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Anderos vecinos

No hay cambio en el tamaño, 08:27 4 sep 2019
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En Améscoa (N) eran cinco individuos los que estaban obligados a asistir a un entierro de parte del vecindario, uno de ellos para llevar la cruz parroquial y los otros cuatro para hacer de anderos. La elección se hacía «a renque». Una cruz de madera recorría las casas de la localidad, según la lista de vecinos, pasando de una a otra cada vez que ocurría una defunción. La casa en que se encontraba la cruz el día del entierro era la encargada de avisar a los cuatro vecinos siguientes de la «renque» de que les «tocaba» portar el cadáver y ella era la obligada a llevar la cruz procesional en el entierro<ref>Luciano LAPUENTE. “Estudio Etnográfico de Améscoa” in CEEN, III (1979) p. 146.</ref>.
[[File:7.86 Salida de la casa mortuoria. Bera (N) 1995.pngjpg|center|600px|Salida de la casa mortuoria. Bera (N), 1995. Fuente: Anton Erkoreka, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Beasain (G), antiguamente, eran jóvenes del barrio del fallecido o de los caseríos próximos los encargados del traslado del féretro. Ahora son los familiares del difunto, acompañados ocasionalmente por algún vecino.
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