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– Guindos. Pocos ejemplares.
– Cerezos. Producían cerezas denominadas ''pitorreras'', de menor tamaño que las guindas. Entre las mismas existían unas de mayor grosor y buen sabor y otras de tamaño más reducido y sabor más amargo. Los cerezos crecían en los lindes de las fincas, principalmente ribazos y en pequeños sotos. En el entorno de las iglesias siempre existía uno o más cerezos. La calidad de las cerezas variaba en función de la localización del árbol, siendo las de mayor tamaño (con más carne y menos hueso) y sabor más agradable las provenientes de los situados en huertas o en zonas más cuidadas.
– Ciruelos. Con las siguientes variedades: negriales, de pequeño tamaño y color negro; blanquillas; pintillas; claudias, las más apreciadas; picudas o ''de la rosa'', que solían ser de color amarillo o morado fuerte.
– Nogales. La zona donde más abundaba este frutal era en Ribera, donde daban mucho fruto. Existía alguno en Villamardones y en Lahoz. La mayor parte han desaparecido.
– Castaños. Como en el caso de los nogales era en Ribera donde más ejemplares había. También existieron algunos en Villamardones pero con frutos de menor calidad.
– Agraces. Solía haber algunos ejemplares en las huertas; se consumían directamente de la mata.
– ''Uvines''. Trepaban por las paredes de algunas huertas; su forma se asemejaba a las parras pero con troncos y hojas de menor tamaño. Tenían un fruto en forma de pequeños racimos de grano menudo de color rosa púrpura y sabor dulce apagado.
– Membrillos. De este frutal existieron ejemplares en los pueblos de Ribera y Villamardones y algunos de ellos han perdurado perdidos entre la maleza hasta nuestros días. Su fruto era de tamaño reducido comparándolo con el que hoy día se produce, no estaban cubiertos de pelusa y su sabor y olor eran intensos. En la actualidad se está procediendo a la recuperación de los pocos ejemplares que quedan por su alta calidad. – Parras de uva: Solo existieron dos ejemplares en el pueblo de Ribera donde sendas casas las ostentaban en sus fachadas.
– Nísperos. En las orillas Parras de algunos huertos y en ribazos de fincas uva: Solo existieron algunos dos ejemplares. En la actualidad solo se conoce alguno en el pueblo de VillamardonesRibera donde sendas casas las ostentaban en sus fachadas.
– PeralesNísperos. Las peras que En las orillas de algunos huertos y en ribazos de fincas existieron algunos ejemplares. En la actualidad solo se recogían, conoce alguno en pequeñas cantidades, eran las ''sanjuaneras ''y también los ''peruquillos'', el pueblo de reducido tamaño y escaso saborVillamardones.
– AvellanosPerales. Generalmente ubicados Las peras que se recogían, en zonas boscosaspequeñas cantidades, ribazos eran las ''sanjuaneras ''y huertas. No se les dedicaban cuidados especiales. Para recolectar también los frutos se sacudían las ramas y se recogían del suelo. Había abundancia de ellos en las orillas del río Purón''peruquillos'', entre el molino de Lalastra reducido tamaño y el pueblo de Villamardones, tramo que permanecía seco desde julio hasta octubre. Los niños se subían a los avellanos y los zarandeaban cayendo sus frutos al lecho del río que al ser de piedra permitía recogerlos fácilmenteescaso sabor.
– Avellanos. Generalmente ubicados en zonas boscosas, ribazos y huertas. No se les dedicaban cuidados especiales. Para recolectar los frutos se sacudían las ramas y se recogían del suelo. Había abundancia de ellos en las orillas del río Purón, entre el molino de Lalastra y el pueblo de Villamardones, tramo que permanecía seco desde julio hasta octubre. Los niños se subían a los avellanos y los zarandeaban cayendo sus frutos al lecho del río que al ser de piedra permitía recogerlos fácilmente. – Manzanos: Existían dos tipos, unos que proporcionaban frutos con tonos amarillos y colorados y de sabor agradable, que solían estar ubicados en las huertas o ''herranes''<nowiki>; los otros daban frutos de pequeño tamaño, color amarillo y escaso sabor; se trataba de los manzanos </nowiki>''mailos ''(su fruto, ''mailas''). En la actualidad han desaparecido, aunque quedan topónimos como Los Mailos. En el pueblo de Ribera se conoció también la reineta. En Argandoña (A), salvo algunas parcelas aisladas, el cultivo de árboles frutales se reduce a las huertas junto a las hortalizas. Tradicionalmente han existido frutales plantados en zonas marginales de las huertas, junto a los muros, próximos a acequias o arroyos, en terrenos de menor productividad, etc. Esta disposición ha sido así porque la sombra impide el buen desarrollo de las hortalizas. Son mayoría los manzanos, perales, ciruelos, cerezos y membrillos. En las zonas marginales o junto a caminos de acceso o acequias se plantan nogales y avellanos.
