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Calentar la leche con piedras candentes esne-harriak

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La razón del empleo de estas piedras parece encontrarse en la imposibilidad de calentar al fuego los recipientes de madera ''kaikua ''o cuezo, que utiliza el pastor. Su uso predomina en el área pirenaica y de montaña, está presente también en la zona media y se desconoce en la zona costera y en la Ribera. De todas formas por los testimonios aportados ha sido un método generalizado prácticamente en todo el territorio de Vasconia.
Hasta los años veinte del siglo XX, entre los pastores fue corriente la utilización de vasijas de madera llamadas ''esne-potoa, goporra (oporra), kaikua. ''En tales vasijas solían cocer la leche, introduciendo en el líquido varias piedras, calentadas al fuego. Piedras que en Aralar y Okina (N) llaman ''txukun-arriak''; en Garagarza (G) ''atxarriak''; en Bernagoitia (B) ''karatxak, –atxarriak–''; en Eugi, Zaldibia (G); Arraioz-Baztan y Bera (N) ''esne-arriak'', piedras de la leche; en Oiartzun (G) ''kaiku-arriak'', piedras del kaiku; en Arraioz-Baztan; Iroulegi (BN); Sara (L) ''burdin-harriak''; en Valcarlos (N) ''metal-arriak'', piedras ferruginosas; en Lekunberri (N) ''osteo-arriak. ''También se usaron vasos de cuerno que en la montaña alavesa reciben el nombre de ''cucharro''<ref>Anota BARANDIARAN que este método de cocer debió hallarse en uso durante el Paleolítico, siendo una prueba de ello la gran acumulación de conchas de magurios y litorinas que sue- len suelen hallarse sin marca alguna de fuego en los yacimientos de esa época. Vide «Paralelo entre lo prehistórico y lo actual en el País Vasco. Investigaciones en Balzola y Guibijo» in AEF, XII (1932) pp. 102-103.</ref>.
En castellano se han constatado las denominaciones de ''piedras royas ''(Aria-N) y ''piedras rosientes ''(San Román de San Millán-A). Al proceso se le conocía en Lezaun y la Sierra de Urbasa como «hacer el pote» y en Berastegi (G) ''esnea erre, ''quemar la leche.
[[File:FIGURA.png|RTENOTITLE_FIGURA]] José Miguel de Barandiaran recogió de boca de un vecino de la localidad alavesa de Oikina el dato de que los pastores de la Sierra de En- tzia Entzia (A) cuando necesitaban tomar su alimento favorito, la leche, hacían fuego de la mejor manera posible y arrojaban en él varios cantos o piedras llanas. Mientras las piedras se ponían al rojo, hendían con su hacha el extremo de un palo, y entre las dos ramas de la parte hendida metían una brizna o astilla a manera de cuña con lo que conseguían que aquéllas se mantuvieran separadas. Después, aprisionando una de las piedras ya candentes entre las puntas de la rústica horquilla, la introducían en la leche para sacarla poco después, porque de lo contrario se descompondría la piedra dándole mal sabor. Repetían la operación con las demás piedras hasta que la leche entrara en ebullición.
Pastores de Galarreta, Gorbea y Valdegovía (A) se servían de ciertos huecos naturales que hallaban en las peñas para cocer la leche, para lo cual la vertían en el hueco u ordeñaban allá mismo una o dos ovejas, y la hacían hervir con piedras caldeadas del modo descrito<ref>José Miguel de BARANDIARAN. ''El mundo en la mente popular vasca''. Tomo I. Zarauz, 1960, pp. 143-144 y 151.</ref>.
En la Sierra de Codés (N), a finales del siglo XX, había algún pastor que ocasionalmente calentaba la leche con piedras candentes. Se trataba de piedras calizas de la misma sierra, aplanadas y estrechas, de unos diez centímetros de largura que calentaban al fuego. Algunos pastores también han utilizado pequeños guijarros conocidos como ''grijos''. Valiéndose de un palo con una ranura en uno de sus extremos pinzan las piedras calentadas al fuego para introducirlas en la leche. Este procedimiento da un sabor a requemado a la leche que gusta a algunos pastores.
 
[[File:3.293 Piedras de cocer leche. Codes (N).jpg|center|600px|Piedras de cocer leche. Codés (N). Fuente: David Mariezkurrena, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Arraioz-Baztan (N) las piedras que se utilizaban para cocer la leche de oveja se solían recoger en las torrenteras de los riachuelos entre los cantos rodados; son piedras que pueden calentarse al rojo blanco como si se tratara de trozos de hierro, sin que se agrieten o abran por el calor, ni exploten ni se descompongan con él como ocurre con otros muchos tipos de roca; no deben contener arena, porque al enfriarse saltarían dentro de la leche; tampoco conviene que sean de forma esférica, por la dificultad que presentarían en su manejo con las tenazas, usándose preferentemente piedras planas de contornos redondeados; algunos informantes señalan que se les llamaba ''burdiñ-arriak'', piedra de hierro, otros que tienen un color oscuro con pintas, hablando los menos de piedras alargadas con puntos rojizos; se trata en todos los casos de ejemplares planos de roca ofita, muy frecuente en el Valle de Baztan. Si no se disponía de piedras de esa clase, se utilizaban trozos alargados de hierro calentados al fuego vivo.
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