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Causas prodigiosas de la muerte

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En Meñaka (B) se tenía a la maldición por uno de los medios de que se valían algunas personas para acarrear la muerte a sus semejantes. Se decía que una vez lanzada andaba en el aire. Si alguien la había aplicado a una persona suponiendo que ésta era culpable, llegaba a alcanzarla donde quisiera que se hallase, si en efecto existía en ella la supuesta culpa<ref>AEF, III (1923) p. 31.</ref>.
En Zegama (G) decían que una maldición como ésta: ''«Lepoa ausiko al dek!» ''(¡Ojalá te rompas el pescuezo!), o ''anka bik ''(ambas piernas), solía atraer alguna enfermedad. Si se hacía en ciertas horas del día también la muerte[[#ftn5|[5]]]<ref>AEF, III (1923) p. 107.</ref>.
En Orozko (B) se pensaba que había quienes morían a causa de alguna maldición, ''biraua, ''que les había hecho algún enemigo o persona que les quisiera mal. Para eso era preciso que la maldición acertase. Un ejemplo de ''biraua ''consistía en decir estas palabras: «''Atzen onik ez al dau izango!''» (¡Ojalá no tenga buen fin!)<ref>AEF, III (1923) p. 5.</ref>.
En Bedia (B) también se creía que maldiciones como «''Ilgo al az''» (¡Ojalá te mueras!) podían acarrear la muerte a una persona. Pero la maldición solamente recaía en aquéllos que habían hecho algún mal al maldiciente<ref>AEF, III (1923) pp. 13-14.</ref>.
En Otazu (N) había casos en que la muerte de una persona se atribuía a causas preternaturales, particularmente a las maldiciones de ciertas mujeres de vida supuestamente sospechosa, por ejemplo gitanas, y a las comadrejas. Se comentaba que si alguno mataba uno de estos mustélidos, se vengaba luego enviándole la muerte u otra desgracia<ref>AEF, III (1923) p. 62.</ref>.
En Biriatu (L) se decía que a los gitanos siempre había que darles limosna porque de negarse alguien podían echarle una maldición que se cumplía. Se pensaba que eran las gitanas sobre todo quienes tenían mucho poder para la maldición. Por ello era mejor dejar de dar limosna a una monja que a una gitana, por las desgracias que luego pudiesen venir<ref>PEÑA SANTIAGO, «Notas etnográficas de Biriatou (Laburdi) », cit., p. 594.</ref>.
En Orozko (B) se pensaba que había quienes morían a causa de alguna maldición, ''biraua, ''que les había hecho algún enemigo o persona que les quisiera mal. Para eso era preciso que la maldición acertase. Un ejemplo de ''biraua ''consistía en decir estas palabras: ''«Atzen onik ez al dau izango!» (¡ ''Ojalá no tenga buen fin!) [[#ftn6|[6]]].  En Bedia (B) también se creía que maldiciones como ''«ligo al az» (¡ ''Ojalá&nbsp; te mueras!) podían acarrear la muerte a una persona. Pero la maldición solamente recaía en aquéllos que habían hecho algún mal al maldiciente[[#ftn7|[7]]]°.  En Otazu (N) había casos en que la muerte de una persona se atribuía a causas preternaturales, particularmente a las maldiciones de ciertas mujeres de vida supuestamente sospechosa, por ejemplo gitanas, y a las comadrejas. Se comentaba que si alguno mataba uno de estos mustélidos, se vengaba luego enviándole la muerte u otra desgracia[[#ftn8|[8]]][[#ftn9|[9]]][[#ftn10|[10]]] .  En Biriatu (L) se decía que a los gitanos siempre había que darles limosna porque de negarse alguien podían echarle una maldición que se cumplía. Se pensaba que eran las gitanas sobre todo quienes tenían mucho poder para la maldición. Por ello era mejor dejar de dar limosna a una monja que a una gitana, por las desgra-82 cias que luego pudiesen venir&nbsp;&nbsp;&nbsp; .  En Galarreta (A) solían afirmar que las maldiciones se ''pegaban. ''Las que echaban las pordioseras eran sobremanera temidas por las mujeres y niños pues decían que se cumplían infaliblemente"<ref>AEF, III (1923) p. 54.</ref>.