Exceptuando los nogales, el resto de los frutales son de menores dimensiones lo que permite poder acceder a la fruta más fácilmente. En este orden se plantan manzanos, perales, cerezos, ciruelos, avellanos, nogales, membrillos, ''mísperos'', etc. Las vides con forma de parra crecen adosadas a la fachada de la casa.
Treviño y La Puebla de Arganzón (A) no ha sido zona de explotación de frutales; se destinaban al abastecimiento de la casa y para regalar a algún pariente o vecino, raro era el que vendía fruta. Estaban plantados a la orilla de los ríos y en las huertas, pero al hacer la concentración parcelaria desaparecieron. Mención aparte merecen los nogales ya que todas las casas contaban con varios. Se conocían varias clases de nueces: una muy grande de cáscara pero poco fruto, otra pequeña muy fina y la mediana de muy buen sabor.
Ahora tienen más árboles frutales que antaño, ya que hoy se cuenta con más tiempo para atenderlos pues la mayoría de los vecinos están jubilados. En las nuevas urbanizaciones rara es la vivienda que no tenga media docena de frutales.
En Berganzo (A) los árboles frutales eran abundantes y proporcionaban mucha fruta. Destacaban los siguientes:
– Cerezos. Variedades de cerezas: temprana, de últimos de mayo y tardía. – Guindos. Variedades de guindas: silvestre y garrafal, más gorda que la silvestre.
– Guindos. Variedades Melocotonales, cuyos frutos, antes de guindas: silvestre y garrafalque se estropeasen, más gorda que la silvestreeran empleados para alimentar a los cerdos.
– Melocotonales, cuyos frutos, antes de que Pavíos. A las pavías se estropeasen, eran empleados para alimentar a los cerdosles denominaba melocotones abrideros porque se abrían por el medio.
– Pavíos. A las pavías se les denominaba melocotones abrideros porque se abrían por el medioAlberchigales.
– AlberchigalesAlbaricoqueros.
– AlbaricoquerosMembrillales. Eran escasos y pertenecían a la variedad común de los mismos.
– Perales. Variedades de peras: pera de invierno, de carne dura; pera blanquilla; Membrillales. Eran escasos y pertenecían a la variedad común pera de los mismosverano, más delgada y alargada, que se recolectaba por Santiago.
– PeralesManzanos. Variedades de peras: pera de invierno, de carne dura; pera blanquillamanzana reineta; actualmente a esta variedad se le suman la ''golden ''y pera la roja o temprana de verano, más delgada y alargada, que se recolectaba por Santiago.
– ManzanosHigueras. Variedadesde higos: manzana reinetahigos rojos; actualmente a esta variedad se le suman la ''golden ''y la roja o temprana brevas, blancas y más tempranas que los higos ya que maduran para el mes de veranojulio.
– Vides.
– Nogales, algunos alcanzaban enormes dimensiones. Variedades de nueces: nueces rudas, que eran duras y bastas; y pajareras, más blandas.
– Avellanos. Variedades: avellanos silvestres, que aparecían en las zonas de monte y en las orillas del río; en los años 1980 se empezaron a trasplantar y a plantar avellanos comunes.
– Bortos, cuyo fruto es el madroño.
– Las endrinas eran silvestres, y con ellas y anís fabricaban pacharán. Los ''churris ''era una fruta a caballo entre la ciruela y la endrina, cuya recolección se llevaba a cabo por septiembre.
En Pipaón (A) la variedad de árboles frutales es bastante completa: ciruelos, manzanos, perales, nogales, avellanos y alguna que otra parra resguardada de los fríos.
