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Amuletos

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Se ha atribuido al cencerro, al igual que a las campanillas, la virtud de alejar los maleficios que traen desgracias al ganado. Su uso para preservar del aojo, ''begizkoa'', fue antaño muy general. Según Barandiaran en la Edad del Bronce se usaban esquilas como amuletos protectores de los animales<ref>73José Miguel de BARANDIARAN. «Creencias y cultos megalíticos» in EF. Mat''. ''y Cuest''., ''XLVII (1924) p. 42.</ref>.
Un mago de Muxika (B) aconsejaba en los años veinte a sus clientes que colocaran al cuello a los animales domésticos una cuerda o un cencerro como preservativo contra el ''begizko, ''aojamiento. Barandiaran sugiere que la costumbre de bendecir las campanillas que han de llevar los animales, tal como se practica todavía en el Santuario de Urkiola, obedece probablemente al propósito de la iglesia de enseñar a los fieles que la virtud de proteger a los animales se debe a Dios por mediación de San Antonio y no a las fuerzas mágicas de las campanillas<ref>74José Miguel de BARANDIARAN. «Creencias y cultos megalíticos» in EF. Mat''. ''y Cuest''., ''XLVII (1924) p. 42.</ref>.
Un santero procedente del Santuario de Urkiola recorría antaño las aldeas de Bizkaia provisto de una imagen del santo y de una campanilla. A este cencerro le denominaban ''San Anton Gurenen arrana ''(el cencerro del bendito San Antón). Al acercarse a una casa gritaba: «''Aita San Antonio ta mutil, atean gagoz zuri begira''» (El padre San Antonio y su zagal estamos en la puerta aguardando). Los de la casa le presentaban agua en una jarra. El santero trasegaba por tres veces el agua del recipiente a la campanilla y a la inversa; o bien introducía la campanilla en el agua. Esta agua se consideraba beneficiosa para curar las enfermedades del ganado que la bebía. Era costumbre además llenar de agua el cencerro y asperjar con él el ganado, las huertas y las heredades<ref>75Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza. ''Tomo I. Madrid, 1935, p. 32.</ref>.
Hasta el Goierri guipuzcoano (Arrona, Ormaiztegi, Ursuaran) se prolongaba este rito a finales del siglo pasado. «Solía recorrer los caseríos un hombre, pidiendo limosna para el culto de San Antonio de Urkiola. Llevaba un cencerro que en cada casa hacía llenar de agua: ésta era recogida en una vasija y se daba a beber a los animales domésticos (vacas principalmente)»<ref>76Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza. ''Tomo I. Madrid, 1935, p. 32.</ref>.
Los pastores de Urbia (G) cuando enferma el ganado invocan a San Antón sin practicar ritos especiales; antaño solían recurrir al sacerdote para que les echara un conjuro. También acudían al pueblo de Olaberria donde encargaban una misa; allí les leían los Evangelios y les entregaban un impreso que contenía las primeras palabras en latín de los cuatro evangelios. En una cara del impreso se ve una imagen de San Juan Bautista, el papel va doblado y atado con un hilo. Este amuleto, ''kutuna, ''se metía en un saquito de tela y se sujetaba al cuello de la res enferma o se introducía en una esquila que se cerraba aplastando sus bordes.
En Agurain y Berganzo (A) se protegía a los animales contra las enfermedades o la mala suerte colocándoles «los Evangelios de San Bernardo»; eran éstos una suerte de amuleto que se obtenía en el antiguo Monasterio de Barria.
Los pastores del Valle de Zuya (A) tenían costumbre de colocar una estampa de San Antón en los cencerros<ref>77Julián OLABARRIA. «El pastoreo en el Valle de Zuya (Alava)» in AEF, XVI (1956) p. 13.</ref>. En las Encartaciones (Gallarta-B) se colgaba el escapulario de San Antón alrededor del cuello de los animales domésticos para curarles el mal de ojo y otros males desconocidos.
Los pastores de Araiz que iban a la sierra de Andia (N) ponían a una oveja un cencerro con una imagen de la Virgen en su interior, luego cerraban su boca para que no la perdiera; era éste un elemento de protección contra el rayo según recuerdan algunos pastores informantes de Lezaun (N).
En San Martín de Unx y en Aoiz (N) los pastores conseguían una estampa de la Virgen de Monlora, santuario situado en Luna (Zaragoza) y la introducían en una esquila que una vez aplastada se colgaba al cuello de la oveja más hermosa del rebaño como símbolo protector. En Roncal (N) hacían esto mismo los pastores con una estampa cualquiera de la Virgen.
En Valcarlos (N) metían en un gran cencerro laurel bendecido, cera bendita y un hueso de ave de caza mojado en agua bendita. Previamente un sacerdote debería haber bendecido estos objetos. Después de cerrarlo bien, ponían el cencerro en el umbral y hacían pasar sobre él carneros, ovejas y corderos. De esta suerte el ganado quedaba protegido de desgracias y enfermedades<ref>78Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza. ''Tomo I. Madrid, 1935, p. 30.</ref>.
En Izurdiaga (N) se suelen recoger unos fósiles en forma de corazón (micraster) que se guardan en casa para que tengan buena suerte tanto las personas como los animales.
''Conjuros. ''En los pueblos del Gernikesado (B) para evitar el mal de ojo en los animales arrojaban tres veces saliva sobre el animal enfermo invocando al mismo tiempo a San Antón: «''San Antoniok bedeinka daiala» / «''San Antonio le bendiga»<ref>79José Miguel de BARANDIARAN. Voz «Begizko, aojamiento» in ''Diccionario Ilustrado de Mitología Vasca''. OO. CC. Tomo I. Bilbao, 1972.</ref>.
En Elorrio (B) creían que diciendo «''San Antoniok gorde daiala» ''(que San antonio le guarde) no se le hará mal de ojo al animal. Pero esta invocación la ha de pronunciar el comprador en el momento de adquirir el animal, no quien lo vende<ref>80Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza. ''Tomo I. Madrid, 1935, p. 123.</ref>.
En Zerain (G) una informante señalaba que cuando se creía que un ganado estaba afectado por el mal de ojo tenía que hacerse presente ante el animal quien lo había aojado y decir: «que San Antonio te bendiga» / «''Ekarri aurrera begizkoa bota diona ta ganaduaren aurrean jarri ta esan: San Antoniok bedeinka dezala!».''
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