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Elaboracion del queso en la Vasconia atlantica

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En Sierra Salvada (A) los pastores los fabricaban de la siguiente forma: ordeñaban las ovejas en el corral; la leche, aún caliente, se colaba con un trapo y más modernamente con un embudo de hojalata con ortigas; a la cantina que contenía la leche se agregaba el cuajo y, una vez la masa había cuajado, se vertía en un recipiente donde reposaba durante un par de horas; a continuación partían en trozos la cuajada y la depositaban en los cestos que colocaban en las baldas de las chozas después de haberla prensado. Cuando se acercaba algún familiar a la majada bajaba los quesos al valle para venderlos. Además de la elaboración descrita, considerada la común, durante unos años se fabricaron también los quesos conocidos como «prensaos», cuya diferencia estribaba en que en el proceso de elaboración se calentaba la leche hasta una cierta temperatura.
[[File:FIGURA3.png300 Colador con ortigas a modo de filtro. Oidui Aralar (G) 1985.jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA500px|Colador con ortigas a modo de filtro. Oidui, Aralar (G), 1985. Fuente: José Zufiaurre, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Urkabustaiz (A) la leche de las ovejas, recién ordeñada, se colaba por un trapo fino o un embudo en el que se habían colocado ortigas para eliminar las impurezas. Se calentaba al baño María sin que llegara a hervir y se le vertía el cuajo. Se revolvía y cuando la masa flotaba era la señal de que estaba cuajando, momento que aprovechaban los niños y los jóvenes para comer cuajada directamente del balde. Después, con un cuchillo de madera, se cortaba la masa en trozos del tamaño de los moldes de zinc. Se comprimía durante un día colocando encima una tapa redonda de madera sobre la que reposaba un puntal con una piedra colgando. Después se extraía del recipiente con un trapo delgado para conseguir que la piel quedara fina y se introducía en agua y sal. Para calcular la salinidad se introducía un huevo que debía flotar, pues de lo contrario había que agregar sal. Finalizado el proceso de fabricación se colocaban los quesos a secar en las fresqueras, cajones de madera de varios pisos, colgados, con una tela metálica en la parte delantera para evitar la entrada de insectos. Normalmente se colocaban en el balcón de la casa; si el calor era excesivo se guardaban dentro para evitar que los quesos sudaran. Una vez curados, los quesos destinados al consumo doméstico se conservaban en aceite y los demás se destinaban a la venta.
En el Valle de Orozko-Gorbea (B), ha sido usual entre los pastores elaborar quesos con la leche de oveja. Una vez ordeñada se filtraba, ''iritzi'', a través de un colador, ''iriztontzia, ''en donde se introducían ortigas, con los tallos hacia abajo. Algunos pastores seguían utilizando en 1998 este procedimiento rudimentario de filtrado. A esta leche se le añadía una pequeña cantidad de cuajo natural, ''gatzagia, ''que, tras desmenuzarlo entre los dedos, se derretía en un poco de agua y se mezclaba con la leche templada, revolviéndola con el batidor, ''male txagaz iribiatu''. Era importante que las operaciones de ordeño y fabricación del queso se hicieran sin dilación ya que la leche debía mantenerse templada, ''epelean, ''pues de lo contrario había que templarla metiéndola en un recipiente de agua caliente. A continuación se dejaba reposar de 10-30 minutos hasta que cuajara, ''ezarri. ''Se comprobaba si la masa estaba cuajada, ''artuta, ''y manualmente se procedía a despedazar la leche cuajada'', matoia birrindu'', y se apretaba para que se endureciera y soltara el suero, ''gatzurea''. Con el cuchillo se cortaban trozos de la masa y se les daba forma introduciéndolos en unos cestillos, ''gaztai-otzarak, ''hechos de fresno, donde se dejaban reposar. Para obtener un kilo de queso se precisaban de tres a cinco litros de leche; la cantidad dependía de la época del ordeño.
