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Texto reemplazado: «M<sup>a</sup>» por «M.ª»
En Oñati (G) estaba muy generalizada la creencia de que si no se le satisfacían, la criatura mostraría en la piel manchas, verrugas y tumores que por su forma recordarían el objeto que constituyó el antojo<ref>EAM, 1901 (ed. 1990) I, 1, p. 154.</ref>. En Estella (N) que si no se le daba a la embarazada lo que pidiese el bebé presentaría una señal parecida a la cosa que se le antojó a la madre<ref>EAM, 1901 (ed. 1990) I, 1, p. 154.</ref>.
En Gatzaga (G) si al nacer el niño presentaba manchas en la piel era señal de que la madre no había podido satisfacer sus antojos. A veces las manchas tenían la forma del objeto que había sido motivo del antojo<ref>Pedro M<sup>a</sup> .ª ARANEGUI. ''Gatzaga; una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX. ''San Sebastián, 1986, p. 43.</ref>. En Durango (B) si el niño nacía con una mancha morada, se consideraba que la madre había tenido el antojo de comer fresas.
En Nabarniz (B) los antojos se denominaban ''oraiñek ''y la marca que dejaban en la piel de por vida ''oraiñena. ''Se decía que la criatura nacía con esas manchas porque a la madre durante el embarazo no se le había dado de comer aquello de lo que se encaprichó en un determinado momento.