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En Arberatze-Zilhekoa (BN), antiguamente, el cadáver era llevado a hombros sobre angarillas, ''brankarra. ''La carroza fúnebre tirada por caballos se introdujo por los años 30. Entonces se colocaba el féretro encima del carro, desde la salida de la casa, y se arrastraba a lo largo de todo el recorrido. Cuatro vecinos, ''lehenauzoak, ''se encargaban de este trabajo. Al ser menos penoso el traslado en estas condiciones, la gente decía que llevar el cuerpo en carroza, ''korbiara ''(fr. ''corbillard), ''era un alivio.
En Baigorri (BN), en el barrio de Saint Etienne, se utilizaban dos medios de transporte por lo que hace a la conducción: varales de madera, ''hagak, ''para la zona montañosa y angarillas, ''kolportak, ''para los lugares más practicables y cercanos a la iglesia. Fue costumbre durante muchos años trasladar el féretro a hombros de los vecinos del difunto, más tarde se empezó a llevarlo en un carruaje arrastrado por un caballo. En Hazparne (L), antiguamente, la caja era atada a dos largos varales, ''hagak, ''y se llevaba de esta guisa hasta la iglesia. Hacia 1940-45 se sustituyó por un carruaje tirado por un caballo y después por el furgón funerario. En Oragarre (BN), hasta los años 20, para poder llevar la caja se sujetaba sobre unos varales, ''bdtons, ''que no servían más que para el transporte del cadáver. A partir de la citada fecha el carruaje sustituyó a la antigua forma de conducción. En Sara<ref>José Miguel de BARANDIARAN. “Bosquejo etnográfico de Sara (VI)” in AEF, XXIII (1969-1970) p. 118.</ref>(L), antiguamente los muertos eran conducidos a la iglesia en angarillas, ''gatabotta. ''En algunas localidades de Vasconia continental fue común llamar a las andas ''katapotak. ''
En Heleta (BN), antes de 1939, la caja era llevada a hombros de los vecinos. Para entrar en la iglesia se bajaba la caja a la altura de los brazos extendidos, sujetándola con las manos. A partir de 1939 se comenzó a utilizar para el transporte del féretro un carro de cuatro ruedas, con colgaduras, que pertenecía al municipio, tirado por el caballo del primer vecino. El aspecto del carro no dependía del grado de riqueza de la familia del difunto. A partir de los años sesenta el furgón funerario ha sustituido al antiguo carro.