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Como ejemplo de meticulosidad en la limpieza de los caracoles se recoge la llevada a cabo por una informante de Bermeo (B), días antes de Navidad:
Se empiezan a preparar dos días antes. Primeramente se ponen en agua en una cazuela y se tapan. A medida que suben a la tapa se van sacando y pasando a otra cazuela. Los muertos (en realidad no se dice muertos, sino podridos: ''ustelak) ''que quedan en la primera cazuela se tiran. [[File:FIGURA.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
Se tienen en agua de ocho a diez horas. Por el mismo método de recogerlos en la tapa, se pasan a otra cazuela y se limpian bien con agua.
Después, en seco, se les tira agua. Les suele salir mucha espuma, ''bits, ''se revuelven bien y se vuelven a echar al agua para limpiarlos.