Los quesos fabricados en la tanda de la noche se sacaban de los moldes a la mañana siguiente y los de la mañana a la noche, poniéndolos a secar sobre las baldas de la chabola o en un bastidor colgante, ''karneroa''. Al día siguiente se les echaba un poco de sal y se les daba la vuelta, proceso este último que se re- petía repetía hasta que, pasados unos 15 días, se curaran, amarilleándoseles la corteza, ''azala beillegitu arte. ''Algunos pastores salaban la leche antes de que cuajara en lugar de echar sal sobre el queso.
[[File:FIGURA3.png301 Preparando el cuajo. Opacua (A) 1985.jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA500px|Preparando el cuajo. Opacua (A), 1985. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Zeanuri-Gorbea (B) se han registrado los siguientes datos: se ordeñaba la leche, ''esneak batu, ''filtrándola, ''irizi'', por un colador, ''irizkia. ''En el orificio de salida, ''atakea, ''se colocaba un manojo de ortigas para retener las impurezas. La leche debía estar a 36-37 °C; si la temperatura ambiente era muy fría había que calentarla un poco antes de darle cuajo, ''legarra. ''Se cortaba un trozo de este fermento y se depositaba en una taza con agua para formar una masa que se probaba en la boca para ver si tenía fuerza. Cuando se vertía este líquido a la leche, se revolvía durante un minuto con un batidor de acebo, ''maletxa. ''Se dejaba reposar alrededor de 50 minutos hasta que se endureciera la masa'', esnea gogortu ''o ''esnea gatzatu. ''Con el propio batidor se rompía la masa hasta que se reblandeciera. Nuevamente se dejaba reposar y con ambas manos se aplastaba la cuajada, ''zapaldu mamia, ''hasta que bajara al fondo del recipiente. Se cortaba esta masa con un cuchillo de madera, dando tres hendiduras paralelas en un sentido y otras tres perpendiculares a los anteriores. Los trozos resultantes se depositaban en moldes de queso, ''gaztanotzarak''. Se presionaba la masa con las manos en el molde y finalmente se añadía sal vertiendo un poco de suero encima para que la recibiera bien, ''gatza artu''. El queso se elaboraba por la mañana y permanecía en el molde hasta el atardecer, momento en que se sacaba. Se le daba vuelta agregándole sal por la cara que no la hubiera recibido por la mañana y se depositaba en la balda, ''gaztanola ''o ''gaztaiola, ''de la chabola. Cada dos días se volteaba la pieza de queso. Una vez traídos los quesos desde la majada a casa, se limpiaban y estaban listos para la venta. Otros quesos se dejaban en la chabola y se iban ahumando al fuego de la lumbre.
En Anboto (B) desde antaño los quesos se fabricaban en casa incluso durante la estancia de los pastores en las chabolas del monte pues bajaban de allí la leche diariamente. Del proceso de elaboración se anotan estos datos: a la leche se le añadía cuajo, ''legarra''; para revolver la leche, ''esnea irabiatzeko'', se utilizaba un batidor hecho con rama de acebo denominado ''malatxa; ''para sujetar el molde del queso se empleaba una parrilla de madera, llamada ''turkea, ''que se colocaba sobre el cubo que contenía la leche; a ésta se le agregaba sal y para saber si la mezcla estaba sazonada se introducía un huevo en la leche y se esperaba hasta que aflorara a la superficie.
[[File:FIGURA3.png302 Añadiendo el cuajo. Vasconia continental 1984.jpg|center|500px|RTENOTITLE_FIGURAAñadiendo el cuajo. Vasconia continental, 1984. Fuente: Blot, Jacques. Artzainak. Les bergers basques. Los pastores vascos. San Sebastián, Elkar, 1984.]]
== El queso en zonas próximas a la costa ==
Los quesos curados, ''gaztai sikuak'', se hacían en casa, siempre utilizando procedimientos manuales, ''beti eskuz'', de abril en adelante. Se ponían a curar en un aposento doméstico pequeño, ''beeko kuartua'', sobre unas baldas hechas de madera de roble o de castaño; también en redes de alambre, ''sarean'', con paja de trigo, ''lastoagaz'', en su base para que les escurriera el agua. El tiempo de curación era de un mes y medio. En este periodo les favorece que sople viento del norte, pues si sopla del sur el queso se hincha, ''arrotu'', se le hacen ojos, ''zuloak'', y termina estropeándose.