En Garagarza-Arrasate (G) antaño la gente tuvo verdadero temor a la maldición que cualquiera de los gitanos que se refugiaban habitualmente en ''Koba-aundi ''pudiera proferir contra alguna persona a quien quisiese mal, pues era creencia generalizada que dicha maldición acarreaba la muerte o la desgracia sobre el afectado. En Mendiola (A) las maldiciones de mendigos y gitanos también causaban cierto temor en la población.
En Ataun (G) se oyó que una persona había permanecido largo tiempo en estado agónico porque alguien la había maldecido y «tenía dentro las maldiciones» o ''birauek. ''En tales casos, el remedio era que el maldiciente se presentase delante del enfermo y le otorgase su perdón, o que un sacerdote le leyese los exorcismos, ''Eban-'' ''jeliok Ebanjeliok ataa ''(Sacar los Evangelios) [[#ftn11|[11]]]<ref>AEF, III (1923) p. 114.</ref>.
En Arano (N) se creía que la maldición, ''erregua, ''de un enemigo podía causar la muerte de una persona. Cuando se creía que uno se hallaba enfermo por esta causa, llamaban al cura para que le leyese los Evangelios, ''Ebanjelivak eman. ''Con esto suponían que la maldición no tendría más consecuencias"<ref>AEF, III (1923) p. 126.</ref>.
En Kortezubi (B) se pensaba que ciertas enfermedades y muertes eran acarreadas por alguna maldición, ''biraue. ''Dos fórmulas conocidas en esta localidad eran: ''«Botiketan kastauko al deu!» ''(¡Ojalá lo gaste en medicinas!) y ''«Bijer goixeako ilgo al da!» ''( ¡Ojalá muera antes de mañana por la mañana!). Se decía que los que enfermaban por alguna maldición solían estar en un estado agónico hasta que, presentándose el maldiciente, les otorgase su perdón. Después se curaban86curaban<ref>AEF, III (1923) p. 37.</ref>.
En Andoain (G) se recogió un relato acerca de una práctica conocida en la localidad como ''eskumikaziva ''(excomunión) y que ocasionaba la muerte de la persona contra la que se ejecutaba.
:''«Iñork zerbait ostutakoan edo, apaizangana joan ta apaizak ika itzegiten ornen omen dio J esukristo''riJesukristori, ''ta ostu zuana bertan batuta beztuta edo iartuta gelditzen ornen da. '' ''Gure Eldoaingo lengusu bati jaitako txalekoa ostu ornen zioten ta ua apaizangana joan, ta apaizak esan alako gauzik etzala egin bear. Beste bein gizon bat, teillatun, lanian ari ''zan ''tokin iartua gelditu ornen zan Eldoainen. Noski bateonbatek eskumikaziva eginda». '' «Cuando uno ha sido víctima de algún robo va donde el cura, y el cura habla de tú a Jesucristo y el que robó se queda al momento ennegrecido o seco.  A un pariente nuestro de Elduayen le robaron el chaleco de los días festivos, y él fue a casa del cura; y éste dijo que semejantes  cosas no había que hacer. En otra ocasión en Elduayen un hombre quedó seco en el   {| style="border-spacing:0;width:15.558cm;"|- style="border:none;padding:0cm;"|| AGONÍA Y MUERTE. AGONÍA ETA HERIOTZA  &nbsp;|-|}Fig. 12. Indulgencia papal.  tejado donde trabajaba. Seguramente, por haberle hecho alguien la excomunión» 7. &nbsp; En Urigoiti (Orozko-B) había una mujer bruja, ''atso sorgin bat. ''Un joven se hallaba enfermo y &nbsp;nadie podía curarle. Entonces pensaron los &nbsp;suyos que la enfermedad sería resultado de las &nbsp;malas artes de la bruja. La amenazaron con diversos castigos si no le curaba y entonces sanó &nbsp;el joven, ''berak geisotu da berak osatu ''(ella lo enfermó y ella lo curó) 88. &nbsp; Además de las maldiciones se han conocido &nbsp;otras prácticas de carácter mágico cuya finalidad era también la de causar la muerte o un &nbsp;daño físico importante. &nbsp; En Ataun (G) se sabe de casos en que se quemó una vela con el fin de que, al mismo tiempo, &nbsp; 87&nbsp;&nbsp; AEF, III (1923) p. 98.  