamente. Básicamente han consistido en la sustitución de los tablones originales por materiales más consistentes que cierran los huecos entre los pies derechos</ref>.