Cambios

Pastoreo de ciclo diario

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En Carranza (B) una vez que los rebaños regresaban a las tierras del Valle después de haber pasado los meses de enero a marzo fuera del mismo en los pastos alquilados, se tenían en el monte bajo durante el mes de abril. No existía un día señalado para que los pastores llevasen los rebaños a los montes de Ordunte, pero era a partir del tres de mayo cuando los animales comenzaban a subir a éstos. Durante la época de ordeño, al atardecer el pastor cogía el morral y las ''hojalatas y cacharras ''y subía a la chabola. Una vez allí reunía las ovejas en el corral y procedía a su ordeño. Después se quedaba a dormir en la cabaña para ordeñar por la mañana y bajar con la leche al caserío. En las épocas en que había lobos los pastores tenían que permanecer todo el día en los altos con las ovejas, por lo que en ocasiones se turnaban los miembros de la familia. Así, el que subía por la tarde con los recipientes se quedaba a dormir allí y bajaba el que había estado todo el día cuidándolas; de paso acarreaba la leche del ordeño del atardecer. A la mañana siguiente éste regresaba nuevamente a la cabaña para reemplazar al que había pernoctado en ésta, siendo el encargado de poner el almuerzo antes de bajar hacia el caserío con la leche obtenida por la mañana. Si no ''andaba el lobo ''y había concluido el periodo del ordeño se dejaban pastar libres y sin cuidado alguno. Cada siete u ocho días el pastor subía al monte para verlas, reunirlas, contarlas para comprobar si faltaba alguna y curar las enfermas o en su caso bajarlas a casa para remediar el mal que padeciesen.
 
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En Lapurdi la ascensión tenía lugar en abril/ mayo y el descenso en octubre/noviembre, dependiendo del frío y de la humedad. El pastor subía solo con el rebaño y no se quedaba en el monte sino que regresaba a su casa. Las ovejas solían permanecer agrupadas en el pasturaje correspondiente sin apenas alejarse. El dueño subía todas las tardes una vez concluidas las tareas en el caserío siguiendo la ruta del ''alphabide ''y seguido de su perro de raza ''labrit''. Reunía a las ovejas en la borda y las ordeñaba con el ''kaiku''. Cenaba y dormía en la ''artzain-etxola''. Por la mañana volvía a extraer la leche y la mezclaba con la de la víspera en un cántaro, ''esne-untzia'', que bajaba al caserío. De este modo colaboraba en sus tareas desde el final de la mañana hasta la tarde, cuando volvía a subir. La madre era siempre la persona encargada de elaborar los quesos con la leche que bajaba el pastor. Así ocurrió hasta los años cuarenta.
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