En Bernagoitia (Amorebieta-B) la leche se colaba por un gran embudo en el que se habían colocado ortigas como filtro. Por la mañana se había puesto el cuajo en remojo, ''legarra bera- tzenberatzen'', en una taza. A continuación éste se agregaba a la leche tras colar el contenido de cuajo y agua por un pasador, ''iraztontzia'', o un trapo. Había que vigilar cómo se producía la mezcla. Después se agitaba y se aguardaba una hora y media aproximadamente a que compactara la masa; se añadía la sal. Después se rompía la masa a mano o con un batidor rústico, ''maletxa'', hecho de rama de acebo. Seguidamente se apretaba la masa con las manos para que la parte blanda, ''mamiña'', quedara abajo y el suero, ''gatzura'', segregado en la parte de arriba. Cuando se consideraba que había desprendido el suero debido y la parte blanda estaba en su punto, ''tamaiñura bajatzen zanean'', se procedía a cortar con un cuchillo, haciendo cuatro partes iguales para fabricar el queso. El molde de fleje, ''gaztai-ontzia zimentzekoa'', que se tenía a mano se llenaba con esta masa que se aprisionaba un poco para que desprendiera agua. Se volcaba el molde y el queso estaba fabricado. La tanda de quesos vespertina se dejaba en los moldes hasta la mañana del día siguiente. En la fabricación de los quesos participaban todos los miembros del grupo doméstico.
Un informante señala que en su casa los quesos frescos se ponían en salmuera, agregándoles sal por fuera porque a la masa se le echaba poca y se depositaban en una pequeña arca para preservarlos del viento, particularmente del que sopla del sur. Después de que permanecieran unos tres días en el arca se dejaban en unos bastidores denominados ''karneroak ''que se colgaban del techo. Las tablas sobre las que se colocaban los quesos iban cubiertas de paja de trigo. De vez en cuando había que dar la vuelta a las piezas y una vez curados los quesos, se colocaban en el arcón entre el grano de trigo.
En Urbia (G), en la década de los cincuenta, la fabricación del queso, ''gazta-egitea'', era como sigue: la leche del ordeño se recogía en un recipiente denominado ''perrate ''que podía utilizarse también para conservarla y aun para hacer cuajada. Se trasvasaba a otra vasija más grande llamada ''apatz ''tras colar el líquido por un pasador, ''illakiski'', al que se le habían colocado ortigas como filtro. Se agregaba cuajo y se mezclaba con un batidor, ''malatx. ''Se dejaba reposar la masa cubriendo el recipiente con la tablilla delgada y calada, ''txurkea'', y el batidor puestos en cruz y un gran pañuelo sobre ellos. Una vez cuajada la leche, se revolvía la masa con el batidor o ''malatxa ''hasta que el suero se separara de aquélla dejándola en el fondo. A continuación se prensaba la masa con las manos contra el fondo. Una vez separado el suero, se partía la masa cuajada, ''maton, ''con un cuchillo de madera, ''maton-ebaki, ''y los trozos se iban colocando en moldes, ''zumitz'', que daban forma al queso. Durante seis o siete días se tenían las piezas en la choza, ''txapitola, ''donde se encendía fuego con madera verde (cerezo preferentemente) para que el humo diera color a los quesos. Luego se depositaban en la quesera, ''gaztantegi''. En esa época conservaban los quesos en la misma choza del pastor; en tiempos pasados, en cuevas y oquedades naturales de las rocas.
[[File:FIGURA3.png303 Cortando la cuajada. Vasconia continental 1984.jpg|center|500px|RTENOTITLE_FIGURACortando la cuajada. Vasconia continental, 1984. Fuente: Blot, Jacques. Artzainak. Les bergers basques. Los pastores vascos. San Sebastián, Elkar, 1984.]]
