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El cortejo en Vasconia continental

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En Hazparne (L) el cortejo de boda se formaba en la casa de los futuros esposos. La comitiva discurría en doble fila mixta encabezada por los novios, seguidos de los testigos y después los invitados: jóvenes, adultos y ancianos. Tomaban el camino de la iglesia, ''elizabidia'', parándose en el ayuntamiento para la ceremonia civil y continuar luego hasta la iglesia. En este lugar eran recibidos por el cura y ''andere serora'' que actuaba de maestra de ceremonias del acto para que todo saliera bien. Algunas casas situadas en el camino por el que había de pasar el cortejo confeccionaban una alfombra de flores. Al obrar de esta forma cumplían la promesa que habían hecho a alguno de los contrayentes de engalanar el itinerario que habían de recorrer cuando se casaran.
 
[[File:6.199 Novio y madrina. Azkona (N) 1993.jpg|center|450px|Novio y madrina. Azkona (N), 1993. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Uharte-Hiri (BN) el día de la boda dos jóvenes, un hermano y una hermana del novio, o en su defecto un primo y una prima, iban en busca de la novia a su casa para acompañarle a la iglesia. Ella con su padre y el novio con su madre, encabezaban sendos cortejos compuestos por los testigos, parientes y amigos. Acudían primeramente a la alcaldía donde se reunían los dos grupos; una vez inscrito el matrimonio en el registro civil y cumplimentadas las formalidades legales, se dirigían a la iglesia para la ceremonia religiosa.
Refiriéndose a Baja Navarra, Thalamas Labandibar señala que durante el trayecto de la comitiva a la iglesia unos muchachos, camuflados en los matorrales, disparaban tiros de fusil. Los convidados iban emparejados y precedidos de ''txistu'' o acordeón. Los tiros de escopeta empezaban cuando el novio y sus convidados pasaban frente a la casa de la novia y aguardaban a ésta para ir todos a la iglesia<ref>Juan THALAMAS LABANDIBAR. “Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental” in AEF, XI (1931) p. 50.</ref>.
 
[[File:6.200 Novia y padrino. Azkona (N) 1993.jpg|center|450px|Novia y padrino. Azkona (N), 1993. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Liginaga (Z), en los años cuarenta, el día de la boda el novio enviaba a dos mozos a los que llamaban ''esposaen txerkariak'' a casa de la novia. Si el camino era malo los enviados se trasladaban montados en yegua. Una vez delante de la puerta de la casa de la novia decían:
:''- Egun hun. Hulakuak igortzen nizu zien alabaen txerka, plazer badeozie espusatako eman.''
:(Buenos días Fulano me envía a buscar a su hija, si tienen el placer de dársela como esposa).
En la casa respondían:
:''- Sar zite, errezibiturik zira.''
:(Entra, eres acogido).
== Tributo simbólico al novio forastero. Naharraren haustia ==
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Hasta fechas recientes en algunas localidades del ámbito rural, tal y como se describe al tratar del noviazgo en otro capítulo de esta obra, los jóvenes de una localidad han acostumbrado agredir a los jóvenes forasteros para impedir que les roben las chicas. Si la relación amorosa de una joven con un joven foráneo se consolida y acaban casándose, éste debe pagar algún tributo por ello a los restantes mozos del pueblo. Antaño el tributo al novio forastero estuvo reglado ''y ''en algunos lugares el rito se practicaba durante el desfile del cortejo nupcial, antes de acceder al templo o al domicilio conyugal.
Los datos, recogidos hace algún tiempo sobre esta práctica por los etnógrafos vascos, están referidos al territorio de Zuberoa, existiendo también algún testimonio de Baja Navarra y de Roncal (N).