88&nbsp;&nbsp; AEF, III (1923) p. 6.&nbsp;   {| style="border-spacing:0;width:11.113cm;"|-|| || || || |-|| || [[Image:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image004.gifImagen16.png|top]]|| || [[Image:C:%5CUsers%5CMETXEB~1%5CAppData%5CLocal%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image005.gifImagen17.png|top]]|-|}muriese la persona a quien se deseaba este mal; &nbsp;o en que se torció una moneda y se echó en el &nbsp;
cepo de las ánimas para conseguir que se encorvase el cuerpo de algún enemigo o malhechorS9:''Gure Eldoaingo lengusu bati jaitako txalekoa ostu omen zioten ta ua apaizangana joan, ta apaizak esan alako gauzik etzala egin bear. &nbsp;Beste bein gizon bat, teillatun, lanian ari zan tokin iartua gelditu omen zan Eldoainen. Noski bateonbatek eskumikaziua eginda».''
Un informante :«Cuando uno ha sido víctima de Kortezubi '''(B) '''oyó que algunos quemaban velas con algún robo va donde el cura, y el fin cura habla de causar la &nbsp;muerte a sus malhechores. Según él, la maldición surtía infaliblemente su efecto si Jesucristo y el que robó se hacía en ciertos momentos del día: ''«Purgatorijoko arimek amenien dauzenien» ''(Cuando las almas del Purgatorio se hallan en el amén) 9°queda al momento ennegrecido o seco.
En Oiartzun (G) se consideraba que la más terrible :A un pariente nuestro de las maldiciones consistía en poner una vela en la iglesia con Elduayen le robaron el deseo chaleco de los días festivos, y él fue a casa del cura; y éste dijo que aquél a quien se quisiese mal se fuese secando a medida semejantes cosas no había que ésta se iba consumiendohacer. En Aduna otra ocasión en Elduayen un hombre quedó seco en el tejado donde trabajaba. Seguramente, por haberle hecho alguien la excomunión»<ref>AEF, III (G1923) p. 98.</ref>.
89&nbsp;En Urigoiti (Orozko-B) había una mujer bruja, ''atso sorgin bat. ''Un joven se hallaba enfermo y &nbsp; nadie podía curarle. Entonces pensaron los suyos que la enfermedad sería resultado de las malas artes de la bruja. La amenazaron con diversos castigos si no le curaba y entonces sanó el joven, ''berak geisotu da berak osatu ''(ella lo enfermó y ella lo curó)<ref>AEF, III (1923) p. 1146.</ref>. &nbsp;
90&nbsp;&nbsp; AEF, III (1923) pAdemás de las maldiciones se han conocido otras prácticas de carácter mágico cuya finalidad era también la de causar la muerte o un daño físico importante. 37. &nbsp;
&nbspEn Ataun (G) se sabe de casos en que se quemó una vela con el fin de que, al mismo tiempo, muriese la persona a quien se deseaba este mal;o en que se torció una moneda y se echó en el cepo de las ánimas para conseguir que se encorvase el cuerpo de algún enemigo o malhechor<ref>AEF, III (1923) p. 114.</ref>.
Un informante de Kortezubi (B) oyó que algunos quemaban velas con el fin de causar la muerte a sus malhechores. Según él, la maldición surtía infaliblemente su efecto si se hacía en ciertos momentos del día: ''«Purgatorijoko arimek amenien dauzenien» ''(Cuando las almas del Purgatorio se hallan en el amén)<ref>AEF, III (1923) p. 37.</ref>.