En Ernio (G) comienzan a elaborar queso actualmente a partir de San Miguel, 29 de septiembre, y continúan haciéndolo hasta San Antonio de Padua, 13 de junio, para que las ovejas se dediquen a criar. El proceso de fabricación del queso es el siguiente:
<span style="font-size:90%;">(Ordeñada la leche, se deposita en un recipiente tras pasarla por el colador. Mientras la leche está caliente el pastor le agrega cuajo comprado en el comercio –antaño se utilizaba natural de cordero–. Entretanto ha puesto agua a calentar. Una vez ha cuajado la leche, deshace la masa con las manos o con un batidor de madera denominado ''malatxa ''y a continuación vierte el agua caliente en el recipiente. Entonces la parte blanda queda abajo y el suero arriba. Se saca la masa con las manos y se trocea con un cuchillo. Los trozos se colocan en moldes denominados ''zumitzak, ''donde hay que presionar bien para que suelten el suero como es debido. Finalizada esta operación, los pedazos que han quedado se ponen en unos paños blancos que se vuelven a introducir en los moldes para colocarlos en la prensa sobre la que se ponen unas piedras pesadas. El prensado dura 12 horas y seguidamente se sacan de los moldes y se introducen en un recipiente con agua a la que se ha agregado abundante sal).</span>
En Ataun (Aralar-G), según recogió Arin Dorronsoro, para purificar la leche se servían del filtro, ''irakazki ''o ''illekazki, ''con ortigas y del cuezo mayor, ''apatza. ''La leche endurecida con el cuajo recibe el nombre de ''mamie ''e inmediatamente antes de que se enfriara se revolvía con un batidor de madera denominado ''mala- txa malatxa ''y se procedía a extraerle el suero, ''gazur. ''Para conseguir que la masa descendiera al fondo, libre de suero, los antiguos ponían encima de la pasta tres o cuatro platos de madera llamados ''txaliak ''con pequeñas piedras en su interior para que hicieran de peso. Había quienes colocaban moldes de queso, ''zumitzak, ''en lugar de los citados platos. La labor se ejecutaba manualmente, sin servirse de instrumento alguno. Procuraban que la pasta conservara su buen temple porque si estaba fría no se le podía extraer el suero y se desmenuzaba y, si por el contrario estaba caliente, daba mucho suero y producía queso seco, ''zimela. ''La masa que quedaba después de extraída la parte acuosa se llama ''matoia.''
Para la elaboración del queso colocaban sobre el cuezo mayor, ''apatza, ''una tabla llamada ''txurka ''que estaba provista de orificios y servía para apoyar sobre ella el molde, ''zumitza. ''Cortaban la pasta, ''matoia, ''con un cuchillo de madera denominado ''txurka labaiña, ''que recibía este nombre debido a que solía estar colgando de la ''txurka''. Introducían la cantidad de pasta conveniente en el molde, la prensaban con las manos y el suero que se desprendía corría por entre las rendijas del molde y orificios de la ''txurka ''al cuezo mayor. Después de prensarla un buen rato, la sacaban del molde, le raspaban la corteza con las uñas, a lo que llamaban ''azal atxurtzea, ''y luego la alisaban con las manos de forma que desaparecieran todas las rendijas y desigualdades. Le echaban suero para que se le formara la corteza. Algunos la introducían en suero templado, procurando que éste no se hallara caliente para evitar que a la pasta se le formara corteza demasiado gruesa. Luego la introducían en el molde para prensarla de nuevo y que se le afianzara la corteza y se formara una masa compacta. En la calidad del queso influyen las manos del pastor; recomendaban mano suave, ''gozoa ta leuna.''
[[File:FIGURA3.png304 Matoia estutzen. Aralar (G) 1982.jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA600px|Matoia estutzen. Aralar (G), 1982. Fuente: José Zufiaurre, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En los años cincuenta (del s. XX) se habían introducido las prensas y se tendía a suprimir toda manipulación propiamente dicha. Se procuraba que la leche fuera recién ordeñada y de buena calidad. La leche de oveja que pace en zona baja da mucho suero y produce en proporción menor cantidad de queso. Influye también el tiempo, sobre todo si la leche no es recién ordeñada. Con el viento sur se ahueca el queso y fácilmente se descompone. El tiempo de tronadas es muy malo y junio suele ser el mejor mes. Los pastores de aquellos años cincuenta se esmeraban en que hubiera mucha limpieza tanto en las vasijas como en la elaboración del queso.