Barandiarán registró en los años cuarenta en Liginaga (Z) la ceremonia denominada ''naharra ''(barrage d'épines): Dos muchachos y   # José Miguel de BARANDIARAN. "Materiales para un estudio del pueblo vasco: En Liginaga (Laguinge)" in ''Ikuska. ''N' 1013 (1948) p. 82. # Pierre APHECEIX. "Au Pays de Soule. La Noce" in ''Bulletin du Musée Busque. ''Tomo VII. N° 1-2 (1930) p. 5.    [[Image:Picture 1444.png|top]] Fig. 200. Novia y padrino. Azkona (N), 1993.  dos muchachas se situaban delante de la puerta del templo. En una mesa colocaban una bandeja con una manzana o una pera que llevaba incrustadas en su interior piezas de cinco o de veinte francos. Los dos muchachos sostenían una cinta que cerraba el paso e impedía que nadie pasara al interior del templo hasta que el novio se adelantase y les pagase el correspondiente tributo: veinte francos, por ejemplo. A esto llaman ''naharraen haustia ''(la ruptura de la valla), momento en que los dos mozos dejaban el paso libre. A continuación los demás asistentes iban depositando algunas monedas en la bandeja. Las muchachas, entre # tanto, entregaban flores a los concurrentes .    Azkue, en la primera década del siglo, ya había registrado esta costumbre señalando  que en una región <ref>José Miguel de Zuberoa cuando un   # BARANDIARAN, "Materiales . “Materiales para un estudio del pueblo vasco: En Liginaga <u>(I</u> aguingeLaguinge) ", cit., p. 83.    extraño iba a casarse a uno de sus pueblos, los vecinos colocaban un cambrón en forma de arco delante de la entrada de la iglesia. El padrino del forastero depositaba cierto dinero en un plato sobre una mesa puesta bajo el arco, y lo rompía, para que el novio entrara en el templo. En el Roncal (por lo menos en Bidangoz) y en Aiñarbe de Zuberoa, el forastero debía entregar ese dinero en el límite del pueblo; de esta costumbre nació la vieja locución suletina ” in ''naharra ezarri diogu, Ikuska''le hemos # puesto el cambrón .    En SantaNº 10-Grazi 13 (Z), en la década de los años veinte, según recogió el P. Donostia, cuando un joven venía a casarse al pueblo, se encontraba a la entrada con un arco de follaje o flores que habían hecho los jóvenes de la localidad. Este arco estaba cerrado con una cinta, de manera que impedía el paso. El novio no pasaba bajo él si no pagaba un canon a los  jóvenes de la localidad. Venía a ser una espe- cie de tributo por ir a vivir al pueblo. Antaño # llamaban a esto ''naharra . ''   También en Barkoxe (Z) en los años treinta cuando uno de los contrayentes era forastero se le tendía ''khaparra. ''Se trataba de una guirnalda de papel que sostenida por dos personas cortaba el acceso. Según iban pasando bajo ella los invitados, una joven les obsequiaba con ramilletes y cigarrillos que sostenía en un platillo y un muchacho les ofrecía bebida, exigiéndoles previamente que depositaran algunas monedas en la bandeja. Este rito lo repetían otros mozos en distintos puntos del reco-# rrido, según la importancia de la boda .    Una versión similar de este rito atribuida con carácter general a Zuberoa se describe como sigue: llegado el día de la boda, si uno de los contrayentes no era del pueblo tenía   # Resurreción Ma de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza. ''Tomo I. Madrid, 1935, pp. 275-276. # José Antonio DONOSTIA_ "Apuntes de folklore vasco" in RIEV, XV (19241948) p. 1783. # APHECEIX, "Au Pays de Soule. La Noce", cit., p. 6. Contiene un testimonio aportado por M. l'abbé Espain del que él mismo fue testigo ocular a principios de siglo en una boda en Altzai (Haute-Soule): al llegar la novia a las proximidades de la iglesia, los jóvenes le hicieron "khaparra" disparando dos o tres tiros de fusil. Pidió una explicación de esta costumbre y le respondieron que se trataba de un recuerdo del rapto de la mujer que se venía practicando de antiguo pues la iglesia ha considerado siempre el rapto como un impedimento dirimente</ref>.   
