127 728
ediciones
Cambios
m
Texto reemplazado: «) ,» por «),»
En Orozko (B) subrayan que la lámpara de aceite se mantenía encendida mientras el cadáver permaneciera en la casa. A comienzos de siglo la mecha que se utilizaba era la médula de un junco que se empapaba en el aceite.
La lamparilla de aceite que iluminaba la cabecera del difunto recibía el nombre de ''lanparille ''en Plentzia (B) , ''mariposie'' en Busturia (B), ''ixarra ''en Zeanuri (B). Podían ser compradas en el comercio o fabricadas artesanalmente en casa introduciendo una mecha en una lámina de corcho que flotaba en un vaso con agua y aceite.
En Salcedo (A), una vez amortajado el cadáver, colocaban una o dos lamparillas de aceite a su lado; además ponían dos velas de la Cofradía de la Vera-Cruz si el difunto había pertenecido a ella. Todas estas luces ardían hasta que era sacado de la casa mortuoria<ref>AEF, III (1923) p. 47.</ref>.
En Zugarramurdi (N) era costumbre colocar junto al lecho mortuorio un rollo de candelilla encendida.
En Oiartzun (G) se encendían varias velas para socorro del alma del finado, ''animan sokorrorako. ''En Andoain (G) , existía la creencia de que las luces que se tienen encendidas hasta que se saca el cadáver de casa, arden en sufragio del alma del difunto si se hallase en necesidad de ello y si no en sufragio del que tenga más necesidad<ref>AEF, III (1923) pp. 88 y 99.</ref>.
Hoy en día son excepcionales las luces de cera o aceite que arden mientras el difunto permanece en la casa. Es más frecuente el hachero eléctrico aportado por la funeraria. Es la versión moderna de la vieja costumbre de encender una luz a la cabecera del difunto, sobre una mesita, junto al agua bendita con la ramita de laurel.