El proceso de curación de quesos, ''gaztai-on tzeagaztaiontzea, ''según lo dejó registrado este mismo autor, se realizaba de la siguiente manera: el queso recién elaborado permanecía en el molde por espacio de medio día y luego se colocaba sobre una tabla llamada ''gaztanola. ''En el fondo del departamento interior de las chozas de los pastores había tablas horizontales en forma de estantes o baldas para esta finalidad. A los cuatro días los quesos eran lavados en agua templada y después se procedía a ahumarlos para que tomaran color. Lo conseguían prendiendo fuego a maderas medio descompuestas o a leñas verdes en locales bien cerrados para que no se escapara el humo. Para este objeto, ordinariamente se solía utilizar la choza del pastor, pero en algunos sitios había construcciones especiales denominadas ''gaztandeiak ''o ''keontziak''.
En Aldatz y el Valle de Larraun (N) hay pastores que todavía hoy día elaboran el queso según el método tradicional. Una vez ordeñadas las ovejas, filtran la leche a través de un colador, ''idazkia, ''a una vasija, ''abatza, ''en la que la calientan hasta que alcance los 36 °C. A continuación agregan el cuajo, ''gatxari, ''y valiéndose de un batidor, ''malatxa, ''lo mezclan con la leche. Tras media hora de reposo, una vez que está cuajada, la masa se coloca en los moldes, ''zimitzak, ''donde se va desprendiendo del suero, ''gazura. ''Los quesos se retiran del molde, se envuelven en un paño blanco y se prensan. La última fase es salarlos –con sal o salmuera– y depositarlos en una balda para su curación o maduración que se prolongará por lo menos dos meses. En algún caso, los pastores acostumbran a ahumar los quesos, lo que consiguen quemando ramas de espino en la habitación donde están secándose. La elaboración de quesos a gran escala ha convertido su fabricación en industrial lo que ha contribuido al abandono de los recipientes de madera<ref>Los informantes, que forman un matrimonio, tienen un rebaño de 400 cabezas de raza lacha y fabrican entre cinco y seis mil kilos anuales de queso.</ref>.
En Arraioz (Baztan-N) en la fabricación del queso se seguía el siguiente proceso: la leche del ordeño se recogía en el cuezo, ''kaiku'', y se vertía en un recipiente llamado ''abatza ''pasándola por el colador, ''idazkia'', en cuyo interior se ponían ortigas o helechos como filtro. Se le añadía el cuajo y se mezclaba con el batidor, ''malatxa''. La masa cuajada resultante se colocaba en moldes, ''zimitzak'', y se apretaba para que desprendiera bien el suero. Después se ponían los moldes sobre la ''kartola ''para que lo escurrieran. Las piezas resultantes se posaban en unos estantes en lugar fresco y seco en un lado de la chabola y se las volteaba diariamente.
[[File:FIGURA3.png305 Sacando el queso del molde. Sierra de Entzia (A).jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA500px|Sacando el queso del molde. Sierra de Entzia (A). Fuente: Gerardo López de Guereñu, Grupos Etniker Euskalerria.]]
== El queso en Vasconia continental ==
Se incluyen descripciones correspondientes a los tres territorios de la Vasconia continental: Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa. Es característico de esta zona «quemar» un poco, ''erre, ''las piezas de queso poniéndolas junto al fuego para amarillearlas (Ainhoa-L; Ibarre, Urepele-BN).