que soportar lo que se denominaba "mettre la ronce"Azkue, ''khaparra. ''Los jóvenes de en la localidadprimera década del siglo, chicos o chicas según el sexo ya había registrado esta costumbre señalando que en una región de la localidad, levantaban Zuberoa cuando un extraño iba a la entrada del cementerio que se encuentra junto casarse a la iglesia y, a vecesuno de sus pueblos, los vecinos colocaban un cambrón en diversos puntos por los que tenía que atravesar el cortejo para dirigirse forma de arco delante de la casa a entrada de la iglesia, . El padrino del forastero depositaba cierto dinero en un plato sobre una serie de arcos formados por zarzas encintadas. Una cinta impedía mesa puesta bajo el paso de los asistentes a la boda arco, y la izaban a cambio de lo rompía, para que cada pareja pagase una cierta cantidad de dineroel novio entrara en el templo. En el momento Roncal (por lo menos en que los esposos franqueaban esta barrera se disparaban algunos tiros Bidangoz) y en Aiñarbe de fusil. Los que cobraban Zuberoa, el forastero debía entregar ese dinero en el derecho límite del pueblo; de peaje entregaban por otra parte a sus "víctimas" vinoesta costumbre nació la vieja locución suletina ''naharra ezarri diogu'', cigarrillos y ramilletes de flores le hemos puesto el cambrón<supref>21 Resurreción Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid, 1935, pp. 275-276.</supref>.
En algunas localidades Santa-Grazi (Z), en la década de Baja Navarra se practicaba a la entrada del domicilio conyugal una ceremonia iguallos años veinte, según recogió el P. Era el rito de adopción para Donostia, cuando un joven o una joven que por contraer matrimonio se establecía en otro venía a casarse al pueblo distinto al suyo. Cuando el foráneo era el novio, los jóvenes del pueblo de la novia mientras duraba la función religiosa adornaban se encontraba a la puerta de entrada del domicilio conyugal con un arco de espino del cual colgaba una corona de follaje o flores y en el centro que habían hecho los jóvenes de la misma pendía a su vez un ramillete de floreslocalidad. La entrada se hallaba cerrada Este arco estaba cerrado con una cinta de seda. Cuando regresaba el padrino, los jóvenes que hacían guardia en la entrada de la casa no le dejaban pasar hasta manera que desembolsara algunas monedasimpedía el paso. Después hacían caer la cinta con El novio no pasaba bajo él si no pagaba un tiro canon a los jóvenes de fusil y entonces tenían la entrada libre, pero cada uno de los invitados debía depositar algo en las manos de los guardaslocalidad. Cuando llegaba la novia, éstos le ofrecían el ramillete Venía a ser una especie de flores que colgaba en el centro de la corona. Cuando la que llegaba tributo por ir a residir vivir al pueblo era la novia, las chicas se ocupaban de organizar la misma ceremonia. Antaño llamaban a esto ''naharra''<supref>22José Antonio DONOSTIA. “Apuntes de folklore vasco” in RIEV, XV (1924) p. 17.</supref>.
En Gatzaga También en Barkoxe (GZ) en los años treinta cuando uno de los contrayentes era forastero se practicaba le tendía ''khaparra''. Se trataba de una guirnalda de papel que sostenida por dos personas cortaba el acceso. Según iban pasando bajo ella los invitados, una costumbre emparentada joven les obsequiaba con las anteriores ramilletes y cigarrillos que sostenía en un platillo y con las más modernas un muchacho les ofrecía bebida, exigiéndoles previamente que depositaran algunas monedas en la bandeja. Este rito lo repetían otros mozos en distintos puntos del recorrido, según la importancia de la boda<ref>Pierre APHECEIX. “Au Pays de Soule. La Noce” in ''Bulletin du Musée Basque''. Tomo VII. Nº 1-2 (1930) p. 6. Contiene un testimonio aportado por M. l'abbé Espain del tributo impuesto que él mismo fue testigo ocular a principios de siglo en una boda en Altzai (Haute-Soule): al novio forasterollegar la novia a las proximidades de la iglesia, los jóvenes le hicieron “khaparra” disparando dos o tres tiros de fusil. Consistía en Pidió una explicación de esta costumbre y le respondieron que si una joven se trataba de un recuerdo del rapto de la localidad mujer que se casaba con venía practicando de antiguo pues la iglesia ha considerado siempre el rapto como un muchacho foráneo, impedimento dirimente.</ref>.