En Moreda (A) de los árboles frutales es al olivo al que se le tiene más veneración; además es el más numeroso con 12 000 ejemplares esparcidos en una gran cantidad de olivares. Otros árboles de cultivo habituales aunque con escaso número de ejemplares son los manzanos, perales, higueras, cerezos, guindos, membrillares, ciruelos, nogales, almendros, melocotonares, albaricoques, pomares y morales.
– Entre los melocotonares los más apreciados son los de viña, con frutos pequeños pero muy sabrosos; luego están los que proporcionaban frutos de mayor tamaño que tienen más agua y son menos dulces.
– Perales hay de muchas clases, así tenemos perales limoneros, de san Juan, de Santiago y de invierno.
– Manzanos hay de dos clases: ''golden ''y ''raineta''<nowiki>; predominan los primeros y se recolectan en octubre.</nowiki>
– Entre los ciruelos los más apreciados son los que dan ciruelas claudias; de los de santa Rosa hay menos.
– Higueras hay de diferentes frutos: los de viña o higos royos son muy apreciados; también gustan mucho los higos blancos de higueras de huertas y riberas de ríos. Las higueras crecen por todos los pagos de la jurisdicción: en viñas, hortalizas, caminos, riberas de los ríos, etc.
– Las variedades de almendros cultivadas son: común, con el almendruco redondo y pequeño; ''largueta'', almendruco alargado y hermoso empleado para hacer almendras garrapiñadas y turrón; ''cristoseco'', almendruco que brota más tarde que los demás y es difícil que se hiele, el precio que se paga por él es más alto; ''pajarero'', almendruco de cáscara blanca que lo suelen picotear las aves; y ''marcona''. De todas ellas los más habituales son los comunes y los de ''largueta'', especialmente estos últimos por ser los más apreciados.
– En Moreda no hay ''nogalares ''como tal, pero sí nogales sueltos por las orillas de los ríos, hortalizas y terrenos frescos, es decir, en las cercanías de cursos de agua.
En 1960 los frutales con los que contaba Moreda eran: perales, 400; melocotoneros, 300; nogales, 580; cerezos, 300; manzanos, 280; almendros, 2 800; ciruelos, 300; higueras, 50.
En Izurdiaga (N) las frutas que se cultivan son: la pera, ''urderie'', con las variedades limonera, roma, la de agua y la enana; manzana, ''sarra'': reineta, ''golden ''y ''starking''<nowiki>; ciruela, </nowiki>''okana'': claudia y japonesa; membrillo; higos, ''pikubek'': rojos, ''gorrilek'', y blancos, ''txurillek''<nowiki>; brevas; cerezas, </nowiki>''gillek''<nowiki>; nueces, </nowiki>''aintxorak'', ''antxorrak''<nowiki>; y avellanas, </nowiki>''urrek'', ''uzrrek''. Los árboles frutales se colocaban en las huertas intercalados con otros cultivos pero no había ninguna pieza dedicada exclusivamente a ellos.
En el Valle de Roncal (Ustárroz, Isaba y Urzainqui) (N) pocos eran los árboles frutales que podían resistir el clima del lugar: arañones, ''maxaranak''<nowiki>; gurrillones; grosellas negras, </nowiki>''beltxanburuak''<nowiki>; ciruelas, </nowiki>''aranak'', cascabillos o ciruela claudia, ''arrauntzearanak ''o de yema amarilla, ''urriaranak''<nowiki>; peras </nowiki>''zermein ''que era una variedad muy especial; ''txagarkoa ''o manzana ácida. Los manzanos, perales y ciruelos se plantaron poco a poco en la huertas. La única vid que nacía en el valle era la vid silvestre labrusca denominada ''basamahastia ''o ''basamahatsbasamahatsa''a.
En el Valle de Arce y Oroz Betelu (N) los pequeños campos de frutales se ubican alrededor de la casa en las zonas llanas o en las laderas.
En Viana (N) los árboles frutales se cultivan sobre todo en las huertas y sus frutos sirven para el autoconsumo a excepción de los almendros, a los que se ha dedicado grandes extensiones, aunque ahora se hallan en retroceso.