En Ainhoa, según recogió Barandiaran en los años cincuenta, para fabricar quesos se seguía el siguiente procedimiento: se trasvasaba la leche del ''kaiku ''a un pozal o artesa de metal, provisto de asa, que antaño era de ma- deramadera, ''abatz. ''Se le echaban unas gotas de agua tibia en la que se hubiera disuelto un poco de cuajo o fermento artificial que se vendía en las droguerías y cuyo uso se había generalizado por esa época. La leche cuajada, ''matoina'', se revolvía y luego se rompía con las manos. Más antiguamente se hacía esta operación con ayuda de un batidor de madera, ''malatx. ''A continuación con las manos se recogía y amontonaba la masa hacia un lado de la artesa y luego se colocaba en un recipiente llamado ''zimitz'', generalmente metálico. A principios de siglo era de madera. En este molde se prensaba la masa durante algún tiempo hasta que no despidiera suero alguno. El molde se hallaba sobre una tabla calada, ''kartola, ''provista de dos o tres orificios longitudinales, que a su vez estaba tendida sobre el recipiente y apoyada en sus bordes; el suero resultante de la prensadura de la masa caía en la misma vasija.
Era en la encella, ''zimitz'', donde el queso tomaba su forma. Después de bien prensada la masa, se le espolvoreaba un poco de sal por encima y se dejaba allí durante un día. Después se le daba la vuelta y se le espolvoreaba la sal por el otro lado. Al cabo de otro día se colocaba sobre una tabla horizontal que colgaba del techo de la choza. A los cinco o seis días se limpiaba con agua tibia o con suero. Pasados otros cuatro o cinco días se volvía a limpiar; así se procedía hasta que el queso tomara un color amarillento. Algunos le quemaban la superficie poniéndolo junto al fuego inmediatamente después de haberlo prensado en el molde. Se fabricaban dos clases de quesos: ''bei-gasna ''o queso de vaca y ''ardi-gasna ''o queso de oveja<ref>Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de José Miguel de BARANDIARAN. «Industrias tradicionales derivadas de la leche en Ainhoa» in AEF, XV (1955) pp. 49-50.</ref>.
[[File:FIGURA3.png306 Salando el queso. Opama (A) 1985.jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA500px|Salando el queso. Opama (A), 1985. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Ibarre, a mediados del s. XX, se filtraba la leche a la caldera colándolo por un paño, ''esnea pasatzen oihalean bertzera. ''Antaño se colaba por un pasador denominado ''tuta'', al que en su boca estrecha colocaban ortigas. Después se entibiaba al fuego, ''epeltzen suian.''
''Gasna egosia ''o queso cocido: para fabricarlo, la masa cuajada se colocaba en la encella, ''zimitz, ''que antaño fue de madera y pasó a ser de zinc. Se prensaba a mano y luego, en su recipiente, se metía y mantenía en agua hirviente durante 10 minutos. A continuación se le echaba sal encima dejándola reposar durante un día para colocarla después sobre una tabla. El queso fresco, ''gasna freskua, ''se hacía del mismo modo, pero sin cocerlo en el agua hirviente.
[[File:FIGURA3.png307 Prensando el queso. Opacua (A) 1985.jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA500px|Prensando el queso. Opacua (A), 1985. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Uharte-Garazi, Ezterentzubi (BN), Pagola y Zunharreta (Z) el pastor fabricaba el queso en la majada del monte, ''kaiolar'', en el mismo rincón de la cabaña donde preparaba la comida. Calentaba la leche en un caldero en la chimenea hasta que alcanzara la temperatura del cuerpo. Para cuajar la leche los informantes han utilizado cuajo industrial, no han conocido el uso del cuajo natural. Se dejaba reposar la mezcla durante una hora para a continuación removerla a mano con la ayuda de un batidor de madera, ''asordia. ''La masa se introducía en unos aros, ''zorzeak''. Para comprimir el queso se colocaba sobre una plancha, se rodeaba la pieza de un aro o tira de castaño y con una cuerda alrededor se tiraba de forma que el círculo se estrechara y comprimiera al queso; también se presionaba con las manos por arriba para que eliminara la mayor cantidad de suero posible. Se necesitaban dos horas y media para su fabricación. Algunos pastores lo dejaban en el molde hasta el día siguiente en que lo sacaban para posarlo sobre unas baldas, ''gaznategia, ''en el interior de la cabaña. Diariamente, durante al menos dos meses, se les agregaba un poco de sal por encima sin que absorbieran más de la necesaria. Los quesos se conservaban en la chabola hasta el mes de octubre.
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