Una versión similar de este rito atribuida con carácter general a Zuberoa se describe como sigue: llegado el día de la boda, si uno de los contrayentes no era del pueblo tenía que soportar lo que se denominaba "mettre la ronce", ''khaparra''. Los jóvenes de la localidad, chicos o chicas según el sexo de la localidad, levantaban a la entrada del cementerio que se encuentra junto a la iglesia y, a veces, en diversos puntos por los que tenía que atravesar el cortejo para dirigirse de la casa a la iglesia, una serie de arcos formados por zarzas encintadas. Una cinta impedía el paso de los asistentes a la boda y la izaban a cambio de que cada pareja pagase una cierta cantidad de dinero. En el momento en que los esposos franqueaban esta barrera se disparaban algunos tiros de fusil. Los que cobraban el derecho de peaje entregaban por otra parte a sus "víctimas" vino, cigarrillos y ramilletes de flores<ref>Philippe VEYRIN. ''Les basques de Labourd, de Soule et de Basse Navarre. Leur histoire et leurs traditions''. Bayonne, [1943], p. 266.</ref>.
# Philippe VEYRINEn algunas localidades de Baja Navarra se practicaba a la entrada del domicilio conyugal una ceremonia igual. ''Les bosques Era el rito de Labourdadopción para un joven o una joven que por contraer matrimonio se establecía en otro pueblo distinto al suyo. Cuando el foráneo era el novio, los jóvenes del pueblo de la novia mientras duraba la función religiosa adornaban la puerta de entrada del domicilio conyugal con un arco de espino del cual colgaba una corona de Soule et flores y en el centro de Basse Navarrela misma pendía a su vez un ramillete de flores. Leur histoire et leurs traditionsLa entrada se hallaba cerrada con una cinta de seda. ''BayonneCuando regresaba el padrino, [1943]los jóvenes que hacían guardia en la entrada de la casa no le dejaban pasar hasta que desembolsara algunas monedas. Después hacían caer la cinta con un tiro de fusil y entonces tenían la entrada libre, ppero cada uno de los invitados debía depositar algo en las manos de los guardas. 266Cuando llegaba la novia, éstos le ofrecían el ramillete de flores que colgaba en el centro de la corona. # Cuando la que llegaba a residir al pueblo era la novia, las chicas se ocupaban de organizar la misma ceremonia<ref>Juan THALAMAS LABANDIBAR, "Contribución . “Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental", cit.continental” in AEF, XI (1931) pp. 51-52.</ref>.
En Gatzaga (G) se practicaba una costumbre emparentada con las anteriores y con las más modernas del tributo impuesto al novio forastero. Consistía en que si una joven de la localidad se casaba con un muchacho foráneo, desde el anochecer de la víspera de la boda hasta muy entrada la noche, debía soportar una sonora cencerrada en torno a su casa; y una vez celebrado el matrimonio, a la hora de transportar el ajuar de la chica en el carro de bueyes camino del nuevo hogar, no era del todo extraño tropezar con enormes piedras y gruesos troncos cruzados en el camino por donde debía pasar la comitiva<ref>Pedro Mª ARANEGUI. ''Gatzaga: una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX''. San Sebastián, 1986, p. 130.</ref>.
desde el anochecer de la víspera de la boda hasta muy entrada la noche, debía soportar una sonora cencerrada en torno a su casa; y una vez celebrado el matrimonio, a la hora de transportar el ajuar de la chica en el carro de bueyes camino del nuevo hogar, no era del todo extraño tropezar con enormes piedras y gruesos troncos cruzados en el camino por donde debía pasar la comitiva <ref name="ftn10">ARANEGUI, ''Gatzaga..., ''op. cit., p. 130. </ref>.
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