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Es un juego similar al anterior de alfileres «Al monto». La diferencia fundamental está en el elemento de juego que en este caso son los palillos. El número de jugadores es variable y lo practican tanto niños como niñas. En algunas localidades han señalado que anteriormente se llamó «A los palillos chinos» y con este nombre se le conoce en Amézaga de Zuya ''y ''Valdegovía (A).
Se utilizan unos palillos delgados, cilíndricos, de una longitud aproximada de unos 20 cros cuyos extremos estén afilados. En Portugalete (AB)se fabricaban con trocitos longitudinales de caña. En Lezaun (N) era un juego de niñas que de ordinario compraban los palillos y en su defecto los hacían con ramitas. En Garde (N), los construían los propios niños con mimbre y en Obanos y en San Martín de Unx (N) pelando pequeñas ramas de árboles o sarmientos hacían 20 palos de grosor y tamaños parecidos, de 20 a 25 cm de longitud que llamaban ''peones'' y a los que se adjudicaba un valor de 1 punto. Tallaban uno más grueso con dos puntas, rey, que valía 10 puntos y otro con una punta, ''reina'' que tenía un valor de 5 puntos.
El juego consiste en coger el mazo de palillos en una mano y colocándolos verticalmente sobre la mesa o sobre el suelo abrirla, dejándolos caer sobre la superficie de juego. Cada participante debe ir levantando palillos sin mover los que toquen o estén próximos al que recoge. Si al retirarlo moviera algún otro perdería su turno. Se proclamará ganador el que consiga el mayor número de palillos o de puntos, según se haya convenido.
En Obanos (N) estaba permitido tirar con cierta fuerza para que se desparramasen al caer ''y ''ayudarse de uno de los palillos conseguidos. Era un juego mixto, que se ejecutaba en primavera-verano.
En Portugalete (B) se practicaba además del juego común una variante en la que cada jugador debía coger solamente los palillos que correspondieran al color que previamente le hubiera sido adjudicado.