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A buscar nidos. Txori-ikasten

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En Zeanuri (B) distinguían cuatro fases en este proceso:
1#.ª ''Abiginen ''(preparando el nido).#.ª ''Arrautzetan ''(la puesta de huevos).#.ª ''Lumarrautzetan ''(recién salidos del cascarón).#.ª ''Lumetute ''(emplumecidos).
1.ª ''Arrautzetan ''En Durango (la puesta B) las designaban de huevos). 1.ª ''Lumarrautzetan ''(recién salidos del cascarón). 1.ª ''Lumetute ''(emplumecidos).este otro modo:
En Durango #.ª ''Kabie iten dabil ''(Bestá haciendo el nido) .#.ª ''Arrautza dauka ''(ya ha puesto huevos).#.ª ''Ume gorri ''(recién nacidos [los pajarillos]).#.ª Le salen los cañones.#.ª Le salen las designaban de este otro modo:plumas.
#.<sup>a</sup> ''Kabie iten dabil ''En Viana (está haciendo el nidoN).#.<sup>a</sup> ''Arrautza dauka ''(ya ha puesto huevos).3.<sup>a</sup> ''Ume gorri ''(recién nacidos [los pajarillos]).4.<sup>a</sup> Le salen los se decía que las crías, una vez nacidas, pasaban por las siguientes etapas: «en colitatis, en cañones.5.<sup>a</sup> Le salen las plumas, en pelo bruja, en pelo bueno y para volar».
En Viana (N) se decía que las crías, una vez nacidas, pasaban por las siguientes etapas: «en colitatis, en cañones, en pelo bruja, en pelo bueno y para volar».En Carranza (B), una vez localizado el nido se visitaba con mayor o menor frecuencia dependiendo de la fase en que se encontrase. Lo ideal era descubrirlo desde el inicio de la puesta. En ese caso, se regresaba en días sucesivos para ver cómo aumentaba el número de huevos. Después se volvía cada tres o cuatro días y en torno al vigésimo primero procurando coincidir con el nacimiento de las crías. Posteriormente se seguía visitando hasta que echasen a volar.
Se solía alardear ante los demás del número de nidos descubiertos, especificando la clase de pájaros y en qué fase se encontraban, sin revelar, claro está, el lugar donde anidaban.
Sin embargo, en Zeanuri (B) aseguraban que al reyezuelo o chochín, ''txepetxa, ''se le podía arrebatar huevos porque los reponía a medida que se le sustraían.
— En ningún caso se podía coger las crías antes de que emplumeciesen, ''lumetute ''(ZeanuriBZeanuri-B), esto es, hasta que estuvieran a punto de volar.
— Los nidos de golondrinas, ''elaiak ''(ZeanuriB), ''ulentriñak ''(Bergara-G), ''enarak ''(Tolosa-G), ''eliztxoriak ''(Goizueta-N), eran intocables. En Durango (B) porque se afirmaba que habían quitado las espinas de la corona de Cristo. En Barakaldo (B), también por haber ayudado a Cristo, si se veía una golondrina recién muerta en un camino se apartaba acomodándola en un sitio donde su cuerpo no fuera destrozado por las ruedas de los coches. En Goizueta tenían prohibido tirarles piedras.
— En Lagrán (A) se decía que cuando se encontraba un nido los observadores no le debían mostrar sus dientes porque con esta acción la madre se aburría y abandonaba a sus pequeñitos.
La búsqueda no se realizaba a ciegas, los niños sabían a la perfección los lugares donde ha- bitualmente habitualmente anidaba cada especie así como su comportamiento, lo que les permitía localizar los nidos con más facilidad. Estos conocimientos se solían transmitir de los mayores a los jóvenes dentro de la comunidad infantil.
Gracias a ellos se podían seguir varios procedimientos de rastreo: por el canto del pájaro, bien de la madre, ''amea, ''o del padre, ''arra; ''por la forma de vuelo y especialmente por los virajes que hacían los padres antes de acceder al nido; y por los lugares donde habitualmente los construían. En Zeanuri (B), a estas tres técnicas, se les llamaba respectivamente: ''txoritik, egazkadatik y lekuetatik.''
Este conjunto de conocimientos constituían el aspecto más interesante del juego. Se entablaba una relación con el mundo de los pájaros, sus hábitos, sus formas, sus cantos, sus técnicas de construcción, etc. Seguidamente se recogen algunos más de los recordados por los informantes y que de niños les servían para buscar nidos.
— En Galdames (B) dicen que las ''txirrisklillas ''suelen criar en encinas o árboles similares y quemientras que mientras están ''gorando ''o empollando emiten un ruido característico.* Los tordos una vez han recogido material para preparar el nido hacen tres o cuatro paradas antes de aproximarse a él. Si acopian comida para las crías actúan de igual modo. Cuando se dirigen al nido vuelan primero a ras de tierra para ascender después. Al abandonarlo evitan hacer ruido y una vez se han alejado una distancia prudencial cantan (Galdames-B). En Zeanuri (B), informan que entran en los zarzales donde ocultan su descendencia por la parte opuesta a donde se halla el nido. Este lo construyen con hierbas gruesas en el exterior y finas por dentro (Carranza-B). Los huevos de esta especie son blancos con manchas negras.  
