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Curacion del mal de ojo. Begizkoa

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En Urduliz (B) cuando un niño tenía mal de ojo también se recurría a una mujer que aplicaba un remedio contra el mismo. El rito se iniciaba tapando al niño con una manta o una sábana. Se ponía a calentar en una sartén estaño y plomo y cuando ya estaban derretidos se arrojaban sobre una palangana con agua situada al lado de la criatura. Mientras, la mujer que realizaba estas operaciones rezaba unas oraciones que nadie entendía. Al arrojar la mezcla sobre el agua, si el niño tenía el mal, al solidificarse se formaban multitud de aristas y salientes más finos que una aguja; en cambio, cuando ya estaba curado la mezcla quedaba como si fuera una masa de talo.
En Gernika (B) se acudía a las personas que sabían curar el mal de ojo, ''beguizko. ''Se procedía del siguiente modo: La madre llevaba el niño a esta mujer y mientras le sostenía, esta última le cubría con un lienzo. Después derretía plomo en un cazo y lo vertía en una vasija con agua colocada junto a la madre ''y ''al niño mientras decía: ''"Santa Anak egiñ eban Marie, Mariek Jesus andie, kendu deiola ume oneri bere begizko andie" ''(Santa Ana hizo a María, María al gran Jesús que quite a este niño el grave mal de ojo que padece)<ref>IbidemEAM, 1901 (ed. 1990) I, 1, p. 475.</ref>.
En Lemoiz (B), donde se atribuía al ''begizko ''la capacidad de causar la muerte, se llevaba al afectado donde una mujer con atribuciones de bruja que derritiendo plomo que después echaba en agua, aseguraba que quitaba el mal de ojo.
En Mendaro (G) se creía que se podían hacer desaparecer los efectos del mal de ojo, ''begizkoa, ''rociando al niño con agua bendita de tres pilas distintas y secándole después con una camisa del padre. Si se sabía quién le había hecho el mal, se lavaba la cara a la criatura con el agua que antes había utilizado para lavarse el causante del daño<ref>IbidemEAM, 1901 (ed. 1990) I, 1, p. 475.</ref>.
En Gernika (B) se creía que el remedio más eficaz era una fuerte disolución de añil<ref>IbidemEAM, 1901 (ed. 1990) I, 1, p. 475.</ref>. En Orozko (B), en cambio, se pensaba que el añil usado en la colada lo prevenía.
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