Cambios

Saltar a: navegación, buscar

El pastor trashumante en los distintos territorios

4 bytes eliminados, 15:37 4 jul 2019
sin resumen de edición
En el Valle de Carranza (B) los pastores que partían para la trashumancia invernal habían apalabrado previamente los pastos necesarios a particulares o a los comunales de algún pueblo o valle. Durante la estancia parían las ovejas y podían vender los corderos y hacer queso también para la venta en el mercado, con lo cual conseguían el importe de los pastos y la estancia. Cuando el año no era bueno, «salían em- peñados»empeñados». Las condiciones de vida eran duras pues las pertinaces lluvias invernales provocaban no pocos catarros y enfermedades.
En Aizkorri (G) los pastores que bajaban antiguamente desde la sierra a los pastos de la costa en invierno se trasladaban con sus familias. José Miguel de Barandiaran<ref>José Miguel de BARANDIARAN. «Albergues veraniegos, trashumancia intrapirenaica» in OO.CC. Tomo V. Bilbao, 1974, p. 397.</ref> reseña que solían hospedarse en caseríos, corriendo de su cuenta el combustible para el fogón y la comida. Apacentaban sus ganados en los terrenos de los labriegos sin pagar retribución a sus dueños o a lo sumo mediante una entrega en especie de algún queso o del estiércol de las ovejas para abono. Obtenían ingresos mediante la venta de queso y corderos.
En los montes Oiz y Aramotz (B), los pastores de las localidades de su entorno, dentro de la circulación ganadera invernal, tenían una gran movilidad hacia los pastos de las localidades costeras o los valles. La estancia, hasta los años cincuenta, solía hacerse de varias maneras:
– En casas vacías, ''etxe hutsak, ''utilizadas el resto del año como almacén de forraje. Se arrendaban a los dueños que vivían en los caseríos próximos, ''etxealdeak''. Los pastores debían llevarse de casa la comida y prepararla allí ellos mismos. Ésta solía constar de leche y sopas para desayunar, cocido de legumbres (alubias, habas) o patata para comer y, como cena, huevo, patatas o sopa de ajo. Dormían en el pajar y muchas veces, cuando el frío apretaba, entre el propio rebaño pues era donde se estaba más caliente ''(ardi artean ze antxe egoten zan be- roenberoen)''. Los pastores se limpiaban la ropa menuda y lo mayor lo daban a una mujer del lugar, a la que pagaban en quesos, o lo mandaban quincenalmente a casa.
– Alojados en un caserío, conviviendo consus dueños. Ahora bien, la manutención podían hacerla comiendo conjuntamente con éstos o bien preparando ellos mismos la comida, para lo cual se la traían de casa. El hospedaje es juzgado por los encuestados como satisfactorio y prueba de ello es que se repetía año tras año. El rebaño solía guardarse en una casa contigua vacía.
127 728
ediciones