{| style="border-spacing:0;width:15En Oiartzun (G) se consideraba que la más terrible de las maldiciones consistía en poner una vela en la iglesia con el deseo de que aquél a quien se quisiese mal se fuese secando a medida que ésta se iba consumiendo.716cm;"|- style="border:none;padding:0cm;"|| RITOS FUNERARIOS EN VASCONIA |-|}En Aduna (G) recordaban que torciendo una vela se causaba la muerte a la persona a la que se quería mal.
En Zegama[[#ftn12|[12]]] &nbsp;<ref>AEF, III (1923) pp. 77, 73, 107.</ref> (G) se echaba una moneda torcida en una ermita, como en la del Cristo de Aizkorri, para que el enemigo quedase de aquella forma[[#ftn13|[13]]]<ref>Otros procedimientos maléficos con efecto de muerte han sido recientemente recogidos en Bermeo (B). Vide ERKOREKA, «Etnografía de Bermeo. Leyendas, cuentos y supersticiones», op., cit., pp. 243-244.</ref>.
=== Mal de ojo. Begigaiztoa ===
El nombre más generalizado que en euskera recibe el mal de ojo es el de ''begizkoa; ''se conocen otras denominaciones de carácter local como ''begigaiztoa ''(Aezkoa-N, Donoztiri-BN, ''begizantarra ''o ''begizkunea ''(Bermeo-B), ''begigolpea ''(Sara-L), ''beginkaldi gaiztoa ''o ''begigoa ''(Iholdi-BN), ''bekaizkeria ''(A rrazolaArrazola-B) y ''sogaixtua ''(Liginaga Z).
En el aojamiento el daño que una persona causa a otra es efectuado a través de la mirada. Si en el caso de la maldición, ésta siempre es realizada de forma consciente e intencionada por el maldiciente, en el del mal de ojo no siempre ocurre.así. Informantes de Bermeo (B) comentan que hay personas que, sin desearlo, pueden hacer daño a otras sólo con mirarlas. Barandiarán también recoge que algunos individuos poseen la capacidad de proyectar con su mirada una energía misteriosa, ''adurra, ''que puede perjudicar a personas, animales y cosas dentro de su campo de visión, y que ciertas personas tienen la virtud de fascinar aun sin intentarlo, lanzando con sus ojos el ''betadurra ''o fuerza mágica de los ojos[[#ftn14|[14]]]<ref>José Miguel de BARANDIARAN. ''Diccionario ilustrado de mitología'' OO.CC. Tomo I. Bilbao, 1972, p. 59.</ref>. El simple hecho de alabar las cualidades o virtudes de un niño o de un animal puede producirle también el aojamiento si no se toman las correspondientes medidas preventivas. Pero lo corriente es que este fenómeno tenga su origen en la envidia, el malquerer o el odio.
En Murelaga (B) se creía que los niños aún no bautizados eran especialmente susceptibles a los efectos del mal de ojo. Douglass recoge el siguiente relato al respecto: «Uno de los cuatro hijos de I. era al nacer guapo y grande como pocos. El médico estaba muy orgulloso y quería saber cuánto pesaba. La suegra de I. advirtió a ésta que no lo permitiese porque si alguien con poder de ''begizkua ''se enteraba de lo guapo que era el niño podía perjudicarle. 1I. no permitió que el médico pesase al niño». El perjuicio que un adulto podía causar a un niño era neutralizado mediante una abierta declaración de buenas intenciones. Por ello, cuando un niño era presentado por primera vez a un adulto se esperaba que este último dijese: «Dios bendiga a este niño y no permita que mis ojos le hagan daño» [[#ftn15|[15]]]<ref>William A. DOUGLASS. ''Muerte en Murélaga. ''Barcelona, 1973, p. 36.</ref>.