— Los encuestados en Carranza cuentan que los jilgueros tordos una vez han recogido material para preparar el nido hacen sus construcciones en perales tres o cuatro paradas antes de aproximarse a él. Si acopian comida para las crías actúan de igual modo. Cuando se dirigen al nido vuelan primero a ras de tierra para ascender después. Al abandonarlo evitan hacer ruido y manzanos utilizando ramitas del mismo color que el ramaje del árbol, lo que dificulta su hallazgouna vez se han alejado una distancia prudencial cantan (Galdames-B). En Zeanuri (B) comentan , informan que trinan desde un árbol próximo a aquél entran en que se encuentra el nido, dirigiendo los zarzales donde ocultan su canto hacia descendencia por la parte opuesta a donde se halla el mismonido.* Las ''maricas ''o urracas y las cornejas los preparan Este lo construyen con hierbas gruesas en árboles altos, siendo el preferido el chopo. Emplean ramas grandes exterior y finas por dentro (Carranza -B). Los huevos de esta especie son blancos con manchas negras.
— Los encuestados en Carranza cuentan que los jilgueros hacen sus construcciones en perales y manzanos utilizando ramitas del mismo color que el ramaje del árbol, lo que dificulta su hallazgo. En Zeanuri (B) comentan que trinan desde un árbol próximo a aquél en que se encuentra el nido, dirigiendo su canto hacia donde se halla el mismo.
— Las ''maricas ''o urracas y las cornejas los preparan en árboles altos, siendo el preferido el chopo. Emplean ramas grandes (Carranza B).
— Las codornices, ''poxpolinak, ''construyen los nidos en trigales o entre hierba y sus huevos son blancos con manchas negras (Abadiano-B).* Los ''ruines ''o chochines los hacen en los agujeros de las paredes o bajo los balcones y los preparan con ''moflo ''o musgo (Carranza).* Las malvices, ''birigarroak, ''los ponen en árboles y los huevos son azules (Abadiano).
— Los ''ruines ''o chochines los hacen en los agujeros de las paredes o bajo los balcones y los preparan con ''moflo ''o musgo (Carranza).
— Las malvices, ''birigarroak, ''los ponen en árboles y los huevos son azules (Abadiano).
— Los ''picorrolinchos ''o picamaderos anidan en los troncos de las ''rebollas ''o robles, en agujeros vaciados por ellos mismos. Los niños de Carranza ponían sumo cuidado al introducir la mano en estos huecos porque pensaban que podían alojarse culebras en su interior. Para asegurarse de que no era así, metían primero un palo que además servía para ahuyentar a los padres.
La actitud ante los pájaros y sus crías no siempre ha sido respetuosa. En Muskiz (B) una vez habían localizado el nido, contaban los huevos y a veces rompían uno para ver si estaba formado el pajarillo. También ''arrastraban ''el nido, es decir, lo cogían y se lo llevaban ante el trinar desesperado de los padres. Se lo enseñaban a los otros niños y, si las crías estaban nacidas, casi siempre se retornaba a su emplazamiento ini cialinicial, si bien con el riesgo de que sus padres las ''aborreciesen, ''más teniendo en cuenta que seguían visitándolas para observar' su desarrollo. Si eran abandonadas y los chiquillos se percataban de ello, les llevaban insectos para alimentarlas.
Este último ejemplo no constituye un caso aislado. Dependiendo de las localidades y muy posiblemente de cada grupo de niños, estos animales han servido como alimento, para ser enjaulados o se les ha sacrificado simplemente por placer.
En Vitoria (A) calculaban el tiempo que faltaba para que las crías abandonasen el nido con el fin de capturarlas un día antes. No retiraban todas, siempre dejaban por lo menos dos. Los jilgueros ''y ''demás pájaros cantores se guardaban en jaulas, los otros acababan maltratados o en la sartén.
En San Martín de Unx (N) se entretenían igualmente cogiendo ''fijernicos, ''esto es, pajarillosjóvenes pajarillos jóvenes en plumón. Además gustaban de buscar nidos, pero de gallinas caprichosas que ponían los huevos en lugares escondidos.
La caza de pájaros adultos también ha sido habitual, aprovechándose a menudo las piezas cobradas para el consumo.
En ocasiones se destrozaban los nidos por simple entretenimiento. Así lo recuerdan algunos informantes de Elosua (G). En Goizueta (N) a esta actividad de coger nidos se le conocía como ''kabiak harrapatzea. ''En Mendiola (A) solían romper los huevos que encontraban y en Ribera Alta (A) tras localizar y desbaratar los nidos, abandonaban a los polluelos.
En Carranza (B) los niños aprovechaban de vez en cuando los huevos procedentes de nidos y los de gallina que estuvieran ''goraos ''o estropeados y que eran proporcionados por los mayores, para jugar «Al tuerto». Se preferían los de pájaro pues al ser más pequeños resultaba más difícil romperlos y en consecuencia el juego duraba más. Pero no se utilizaba cualquier huevo, por respeto se echaba mano sólo de aquéllos de losque los que no nacía ninguna cría y de los de nidos abandonados, que se reconocían porque estaban fríos.
Se colocaban en el suelo, en fila y bien separados unos de otros. Se ''donaba ''o rifaba para determinar el orden de participación y se estipulaba el número de palos que estaba permitido dar a cada uno.
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