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El sonido de las campanas. Kanpaiotsak

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Thalamas también constató que la coincidencia del toque del ''saltara ''o de la elevación con el de las horas del reloj de casa era presagio de muerte próxima para algún miembro de la familia<ref>THALAMAS LABANDIBAR, «Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental», cit., p. 19.</ref>.
   En Gatzaga (G) si durante la celebración de la misa en la parroquia, al distribuir la Eucaris- tíaEucaristía, sonaba el reloj de la torre estando el sagrario abierto se creía que pronto fallecería alguno de los asistentes a dicha misa. También se pensaba que ocurría lo mismo si el sonido de la campana coincidía con el alzar de la consagra  ción[[#ftn38|[38]]][[#ftn39|[39]]] consagración<ref>ARANEGUI, ''Gatzaga..., ''op. cit., p. 402.</ref>.
En Lanestosa (B) la coincidencia de los toques del reloj y de las campanas de la iglesia de San Pedro indicaba muerte segura, que no acontecía en el día sino en el periodo de las tres jornadas siguientes. En este sentido se expresa el dicho popular: «Reloj y campana, muerte cercana o muerte en la cama».
En Murchante (N), según unos informantes, si el reloj daba la hora cuando se iba a administrar el Viático a un enfermo, la muerte de éste era segura; otros tomaban como presagio de muerte que un reloj marcase los cuartos en el momento en que el Viático estaba en la casa del enfermo; por el contrario, si daba las horas se interpretaba como señal de que el enfermo viviría. En Zegama (G) se pensaba que si se administraba el Viático a un enfermo a las 11 horas era indicio de que moriría pronto alguno del pueblo"<ref>AEF, III (1923) p. 108.</ref>.
En Gatzaga (G) tampoco se escuchaba con tranquilidad el tañido de la campana que sonaba a deshora sin causa aparente.
En Zerain (G) se dice que cuando suenan las campanas no callan hasta llevarse a uno o dos muertos más. Es una creencia muy común y dicen que durante los últimos años se ha cumplido repetidas veces.
En el barrio de Alboniga de Bermeo (B) al oír tocar a muerto, ''illkanpaie, ''se decía que en un breve plazo de tiempo fallecerían otros dos   {| style="border-spacing:0;width:15.584cm;"|- style="border:none;padding:0cm;"|| PRESAGIOS DE MUERTE. HERIOTZAREN ZANTZUAK |-|}del barrio: ''«Almikeko kanpaie asi de jjoten, beste bi duez lasten> laster» ''(Ha empezado a sonar la campana de Alboniga, pronto morirán dos más). Tam- bién También se decía que el toque a muerto «llama», ''illkanpaiek deitxu eitxen dau, ''a otras dos personas.
En Zeanuri (B) se dice que si en un periodo de tiempo corto las campanas a muerto suenan dos veces es que aún falta un tercero: ''Nor izango da irugarrena? ''(¿Quién será el tercero?). Con esto se da a entender que la muerte ha visitado el lugar, ''eriotzea inguruen dabil ''(la muerte ronda la vecindad). A veces también se afirma esto de una casa o de una familia en la que han muerto varios de sus miembros durante un corto espacio de tiempo: ''eriotzea sartu da etxe orretan ''(la muerte ha entrado en esa casa).
Por último se citan varias creencias relacionadas con las descritas hasta aquí, aunque no hacen referencia expresa al toque de campanas.
En Zegama (G) creían que si la cruz de la parroquia ya se había llevado en dos ocasiones a una misma casa, esto es, si habían muerto dos de sus moradores, en el transcurso del mismo año la llevarían otra vez [[#ftn40|[40]]]<ref>AEF, III (1923) p. 108.</ref>.
En San Román de San Millán (A) se suele decir que «no hay dos sin tres», creyendo que las defunciones ocurren de tres en tres, bien en la familia o en la localidad.
En Ataun (G) también se oía decir a veces que cuando morían dos de una familia en el transcurso de un mismo año, moría un tercero 48<ref>AEF, III (1923) p. 115.</ref>.
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