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La vigilia nocturna. Hilbeilagaba

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La vigilia nocturna ante el cadáver comúnmente recibe en castellano el nombre de velatorio (Galarreta, Laguardia, Salcedo-A; Aoiz, Arta jona, Monreal, Obanos-N) . Se han registrado también otras expresiones como: «noche de vela» (Lezaun-N), «perder la noche» (Moreda-A; Mélida, Viana-N), «hacer vela» (Mendiola, San Román de San Millán-A; Eugi-N), «guardar el cadáver» (Galarreta-A), «ir a acompañar a la familia» (San Martín de Unx-N) .
En euskera esta vigilia nocturna se denomina: ''befa / bella ''(Aduna, Altza, Berastegi, Hondarribia, Oiartzun-G, Arano, Goizueta-N, Urdiñarbe-Z), ''begiria / hilbegiria ''(Bedia, Erandio, Orozko-B), ''gaubela / gaubeila / hilbeilagaba ''(Aramaio-A, Abadiano, Amorebieta-Etxano, Bermeo, Berriz, Busturia, Durango, Gorozika, Kortezubi, Meñaka, Ziortza B, Arrasate, Ezkio, Telleriarte-Legazpia, Zerain-G, Aria, Zugarramurdi-N, Donoztiri, Lekunberri-BN), ''gauila / gaubila ''(Deba, Elgoibar, Getaria-G, Baztan-N), ''gaubilera ''(Ziga-Baztan-N), ''gaupasa ''(Lekunberri-N). La acción de velar, además, puede expresarse a través de diferentes formas y locuciones: ''gaua pasatu ''(Beasain-G, Lekunberri-N), ''beilatu ''(Oragarre-BN), ''belan egon ''(Berastegi-G) , ''gauilatu ''(Ziga-Baztan-N).
== El velatorio en Vasconia continental. Gaubeila ==
En Hazparne (L) al primer vecino, ''lehenauzoa, ''le acompaña otro de una casa próxima. En Oragarre (BN) estos dos vecinos son hombres si el muerto es hombre y mujeres si el cadáver es mujer. También en Bidarrai, Bustintze y Donapaleu (BN) según el cadáver sea de hombre o de mujer, lo velan hombres o mujeres respectivamente. En Altzai y Lakarri (Z) es la primera vecina la que ejerce esta función. En Lekunberri (BN) el matrimonio vecino más próximo.
En Ezpeize-Ündüreiñe y Zunharreta (Z) remarcan que solamente los vecinos participaban en el velatorio nocturno al tiempo que los familiares de la casa se retiraban a descansar. En Izpura (BN) y Azkaine (L) , cuando el cadáver permanecía en casa dos noches, el velatorio de la primera noche lo hacían los familiares, mientras que el de la segunda estaba a cargo de los vecinos. En Donapaleu (BN) se le velaba también durante dos noches, turnándose los vecinos.
Por lo demás es un hecho común el que el velatorio esté encomendado a los vecinos tal como se constata en Lakarra, Donoztiri, Baigorri (BN) y Bidarte (L) , a los que en ocasiones se agrega un familiar de la casa (Armendaritze, Heleta, Lartzabale-BN; Itsasu, Sara L y Urdiñarbe-Z) . En Baigorri comentan que los hombres evitaban esta situación con el pretexto del trabajo. El velatorio, dicen, era sobre todo un asunto de mujeres, ''emaztetsu''.
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Este velatorio está encomendado principalmente a los vecinos tal como se indica en Amorebieta Etxano, Bedia, Bermeo, Berriz, Kortezubi, Orozko, Zeanuri, Zeberio, Ziortza (B) ; Andoain, Ezkio, Telleriarte-Legazpia, Urnieta (G); Aramaio, Izurdiaga, Bernedo, Llodio, Narvaja, Ribera Alta, Valdegovía (A); Aoiz, Artajona, Garde e Izal (N) .
En Abadiano, Carranza, Lezama (B) , Aramaio y Gamboa (A) acudía a este velatorio un vecino de cada casa. En Ziortza (B) se indicaba en los años veinte que se reunían en la casa mortuoria durante la noche casi todos los vecinos. Esto mismo señalan en Mélida (N) donde antaño acudían «a perder la noche» esto es, a velar al muerto, todos los del pueblo.
En Laguardia (A) los vecinos acudían de día a la casa mortuoria y comunicaban a los familiares del difunto si les iban a acompañar en el velatorio durante la noche.