Melocotoneros. Árboles de regadío de vida corta, alrededor de diez años. Hay diversas variedades, la mejor según algunos, el ''gallú ''colorado, según otros el amarillento terminado en la base en un piquillo; el ''Alejandro Dumas ''es muy duro y por lo tanto apropiado para embotar, pero poco apreciado para el consumo directo pues tiene “mucha resina”; el ''blanquillo ''contiene mucha agua, es de tamaño pequeño y muy bueno; era muy apreciado el llamado ''sanmigueleño'', que por venir tarde resultaba muy dulce; otra variedad ahora muy escasa es el melocotón ''de viña'', de pequeño tamaño por criarse en secano, aunque muy dulce.
También se pueden considerar variedades de melocotón estas otras: abridor, de mucha agua, con el hueso cubierto de arrugas y que se desprende fácilmente de la carne; pavía, melocotón aplastado de mucha agua y muy dulce; ''paraguayo'', parecido al anterior pero más soso; albaricoque o albérchigo, con un surco en su superficie, carne blanda de color amarillento y rojizo, muy dulce y con mucha agua; nectarina, híbrido de melocotón y ciruela de carne dura, rojiza o blanca y entre dulce y agrio.
Ciruelos. Se considera que las mejores ciruelas son las claudias verde-amarillentas por su dulzura; hay otra variedad, la semiclaudia, “mestizada a claudia”, menos dulce; las llamadas japonesas son grandes, de color amarillento, de piel dura y algo agrias; otra variedad es la morada, alargada y pequeña.
''Peros ''o perales. Las peras más tempraneras eran las de san Juan (24 de junio), los ''peretes ''amarillentos; por la Magdalena de julio se recogía una pera de tamaño pequeño llamada ''blanquilla''<nowiki>; excelente es la </nowiki>''pera de agua ''o ''de limón'', de carne blanca acuosa; ''la pera de buen cristiano'', amarilla y dura, se recogía a primeros de septiembre; la de ''donguindo ''era de invierno, ancha, de carne compacta y piel dura, que se colgaba para su maduración en los graneros. Las dos últimas variedades prácticamente ya no existen. [[File:FIGURA.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
Cerezos. La variedad rojiza es la más temprana y la más sosa; la ''negra garrafal ''viene algo después y es muy dulce, grande y a propósito para embotar; la llamada ''monzón ''es amarilla y buena para conserva; una clase especial, muy escasa, tardía y dulce, pues viene en julio, es de color amarillento ámbar.
Guindos. La guinda común procede de los árboles que crecen a orillas de los riachuelos, de color rojizo y de sabor agrio; la ''garrafal ''es más oscura, de mayor tamaño y más dulce.
Membrilleros. Con dos variedades: el común, que huele mucho y es de tamaño pequeño; y otros de mayor tamaño pero de poco olor. El árbol puede alcanzar más de medio siglo de vida. Manzanos. La llamada de ''sanjuan'', pequeña y colorada; reineta, redonda, plana y algo ácida; ''golden'', alargada, verde-amarillenta; ''starking'', de color rojizo. Algunos árboles son ''añeros'', es decir, dan fruto un año sí y otro no.
Pomares. Quedan muy pocos pues su fruto no es muy apreciado, aunque sí en tiempos pasados. Nunca se ha comercializado. Para recoger este fruto bien maduro, pues solo así se podía comer, había que dejar que cayese del árbol o colocarlo todavía verde en el granero sobre el trigo para que fuese madurando poco a poco.
Higueras. Hay una variedad de higos blancos que también produce brevas; también higos ''royos'', más dulces que los anteriores; antes había una variedad de higos negros parecidos a las brevas.
Almendros. Ha sido siempre un cultivo muy apreciado para comer el fruto en seco y para la elaboración de turrones y almendras garrapiñadas o saladillas. Existen varias clases: común, redondeado; ''largueta'', acabado en punta y muy bueno para elaborar almendras saladas o garrapiñadas; ''marcona'', el más caro; ''mollor'', muy gordo; ''desmayo'', por tener la flor hacia abajo, lo que le permite evitar mejor las heladas. Hay una variedad común de sabor amargo y raíz muy fuerte que sirve de patrón para luego injertar otras variedades.
Entre los años 1950-1970 se plantaron muchas fincas de almendros debido a los buenos precios que se alcanzaron. En la década de los ochenta había 55 ha dedicadas al almendro en plantación regular. Después se arrancaron muchos y en 2005 su cultivo estaba en franca regresión por los bajos precios.