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Base y fondo del fogon. Su azpikoa

No hay cambio en el tamaño, 06:56 21 jun 2019
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La base del hogar tenía forma cuadrada o rectangular y aunque había fuegos a ras de suelo, lo normal era que estuviera construido sobre una pequeña grada de unos cuantos centímetros (de 15 cm hasta 30 ó 40 cm) de altura de manera que quedara algo elevado del suelo. Este levante estaba hecho de losas de piedra, ladrillo, cemento o mosaico, a veces con los contornos enmaderados y la superficie embaldosada (Sangüesa-N). El canto de madera servía para que se sentara la persona que estaba cocinando, y de tanto pasarlo con lejía solía tener color blanco (Mélida-N). Este escalón podía tener un entrante en el frente para que la cocinera pudiese manipular mejor los pucheros en la lumbre (Mélida, Monreal, Murchante-N). A modo de ejemplo en Bermeo (B) la base de ladrillo solía ser rectangular de 150x125 cm de ancho por 30 cm de alto; en Astigarraga (G) la base era de piedra de unos 30 cm de alto por 100 cm de ancho con forma curva con fondo de piedra y en Orozko (B) el suelo era de una mezcla de barro y cal, ''karea eta buztina masea eginda''. En Iholdi (BN) es de forma cuadrada, levantada decímetro y medio sobre el pavimento del local. En Ataun (G), en otro tiempo, el hogar tenía como base una loseta de piedra. En Sara (L) el resalto cuadrado era de 15 cm de alto y 150 cm de lado hecho con ladrillos. En Andoain (G) la plataforma recibe el nombre de ''koska''.
[[File:2.296 Base elevada del hogaril. Sanguesa (N) 2006.jpg|center|600px450px|Base elevada del hogaril. Sangüesa (N), 2006. Fuente: Juan Cruz Labeaga, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Allo (N) la grada, a veces, era tan amplia que además de los cacharros de cocina que se amontonaban en ella, las personas ancianas de la casa solían pasarse muchas horas de invierno sentadas en ella sobre sillas bajas. En Lezaun (N) el altillo ocupaba una superficie similar a la de la campana o algo mayor, tenía unos dos metros de ancho por uno de frente, el borde era de madera y con frecuencia se usaba para sentarse en los costados al calor del fuego.
Para la chapa metálica en la que se prende la lumbre, que en muchos lugares no tiene nombre propio, se han recogido las siguientesFig. 297. Plataforma del fuego bajo. Carranza (B), 1999.denominaciones: ''solera ''(Artajona-N), ''su azpikoa ''(Zerain-G), ''suko metalia ''(Urepele-BN), ''tola ''(Donoztiri, Uharte-Hiri-BN; Sara-L), ''tola-azpikoa ''(Iholdi-BN), ''metalia ''(Garazi (Saint Michel)-BN), ''plakarra ''(Heleta-BN) y ''funda ''(Liginaga-Z). En Zerain (G) se ha recogido que esta chapa era de 64x52 cm, estaba limitada con un marco de hierro de unos 6 cm de alto, dividido en dos piezas para graduar la zona de fuego. En el fondo del fogón y apoyado en el muro había otra chapa metálica que se describe más adelante.
[[File:2.297 Plataforma del fuego bajo. Carranza (B) 1999.jpg|center|600px450px|Plataforma del fuego bajo. Carranza (B), 1999. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.]]
El espacio entre el suelo y la altura a la que se situaba el hogar se utilizaba en algunas localidades (Ribera Alta-A; Hondarribia-G) para guardar las zapatillas y poner a secar los calcetines y el calzado mojado. Era también un lugar apreciado por los gatos que buscaban el calorcillo (Hondarribia). En Sara (L) a este hueco existente debajo de la plancha de hierro se le llama ''metalazpi'', tenía entrada por la parte anterior del resalto y servía de secadero de calzado. En Luzaide/Valcarlos (N) señalan que permitía colocar un tirador que servía para guardar calzado de abrigo, bayetas de limpieza y otros objetos de mucho uso. No era raro que el frente de esa caja fuera de cobre o latón, con lo que se convertía además en motivo ornamental, ''tiranta''. En la zona rural de Deba-Mutriku (G), dentro de la campana de la chimenea solía haber travesaños de madera, ''su gañeko agak'', de donde colgaba el calzado húmedo, a fin de secarse.
