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Servicios prestados por vendedores ambulantes

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También hacían acto de presencia otros muchos gremios como los componedores o estañadores que acudían en grupos familiares una o dos veces al año. Afiladores orensanos que avisaban de su presencia haciendo sonar el ''chiflo''. Capadores, el capador y los dueños de los animales acostumbraban comer en un almuerzo los productos de la castración. Chatarreros, laneros, pellejeros procedentes, entre otros lugares, de Villanueva de Valdegovía, cereros, traperos, aceituneros, pimentoneros, carameleros, artesanos, carpinteros, albañiles, herreros, zapateros, tejeros y carboneros.
[[File:FIGURA.png|RTENOTITLE_FIGURA]] En Bernedo (A) las gitanas pasaban dos veces al año a vender cestos y ''jillas ''(moldes para hacer quesos) de mimbre. En Pipaón (A) los aperos de mimbre se compraban o intercambiaban a los gitanos que de vez en cuando pasaban por el pueblo, a cambio de huevos, tocino, patatas y queso. En Moreda (A) la fabricación de cestas y de otros recipientes similares hechos de mimbre o cuerdas eran trabajos propios de gitanos y de artesanos ambulantes que iban por los pueblos, y algunos vecinos se los daban para que los remendasen y arreglasen. A Berganzo (A) venían las gitanas de Payueta a fabricar y vender cestas de mimbre. Por tratarse de una localidad pequeña había pocos artesanos y estos solían venir de Haro y Miranda de Ebro.
A Abadiño (B) acudían vendedores ambulantes que recorrían la localidad de caserío en caserío para vender o arreglar diferentes artículos. Se trataba de traperos; quincalleros; paragüeros; cacharreros; afiladores; mieleros; mendigos, ''eskekuek'', y vendedores o arregladores de cedazos, ''bahieruek''. Los traperos compraban tanto ropas viejas como colchones viejos, pieles de ovejas y corderos. Los quincalleros ofrecían muchos productos, tales como cintas para medir el ganado, navajas, cordones para el calzado, colonias, etc. Los afiladores anunciaban su llegada con el sonido de la armónica que se escuchaba desde las heredades. Los cacharreros arreglaban utensilios de cocina: pucheros, ''galdeilak''; cazuelas; sartenes... Los paragüeros arreglaban paraguas, cambiaban varillas, cosían telas... Normalmente estos dos últimos oficios eran desempeñados por las mismas personas. Los mieleros vendían miel al grito de “miel de la Alcarria”. A los ''baserritarras ''les venía bien la presencia de la venta ambulante en la localidad porque a algunos les daba apuro llevar a arreglar cacharros viejos a las ferreterías de Durango y de esta manera los aprovechaban al máximo. Los vendedores ambulantes solían ser castellanohablantes, se les conocía con la denominación genérica de ''gallegos ''y no había problemas de comunicación con ellos.
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