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Procedimientos de esquileo

No hay cambio en el tamaño, 07:54 26 jul 2018
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Ha estado extendida la costumbre de encerrar a las ovejas en un lugar reducido al objeto de que suden y además tenerlas en ayunas para de esta forma facilitar el esquileo. Previamente a realizar dicha operación se han solido atar las patas del animal para que se moviera lo menos posible<ref>En Arruazu (N) atar las patas a las ovejas para esquilarlas se designa con la voz ''uzkatu''. Vide José Miguel de BARANDIARAN. «Hitz batzuek eta beren esan-nahiak, gehienak Ataunen erabil- tzen ditugunak eta hiztegietan, batez ere Azkuenean, ageri ez diranak» in ''Piarres Lafitte-ri Omenaldia''. Bilbao, 1983, p. 203.</ref>. Se han conocido distintos métodos que guardan similitud entre sí<ref>En épocas pasadas fue común el editar «cartillas» que sirvieran de ayuda y orientación a agricultores y ganaderos. En una de éstas puede consultarse, entre otros aspectos, la forma más corriente de esquilar en los años cincuenta. Fermín de SAJA. ''La cartilla del productor de ganado lanar. ''Pamplona, 1957, 3ª ed., pp. 107-108.</ref>.
 
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En Urkabustaiz (A) las ovejas permanecían encerradas y se iban sacando de una en una para esquilarlas. La operación se realizaba en casa y los informantes guardan memoria de que se trataba de un trabajo cansado y muy duro. Se conocían distintos métodos de cortarles la lana.
Finalizada la labor, se extendía el vellón o manta, se recogía por los extremos y se enrollaba hasta la mitad. Se repetía la operación desde el otro lado. Luego con las lanas más largas se ataba y se metía en un saco.
 
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En Valderejo (A) se conocían dos formas de cortar la lana. La primera consistía en que el esquilador diestro sujetara la oveja con la mano izquierda cogiéndola de las patas delanteras, colocándola en posición de decúbito supino. La otra estribaba en realizar la tarea poniendo al animal sobre una plataforma elevada, atándole las patas. En Zuya (A), en los años cincuenta, era el propio pastor, sin ayuda de nadie, quien cortaba la lana a sus ovejas, atándole las patas al animal.
 
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En Sangüesa (N), a veces, se ataba a las ovejas sus cuatro patas, era mejor, pero en otras ocasiones se les cortaba la lana sin atar. Se podía colocar al animal o encima de un tablero o directamente sobre el suelo. Unos comenzaban el esquileo desde la cabeza, otros desde las patas delanteras, otros por arriba hacia los costados y el rabo para terminar por la tripa y luego el resto.
En los montes de Triano y en el Valle de Carranza (B) se inicia el corte por la panza, introduciendo la cabeza del animal entre las piernas del esquilador. A continuación se le atan las cuatro patas, la oveja es tumbada de costado y en esta posición se comienza a cortar la lana desde el pescuezo siguiendo por los lados. Luego se le da la vuelta y se esquila lo que resta de la parte sobre la que estaba recostado el animal. La cantidad de lana que se esquila a cada oveja se conoce popularmente con el nombre de ''manta ''y su peso varía pues siempre hay algunas que la pierden o la tienen más rala, fina y liviana. La lana da más y es más fuerte cuanto más prieto es el ''vellón. ''Por término medio viene a ser hoy día de dos kilos cuando antaño era difícil que excediera de un kilo y medio. En Ernio (G), sin embargo, se ha recogido el dato de que también antigüamente se llegaba a obtener una media de dos kilos de lana por oveja.
 
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En Arluzea-Markinez (A) en la época en que el trabajo lo hacían los esquiladores profesionales, orillaban a la oveja el cuello y la tripa con tijera y cortaban el resto a máquina manualmente. Hoy día los ganaderos usan máquinas eléctricas y apenas tijeras. Hay pastores muy especiales que esquilan de tripa a espinazo para que no se aprecien tanto los golpes de la tijera, la mayoría lo hacen de brazuelo a zanca.
En Mendata (B) la agarraban por una de las patas delanteras y le cortaban primero la lana de la parte de la tripa, después le ataban, cruzadas, las cuatro patas y arremetían con el resto''. ''Cada oveja daba aproximadamente entre 2,5 y 3,5 kg de lana y el carnero entre 4,5 y 5,5 kg. En Berriz, Garai, Gerena y Zenarruza (B) se ha recogido que de cada animal se obte nían aproximadamente unas cinco libras de lana y en la última de las localidades señalan que alguna muy hermosa podía proporcionar hasta cinco kilos''. ''Actualmente son más lanudas que antes.
 
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En Bernagoitia (B) se ha constatado la existencia de distintos procedimentos y cómo hacerlo –advierte un informante– tiene su importancia aunque, según algunos, debe darse libertad para que cada cual esquile a su manera. En cualquier caso a la oveja nunca debe quitársele el pelo nuevo. Unos cortan de delante hacia atrás o al revés con el cordero tumbado, ''ardien tiradan. ''Otros, comenzando por detrás, llegan a la mitad del cuerpo del animal para después darle la vuelta y esquilar al revés, ''saietsan erara, atzetik erdiraiño. ''Finalizada la labor, tanto ésta como la que se hacía en octubre, se celebraba una comida en casa. Los zagales, ''pastore-ikastailleak, ''y los poco iniciados se entrenaban y aprendían el oficio comenzando a cortar la lana de debajo de la panza del animal, ''tripapeak leenengo, ikasten ebillenak.''
En esta misma localidad vizcaina se ha recogido el dato de que antiguamente una oveja daba de promedio un kilo y medio de lana<ref>También en Soum de Lèche, conforme se recogió en los años cincuenta, se obtenía la misma cantidad de lana por cabeza. Según los pastores la escasez de agua en los pastos de altura hacía que el rendimiento de lana fuera inferior al que debía ser.</ref>, mientras que hoy día (1997) da más de tres kilos y medio, hasta cuatro en ocasiones''. ''Este incremento se debe a los cuidados que se prestan al rebaño, a una mejor alimentación, etc. En la producción de lana, como en otros muchos aspectos, los resultados del pastoreo se han duplicado en comparación a tiempos pasados.
 
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En Ultzama (N) esquilaban primero el vientre y continuaban por las patas que previamente habían atado para que el animal permaneciera inmóvil. Luego cortaban la lana del resto del cuerpo comenzando por la parte de abajo y finalizando en la cabeza. Si la oveja era hermosa se sacaba el vellón en dos pedazos y si no se cortaba en una pieza. La lana se dejaba depositada sobre unos grandes lienzos o ensacada. En Etxebarre (Z) lo esquilado se dejaba amontonada en un rincón hasta que viniera el comerciante comprador con unos grandes sacos, ''sakhak'', en los que se introducía la carga''. ''A veces se guardaba algo para uso personal.
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