En varias localidades se señala que en ciertos casos el velatorio está encomendado, por costumbre o por oficio, a determinadas personas. En Berganzo, Bernedo y Salcedo (A) si el difunto pertenece a la Cofradía le velan sus hermanos cofrades y en Pipaón (A) además de los familiares acudían al velatorio los mayordomos de la Cofradía. En Sangüesa (N) era costumbre que tomaran parte los ''rosarieros, ''aquéllos que participaban en los cultos de Ntra. Sra. del Rosario.
En Durango (B), Donapaleu (BN) y Ahurti (L) algunas casas encargaban la vela nocturna a religiosas de la localidad. En Aria (N) , como se relató anteriormente, eran las chicas solteras del pueblo las que hacían el velatorio y en Amézaga de Zuya y Apodaca (A) esta tarea estaba encomendada a los mozos. También se recogió en Hondarribia (G), en los años veinte, que el velatorio estaba encomendado a personas que tuvieran menos de treinta años<ref>AEF, III (1923) p. 91.</ref>.
== Cuidado de la lámpara. Lanpiona ==
Como indicaban los testimonios reproducidos anteriormente, la familia del difunto obsequiaba a todos aquéllos que cumplían con esta tarea de velar al muerto. En tiempos pasados este obsequio consistía en pan y vino a los que, pasada la media noche, se agregaba aguardiente, ''pattarra. ''Ya de madrugada se servía café y, en casos, chocolate. Tales son los refrigerios más comunes registrados tanto en las encuestas de los años veinte como en las más recientes. El lugar donde se tomaban era generalmente la cocina de la casa.
También se han anotado refecciones particulares. Así, en Altza (G), pasada la media noche, se servía a los que estaban en vela una sopa con bacalao, ''zurruputuna, ''seguida de café<ref>AEF, III (1923) p. 95.</ref>. En Laguardia (A) , a primeros de siglo, se ofrecía a los hombres sopas de chorizo, a las mujeres café y a los familiares más afectados infusiones de tila. En Mélida (N) se recuerda que antaño era frecuente hacer ''migas ''durante la noche. En Zerain (G) se servía sopa de ajo, ''baratxuri-zopa'', al amanecer.
Con todo, la bebida más común en estos velatorios ha sido el café, que se servía solo o con leche y se tomaba acompañado de galletas o pastas. En ocasiones, éstas se tomaban con vino dulce, ''ardo goxoa'', o algún licor, anís o coñac, no faltando generalmente el vino.
Las largas veladas nocturnas, tal como se ha ido apuntando, derivaban frecuentemente en conversaciones vanales donde no faltaban los que contaban historias graciosas y picantes. Ya en los años veinte se señalaba en Orozko (B) que entre rosario y rosario se contaban historias de santos e historietas que no eran tan santas, ''zitelkeriak'' y, por las mismas fechas, se anotaba en Ataun (G) que pasaban el rato conversando de cosas poco relacionadas con el difunto, terminando en risas y en juegos de lo cual se oía protestar a los ancianos<ref>AEF, III (1923) pp. 8 y 116.</ref>. En Lekunberri (BN) a veces derivaban en discusiones que se cortaban diciendo: ''«Ixilia, orai hamarreko bat behar dizie in»'' (¡Silencio!, ahora tenéis que rezar un misterio del rosario) . Una informante de Bermeo (B) refería que a su marido le invitaban a los velatorios, ''gaubeliek'', porque era muy chistoso.
En Amézaga de Zuya (A) el hecho de que estas veladas adquirieran un tono animado es atribuido a la presencia en ellas de gente joven. Por otra parte, tal como se constata en varias encuestas (Azkaine-L; Amézaga de Zuya, San Román de San Millán-A; Amezketa, Zerain-G y Aoiz-N) , no era cosa excepcional que durante la velada se jugara a cartas ni el que se consumiera generosamente vino o licores (Amorebieta-Etxano, Bermeo, Plentzia-B; Aoiz, Sangüesa-N). A este respecto, un informante de Bidarte (L) decía que los velatorios no eran tan tristes con el vino de casa, ''etxeko arnoa''.
En varias localidades (Artziniega-A; Berastegi-G; Aoiz, Mélida N) se señala que algunos informantes guardan actualmente un recuerdo penoso de aquellas veladas. Afirman que el ambiente divertido que se formaba en ellas no correspondía al respeto debido a la tristeza que embargaba a la familia y dan por buena la desaparición de esta práctica.
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