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Derecho de inhumacion en la sepultura

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En Llanteno (A) junto al panteón que disponían los señores hay tumbas de mármol protegidas por cadenas en las que están enterrados los criados «de toda la vida» y un capellán familiar. En Lekunberri (N) algunas sepulturas también tienen otra contigua más pequeña correspondiente a los criados, ''maizterrak. ''
En cuanto a los inquilinos, en muchas localidades han solido tener derecho a ser inhumados en la sepultura perteneciente al dueño de la casa que ocupan, previo permiso de éste.  [[File:7.242 Enterramientos en tumulo. Arhane (Z) 1987.jpg|frame|Enterramientos en túmulo. Arhane (Z), 1987. Fuente: Michel Duvert, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Gorozika (B) aparte de los de la casa, ''etxekoak'', y los familiares que vivían en el mismo barrio, tenían derecho a ser inhumados en la sepultura del patrón los renteros, ''errenteruak ugazabaren sepulturan''. Igualmente, en Amorebieta-Etxano (B) antiguamente los renteros también eran sepultados en las tumbas de los propietarios.
No existe propiedad sobre la fosa o el nicho en los cementerios de Apodaca, Amézaga de Zuya, Berganzo, Bernedo, Moreda, Pipaón, San Román de San Millán, Valdegovía (A), Abadiano, Amorebieta-Etxano (B), Amezketa, Elgoibar, Elosua (G), Allo, Garde, Monreal y San Martín de Unx (N). En Goizueta (N) cuando transcurre el tiempo establecido el terreno pasa a manos municipales para que sea reaprovechado en otro enterramiento. En Izal (N) hasta 1975 el cementerio estaba sin distribuir y las inhumaciones se efectuaban allí donde se pudiese, pero procurando que los miembros de cada familia estuviesen juntos. Al distribuir el terreno del cementerio entre las casas se dejó un espacio libre para enterrar, si llegaba el caso, a los de fuera del pueblo.
 
[[File:7.243 Enterramientos con losa. Abadiño (B).jpg|frame|Enterramientos con losa. Abadiño (B). Fuente: José Txintxurreta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Aoiz (N) la sepultura del cementerio pertenecía a los miembros de la familia mientras ésta perdurase. Cuando se extinguía, el terreno revertía al ayuntamiento, que la volvía a sacar a la venta. La gente acudía allí y si había «cuadro» se solicitaba en espera de que les fuese concedida, recibiéndola el que más dinero ofreciese.
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