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Anderos vecinos

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En Aramaio (A) antaño los portadores, ''anderuek, ''solían ser hombres adultos y más bien fornidos elegidos entre los vecinos más próximos, ''auzo urrenak. ''A partir de los años setenta se encargan de esta labor los familiares. También en Bera<ref>Julio CARO BAROJA. ''La vida rural en Vera de Bidasoa''. Madrid, 1944, p. 170.</ref> (N), en los años cuarenta, el cadáver era llevado en un ataúd a hombros de cuatro hombres que eran los vecinos más próximos, hacia la parte que mira a la iglesia, por lo general.
 
En Améscoa (N) eran cinco individuos los que estaban obligados a asistir a un entierro de parte del vecindario, uno de ellos para llevar la cruz parroquial y los otros cuatro para hacer de anderos. La elección se hacía «a renque». Una cruz de madera recorría las casas de la localidad, según la lista de vecinos, pasando de una a otra cada vez que ocurría una defunción. La casa en que se encontraba la cruz el día del entierro era la encargada de avisar a los cuatro vecinos siguientes de la «renque» de que les «tocaba» portar el cadáver y ella era la obligada a llevar la cruz procesional en el entierro<ref>Luciano LAPUENTE. “Estudio Etnográfico de Améscoa” in CEEN, III (1979) p. 146.</ref>.
[[File:7.86 Salida de la casa mortuoria. Bera (N) 1995.png|frame|Salida de la casa mortuoria. Bera (N), 1995. Fuente: Anton Erkoreka, Grupos Etniker Euskalerria.]]
 
En Améscoa (N) eran cinco individuos los que estaban obligados a asistir a un entierro de parte del vecindario, uno de ellos para llevar la cruz parroquial y los otros cuatro para hacer de anderos. La elección se hacía «a renque». Una cruz de madera recorría las casas de la localidad, según la lista de vecinos, pasando de una a otra cada vez que ocurría una defunción. La casa en que se encontraba la cruz el día del entierro era la encargada de avisar a los cuatro vecinos siguientes de la «renque» de que les «tocaba» portar el cadáver y ella era la obligada a llevar la cruz procesional en el entierro<ref>Luciano LAPUENTE. “Estudio Etnográfico de Améscoa” in CEEN, III (1979) p. 146.</ref>.
En Beasain (G), antiguamente, eran jóvenes del barrio del fallecido o de los caseríos próximos los encargados del traslado del féretro. Ahora son los familiares del difunto, acompañados ocasionalmente por algún vecino.
En Urnieta (G) el féretro era transportado por cuatro vecinos, denominados ''eramantzailliak. ''En tiempos pasados, en ciertos barrios, los portadores eran fijos.
 
[[File:7.87 Un entierro en Gipuzkoa el año 1917.png|frame|Un entierro en Gipuzkoa el año 1917. Fuente: Archivo Aguirre. Donostia.]]
En Izal (N), en otros tiempos, eran los ''barrios y ''los ''contrabarrios ''los que se ocupaban de trasladar el cadáver. Desde la década de los sesenta son los familiares varones los encargados de hacerlo.
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