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El tipo de casa más habitual dentro de las rurales, que son las que se describen mayoritariamente en este capítulo, es de tres plantas, si bien la tercera a veces es de baja altura siendo sólo aprovechable la zona central. En otras ocasiones, como la forma más generalizada del tejado es a dos vertientes, si la casa cuenta con altura suficiente en la tercera planta queda bajo la cumbre un pequeño espacio a modo de camarote.
[[File:FIGURA2.216 Camarote ganbara abierto para el secado de hierba y productos horticolas. Lumo (B) 2011.jpg|frame|Camarote, ganbara, abierto para el secado de hierba y productos hortícolas. Lumo (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.png|RTENOTITLE_FIGURAclass=nofilter]]
La cuadra ha ocupado íntegramente, o en la mayor parte, la planta baja de las casas; en las áreas de mayor vocación agrícola solía haber una estancia donde se almacenaba parte del grano. En aquéllas en las que la cocina compartía esta misma planta, ocurría a veces que en una de sus paredes, o bien en un pasillo anejo, se abrían unas trampillas que permitían dar de comer directamente a las vacas. En estas cocinas, mientras tuvieron el suelo de tierra apisonada, las gallinas solían picotear los restos caídos de comida. En definitiva, además de con gatos y perros, el contacto con los animales fue más cercano e intenso que en los tiempos actuales.