En Bermeo (B) se creía también que el simple acto de alabar las cualidades del niño sin añadir al final de cada lisonja la coletilla', jaungoikue ''berinkaturik ''(bendiciendo a Dios) podía aojarle. Cuando una persona alababa a un niño sin añadir dicha coletilla, inmediatamente aqué- lla aquélla se marchaba, la madre o quien cuidaba al niño escupía, devolviendo así el posible aojamiento a la que se alejaba.
En realidad, popularmente no se diferencia el aojo de la maldición, del malquerer o de la envidia; todos ellos son conceptos muy próximos que tienen un efecto similar en la persona a la que van dirigidos[[#ftn16|[16]]]<ref>En un próximo tomo de este Atlas Etnográfico de Vasconia dedicado a la ''Medicina Popular ''se tratará ampliamente el mal de ojo.</ref>.
=== Genios de la muerte. Herioa, balbea ===
Barandiarán recogió la creencia de que en ocasiones intervenía en la muerte un personaje o genio que cortaba la vida terrenal del hombre. Su nombre era ''Erioa ''en la mayor parte de Vasconia, si bien en algunos lugares de Bizkaia se llamaba ''Balbea[[#ftn17|[17]]] &nbsp;''<ref>AZKUE, Voz: ''Balbe ''in ''Diccionario Vasco-Español-Francés, ''op. cit.</ref>.
«En la apreciación común de los vascos actuales las causas que producen enfermedades son naturales. Pero existen todavía en algunos pueblos creencias residuales en otras causas como son ''birao ''(maldición), ''begizko ''(aojo) ''y adur ''(fuerza mágica) que movilizan a ''Erioa ''que da muerte a quien está herido por aquéllas» [[#ftn18|[18]]]<ref>BARANDIARAN, ''Diccionario ilustrado de mitología vasca, ''op. cit., p. 80.</ref>.
En Sara (L), cuando un perro daba largos aullidos se decía: ''«Erina urbil da» (Erío ''se halla cerca). Se creía que en esos momentos el perro veía el espíritu de la muerte. En esta misma localidad también era frecuente decir: ''«Erioa, animaen bilaria» (Erío, ''buscador de almas). Del anciano achacoso que mostraba deseos de salir de su casa y pasar días en otra, se decía que buscaba a ''Erio ''o que se hallaba en peligro de morir98. En Iholdi (BN) cuando un perro aullaba prolongadamente se consideraba también que ''99 ''anunciaba la cercanía de ''Erio&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp; . ''
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|| AGONIA Y MUERTE. AGONIA ETA HERIOTZA
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En Sara (L), cuando un perro daba largos aullidos se decía: ''«Erina urbil da» (Erío ''se halla cerca). Se creía que en esos momentos el perro veía el espíritu de la muerte. En esta misma lo- calidad también era frecuente decir: ''«Erioa, animaen bilaria» (Erío, ''buscador de almas). Del an-
ciano achacoso que mostraba deseos de salir de su casa y pasar días en otra, se decía que buscaba a ''Erio ''o que se hallaba en peligro de morir98. En Iholdi (BN) cuando un perro aullaba prolongadamente se consideraba también que ''99 ''anunciaba la cercanía de ''Erio&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp; . ''
En Zugarramurdi (N), cuando los perros aullaban tristemente se decía ''«Herioa ikusten du» ''(Ve la agonía) o al personaje que causa la muerte de las personas. Al oír a los perros aullar así, uno se descalzaba y colocaba en el suelo cruzados uno con otro ambos zapatos, alpargatas, sandalias o albarcas; así se lograba que los perros callasen. Se decía que no era Dios quien enviaba la muerte sino ''Helio, ''esto es el sujeto que venía a buscar a uno para llevarle de esta vida. Por esta razón resultaba corriente el dicho ''Helio bilaria da ''(Helio es el buscador). Se creía que era ''Helio ''quien hablaba por boca de aquellos enfermos que poco antes de morir pedían ropas para el viaje. ''Helio ''es también el nombre con el que se designa el estado en el que se halla el agonizante, perdidos los sentidos y en los últimos momentos de su vida; en tal caso se dice: ''«Henioan da» ''(Está en la agonía) l00
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