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El parto. Haur-egitea

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Recuerda una informante de Zeanuri (B) que una partera fallecida en 1930 que tuvo cinco hijos le refirió el siguiente hecho sucedido a ella misma: Estando sola en su casa le sobrevino el parto. Su marido era carpintero y estaba en el trabajo. Ella se asomó a la ventana en demanda de ayuda. A su llamada acudió a auxiliarle el tamborilero del pueblo al que por toda instrucción le dijo: ''"Zuk ebagi zile eta neuk jantziko dot umia" ''(Tú corta el cordón y yo misma vestiré al niño). Tenía preparado el barreño con el agua y las ropas y todo se desarrolló con normalidad.
 
 
 
En Muskiz (B), sobre todo antaño, hay constancia de que bastantes mujeres tuvieron que dar a luz ellas solas, arreglándoselas como podían. Ayudaban a salir a la criatura con sus propias manos, rompían el cordón umbilical con los dientes y ataban un nudo y limpiaban a la criatura.
En cuanto a las expresiones utilizadas para referirse al parto en Portugalete (B) se empleaban algunas del estilo de "fulana ya ha librado, ha tenido un hijo, etc.". En Orozko (B) ''umia eukin dau. ''Es general también en la zona vizcaina el uso de ''katigu/katibu ''para referirse al embarazo en contraposición a ''libratu, ''parir o dar a luz, ''katigu dago baina laster libretako.''
''== La placenta, selauna, y el cordón umbilical, zilborestea''==
En los tiempos en que el parto transcurría en casa la placenta se solía enterrar en la huerta o entre el estiércol amontonado en la cuadra. La placenta, conocida también como segundinas o secundinas, recibe en euskera denominaciones como ''selauna ''(AmorebietaEtxano, Bermeo, Gorozika, Nabarniz, UrdulizB), ''haurlauna ''(Beasain, Ezkio-G; Goizueta-N), ''karena ''(Hondarribia-G), ''garbiskinak ''(OrozkoB), ''ondokoak ''(Arberatze-Zilhekoa-BN); en Bermeo (B) en cuanto a ''umetokia, ''éste es un término que algunos utilizan para referirse a las parias de los animales y que otros consideran como sinónimo de ''selauna. ''El cordón umbilical se conoce como ''zila ''(Abadiano, Amorebieta-Etxano, Markina, Nabarniz, Urduliz, Zeanuri-B), ''zilar ''(Elgoibar-G), ''zilborreste (Hondarribia-G) ''y en Bermeo (B) ''kordoia.''
En Moreda (A) la placenta o ''las malas ''se recogían en una palangana u orinal y tras ser revisadas por la partera o por el médico a fin de comprobar que estuviesen completas y que no le hubiese quedado ningún resto a la madre, se introducían en un recipiente o en un saco y el marido las llevaba a enterrar a un huerto o a una finca.
En Artziniega (A) se colocaba la placenta en un trozo de sábana vieja y luego el padre la solía enterrar en un huerto cercano a la casa. Cavaba un hoyo bastante profundo y a veces lo [[Image:Irudia5.png|top]] Fig. 10. Iholdi (BN).cubría con una losa para que no lo escarbaran los perros.
En Bidegoian (G) el cordón umbilical y las segundinas se enterraban en la huerta o en las proximidades de la casa. En Amézaga de Zuya (A) en cualquier lugar, muchas veces en la huerta por comodidad.
En Zeanuri (13B) el cordón y las secundinas se enterraban en el huerto junto a la casa o en el terreno ante la puerta de ésta, ''etzeko ortuen edo etzeaurreko portalean. ''Se encargaba de esta labor el padre de la criatura o algún familiar varón.
Las segundinas también se ocultaban en la huerta en Berganzo, Gamboa (A); Carranza, Nabarniz, Muskiz (B); Arrasate, Beasain, Ezkio, Oñati, Zerain (G); Garde, Goizueta, Izurdiaga, Lekunberri, Lezaun (N); en la huerta o en el campo (Mendiola, SalvatierraA; Hondarribia-G); en el jardín (ArberatzeZilhekoa-BN); en un hoyo en la tierra (Artziniega-A; Monreal-N); o en cualquier sitio (Abadiano-B). Encima se colocaba una losa para evitar que los animales las desenterraran (Carranza, Orozko-B).
97Satrústegui [[File:FIGURA.png|RTENOTITLE_FIGURA]] Satrústegui recogió que la placenta y demás restos del parto se tenían que ocultar cuidadosamente al darles tierra ya que existía la creencia de que si afloraban a la superficie acarreaban maleficios a la interesada y se ponía rabioso el perro que los comiera<supref>28SATRUSTEGUI, ''Comportamiento sexual de los vascos, ''op. cit., p. 219.</supref>.
En algunas localidades se les daba tierra bajo el alero recordando la antigua costumbre de enterrar bajo la protección del tejado de la casa a los nacidos muertos o fallecidos sin bautizar.
En Bermeo (B) se enterraban donde caían las goteras del tejado y también en la huerta.
En Viana (N) en un hoyo bien profundo en <sup>28</sup> SATRUSTEGUI, ''Comportamiento sexual de los vascos, ''op. cit., p. 219.la misma cuadra de la casa para que no las extrajesen los animales o en el campo, adonde se acudía de noche con los restos introducidos en un saco. En Bernedo (A) en la cuadra o en el huerto.
En Ribera Alta (A) se ocultaban en la cuadra donde se acumulaba el estiércol; también se enterraban en algún huerto o pieza.
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