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Casa matriz o del patron

No hay cambio en el tamaño, 09:37 6 may 2019
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En Hondarribia (G) en tiempos pasados, el cuerpo de una persona fallecida en un caserío arrendado alejado de la parroquia era trasladado a la casa del propietario situada en el núcleo urbano. Los informantes recuerdan que los que vivían en la popularmente conocida como «Casa Laborda», en el n.° 33 de la calle Mayor, que eran dueños de varios caseríos de la zona, acogían en el portal de su casa los féretros de las personas fallecidas en los caseríos de su propiedad. En dicho lugar se disponía el ataúd encima de una mesa colocada en el portal, cubierta al efecto con un paño negro. Allí se esperaba la llegada del clero de la parroquia. Acudían tres sacerdotes a cuya cabeza marchaban los monaguillos con la cruz y las velas. Una vez personados en la casa, se rezaba un reponso y la comitiva iniciaba su camino hacia la iglesia. Si el fallecido era un pescador, sus compañeros llevaban el féretro directamente desde su barrio de La Marina hasta la iglesia parroquial.
[[File:7.93 Karroetxe. Antigua parada del cortejo funebre. Ezkio (G).pngjpg|center|600px|Karroetxe. Antigua parada del cortejo fúnebre. Ezkio (G). Fuente: Joseba Zendoia, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Aria (N), hasta la década de los cuarenta, era costumbre llevar el cadáver a la casa matriz, adonde acudían los sacerdotes para proceder al levantamiento del mismo. También en Apodaca (A), el cuerpo se trasladaba a la casa matriz o del patrón cuando la persona hubiera fallecido en el hospital, fuera del pueblo.
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