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Combustible empleado en el hogar errekina

No hay cambio en el tamaño, 06:50 21 sep 2018
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En Abezia (A) el combustible empleado para cocinar era, principalmente, la leña de roble y de haya que abunda en la zona aunque tampoco se desecha el espino. Señalan los informantes que el fuego de roble dura más pero es “más muerto” en tanto que el de haya “arde mejor”. El tamaño de los troncos es distinto de unas cocinas a otras mientras que los hogares necesitan troncos gruesos, en las cocinas económicas hay que cortar la leña en trozos más pequeños. En Apodaca (A) la leña de encina mezclada con algo de roble es lo que más se quema. En las cocinas bajas la leña es más larga y gruesa, de unos 50 cm, en las económicas de unos 20 cm y los troncos son troceados en astillas. En Berganzo (A) se usa leña de haya porque dicen que arde mejor y produce una llama más viva. Se complementa con leña de espino, roble y boj. Espino se ha quemado también en Lezaun (N) y leña de boj en Aintzioa y Orondritz y en Mezkiritz (N) porque esta madera es buena para mantener el calor. En el Valle de Roncal (N) la leña empleada es chaparro, pino y abeto.
 
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En Agurain (A), tanto en el fogón bajo como en la cocina económica se prefiere la leña de haya pues es la que produce la llama más viva pero se emplean también las de ''azcarro'', arce, y roble. En el Valle de Zuia (A) la leña más estimada como combustible ha sido la de haya y la más duradera la de roble. El castaño no era apreciado porque producía un fuego débil. La madera de pino es un combustible más reciente. Ha gozado de gran predicamento el “tronco arrimadero”<ref>Véase también el capítulo de esta obra dedicado a los ritos en torno al fuego doméstico.</ref> que normalmente era una cabeza nudosa de robletocorno que se arrimaba a la cocina dando vueltas por el suelo losado y mantenía el fuego con gruesas brasas durante días hasta que se consumía. Cuando era ya un pequeño tocón, se echaba al fuego y se reponía con otro de similar hechura. En algunas casas existió la costumbre de que al quedar por la noche encendido, se regaba con agua por la parte posterior al fuego para que no ardiera y como medida de seguridad ya que cerca se apilaban los brazados de barda picada para alimentar el fuego a la mañana siguiente. Lo habitual era conservar el fuego amontonando el rescoldo junto al arrimadero y se mantenía la brasa encendida bajo la ceniza. En Ribera Alta (A) por la mañana cuando se encendía el fuego se ponían dos troncos gruesos para que duraran todo el día.
En Busturia (B) el combustible característico eran los troncos de roble. Se conocían con el nombre de ''illundije'', tizón, los troncos que estaban en el fuego bajo con un extremo en brasa. En Ereño (B) el combustible preferido es la madera de encina, ''artie'', por ser la que más aguanta y la que más calor da. Junto al fuego, en la esquina de la cocina, se ponían los troncos, ''mokurrek'', necesarios para el fuego de una jornada diaria, el resto de leña se apilaba en el portalón. En Améscoa (N) se empleaba como combustible leña de embro o espino. En uno de los lados del fogón (el del humero) colocaban un tronco grande de roble, denominado ''tizón ''y sobre él apoyaban las leñas.
 
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En Gorozika (B) se utilizaban troncos de castaño, roble y haya de árboles que habían permanecido apilados en el portalón o en la tejavana. Hoy día este fuego sirve de calefacción ya que los alimentos se guisan en cocinas de gas o eléctricas. En Andraka (B) se quemaba leña grande, ''mukurrek'', que normalmente eran raíces de madroño.
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