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La utilización en las cocinas, para sentarse alrededor del fuego, de bancos para una o varias personas y sillas de paja se ha constatado en Bernedo, Pipaón (A); Amorebieta-Etxano (B); Allo, Eugi, Romanzado y Urraúl Bajo, y Sangüesa (N). En Agurain (A) preferían las sillas de asiento de paja y armazón torneado a las de asiento de madera, había banquetas llamadas ''sillotes''; también en Abezia y Apodaca (A) utilizaban ''sillotes''. En Berganzo (A) describen los sillotes como taburetes de madera de pino, sin respaldo, de tres o cuatro patas, de armazón torneado, para sentarse junto al fuego y utilizados sobre todo por las mujeres de la casa en las labores de costura. En Allo (N) los taburetes eran muy usados por los chicos y las sillas de patas recortadas por los ancianos, quienes las empleaban para sentarse cerca del fuego, sobre la grada del fogón.
[[File:2.332 Beko sua fuego bajo. Zerain (G) 1976.jpgJPG|frame|Beko sua, fuego bajo. Zerain (G), 1976. Fuente: Archivo particular José M.ª Mugica.]]
En Elosua y en Garagartza (G) utilizaban sillas de madera, ''sukaldeko silla ''en Garagarza, con el asiento trenzado de avellano, ''urritxa'', o hecho de tiras de castaño trenzadas (ElgoibarG) fabricadas en casa o en la vecindad; en Izal (N) sillas pequeñas de madera de haya, y en Izurdiaga (N) sillas de ''lezka ''(''Cyperus longus'') o de cuerda. En Orozko (B) sillas de madera, con asiento de fleje de castaño entrelazado que muchas veces se hacían en casa. En Donoztiri (BN) había sillas cuyo asiento era de junco y banquillos de madera. En Abezia (A) a los lados del fuego había sendas sillas reservadas para los abuelos o las personas mayores aunque tuvieran su sitio en la mesa, pues al decir de algunos no se movían del fuego ni para comer; también había un espacio para dejar las leñas y otro para los zapatos. En San Martín de Unx (N) en la misma grada del hogar había un banco de pequeño tamaño que servía a la familia para calentarse ante el fuego. También había un par de mesas, otro banco y una silla. En Viana (N), en las casas pobres, se sentaban junto al fogón incluso sobre tarugos o bolos de troncos de chopo u olmo.