Según recogió Barandiaran, antiguamente, en el respaldo del fuego, junto a la pared del fondo del hogar, solía haber una gran losa de piedra. Así lo constató en muchas cocinas de Baja Navarra, donde la losa iba además decorada con curiosas esculturas o bajorrelieves. También en Sara (L) antiguamente lo que estaba en el fondo del fogón y apoyado en el muro era una losa, como lo delata el propio nombre de la pieza ''su-gibeleko harri'', que con el tiempo fue sustituida por una plancha de hierro. En esta localidad labortana en los años cuarenta eran raras ya esas piedras y las pocas que subsistían tenían una decoración muy simple. En Ataun (G), en otro tiempo, en el fondo del hogar había una piedra de alrededor de treinta centímetros de altura, que servía de apoyo a la paleta de talos, al asado y a la parrilla. En Améscoa (N) las informantes más ancianas conocieron hogares de piedra que consistían en una piedra labrada en el suelo y otra embutida en la pared de la cocina y un poco saliente. En Ezkurra (N) se recogió que detrás del fogón había una losa de piedra en unas casas y ladrillos en otras; la losa de piedra también se conoció en Ezkio-Itsaso (G). En Markinez y en Apellániz (A) a esta piedra que iba colocada en la pared se le llama ''paleteja''.
 
[[File:2.299 Su-txapa trasfuego. Elosua (G) 1985.JPG|center|450px|Su-txapa, trasfuego. Elosua (G), 1985. Fuente: Mirentxu Goñi, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Itziar (G) la piedra que estaba detrás del fogón, limitándolo, se llamaba ''gaatarrixa'', era de arenisca y servía de apoyo a la pala de hacer talos y otros comestibles. En Ataun, Andoain (G) y la zona rural de Deba-Mutriku (G), antaño, solía haber una piedra arenisca llamada ''su-atzeko arria'', piedra de detrás del fuego. Luego, en su lugar, se puso una chapa de hierro, ''su-atzeko burnia'', arrimada a la pared, con un reborde saliente, donde se apoyaba la pala de hierro cuando se cocían talos. En el Valle de Carranza (B) también se ha constatado la existencia de una piedra de arenisca labrada. En Gautegiz-Arteaga (B) algunas casas tenían como trasfuego la piedra de arenisca, ''ari-arrijje'', que no se calcifica, ''ez da karetuten''. En Andoain (G) señalan que la chapa era preferida a la piedra. En Oiartzun (G) limitando el fuego, junto a los morillos, por el frente había otro hierro, ''lalamantenua'', que servía para sostener los talos después de hechos.
[[File:2.299 Su-txapa trasfuego. Elosua (G) 1985.JPG|center|600px|Su-txapa, trasfuego. Elosua (G), 1985. Fuente: Mirentxu Goñi, Grupos Etniker Euskalerria.]] [[File:2.300 Suteko txapea. Ajuria (B) 2011.jpg|center|600px450px|Suteko txapea. Ajuria (B), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Más tarde se impuso la chapa de hierro que, según el dato recogido en Beasain (G) solía tener unos 60 cm de alto por 45 cm de ancho. Con frecuencia esta chapa iba decorada con adornos y figuras, y su finalidad era evitar el fuego a la pared, “para que no se saltaran las piedras” (Sangüesa-N) y que refractara el calor. Algunas, en el centro a media altura, suelen tener una pequeña chapa horizontal que sirve para apoyar la pala de hacer talos (Beasain-G) o los troncos (Hondarribia-G).
La utilización de esta plancha se ha consignado en numerosas localidades encuestadas (Pipaón, Valdegovía-A, Trapagaran-B; Elgoibar, Elosua, Oñati, Orexa-G; Elorz, Eugi, Mélida, Monreal, Luzaide/Valcarlos y Viana-N). En Zerain (G) señalan que la placa era de hierro fundido de unos 10 mm de espesor. Podía ser lisa pero ordinariamente estaba decorada con motivos religiosos o vegetales.
[[File:2.301 Decoracion del trasfuego. Melida (N) 1997.jpg|center|600px450px|Decoración del trasfuego. Mélida (N), 1997. Fuente: M.ª Luisa García, Grupos Etniker Euskalerria.]]
=== Motivos decorativos ===
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