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Lavado de la vajilla harrikoa egin

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En otro tiempo, tal y como se ha constatado en Abezia (A) y en Sangüesa (N) la ceniza era el principal “detergente”. Se fregaba en un cubo y se aclaraba en otro. Hervían agua y la vertían sobre la ceniza que previamente habían pasado por un colador o cedazo. Primero agua templada y luego más caliente para quitar más fácilmente las manchas de hollín. Para limpiar la parte interna de los pucheros se dejaba hervir el agua de ceniza. Para el resto de los cacharros empleaban el agua sobrante de la colada que se hacía una vez al mes. Los cubiertos de aluminio se frotaban con ceniza mediante un alambre para que quedaran más brillantes y una vez fregados se dejaban en el escurridor.
En Agurain, Berganzo, Murgia (A); Elosua, Telleriarte (G); Allo y Aoiz (N) se ha recogido que la vajilla se lavaba con agua caliente y algo de jabón; para las vasijas de porcelana se usaba estropajo con ceniza y para las piezas de hierro, arena, ''aria eta espartzua ''(Elosua-G). Las calderas de cobre se pulían frotándolas con un alambre o bruñidor. En Moreda (A) dicen que la ceniza y el vinagre son buenos para quitar las horrañas y partes oxidadas de las sartenes. En ocasiones usaban sosa, frotaban los cacharros de la cocina con cuerdas de esparto. También en Pipaón (A) se limpiaban con ceniza y vinagre los utensilios de metal y cobre. En Arrasate y en Elosua (G) eran las sartenes, las tapas grandes y utensilios similares los que se limpiaban con ceniza, ''suteko au- tzaautza'', y los calderos de bronce con hojas de saúco, ''intxusa ''o ''sakutie'', y arcilla, ''buztiña''. En Hondarribia (G) una vez por semana se lavaban todos los platos y útiles de la cocina a fondo con agua y ceniza.
En Zerain (G) se ha recogido que los utensilios de hierro se limpiaban con lija y arena; los de cobre con ceniza seca o arcilla roja muy desmenuzada, también con sal gorda y vinagre; los de barro se colocaban en la caldera, ''pertza'', de agua, se le añadían dos puñados de ceniza y se colgaba del lar, ''elatza'', dejándolos cocer.
En San Martín de Unx (N) hasta hace unos años la mujer joven de la casa lavaba la vajilla después de comer pero la mujer madura o anciana, si tenía invitados a comer, además de no sentarse a la mesa para atender mejor a los comensales, empezaba a fregar la vajilla desde la terminación del primer plato. Esta limpieza solía pasar desapercibida a los invitados porque se realizaba de forma discreta en la recocina. Hoy día no se practica esta costumbre.
Acerca del secado de la vajilla se ha recogido que se han conocido los escurridores de madera, metal o plástico que se colocaban en la repisa junto a la fregadera o colgados. A mediados de los ochenta los escurridores se introducen dentro de los propios armarios de la cocina; también se dejan sobre la mesa o en la encimera de la cocina sobre un trapo. Se conocen asimismo unos recipientes de plástico en los que se dejan los cubiertos para que escurran. Los cubiertos, sartenes y perolas se frotan o se secan pero no así los vasos y platos pues de este modo quedan más brillantes, por ello es mejor aclararlos con agua fría. Para restregar los recipientes de cocina y secar los cacharros se han utilizado trapos viejos, ''mol- tzuek moltzuek ''en Abadiño (B). En los casos de perolas o sartenes con restos de comida pegada, se ponen a remojo con agua caliente y un poco de jabón. En los casos difíciles se ponen a calentar para que los restos se desprendan. La labor se realiza después de cada comida. Los cubiertos de plata o de alpaca se limpian una vez al año con limpiametales.
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=== [[Lavadoras_y_lavavajillas|Lavadoras y lavavajillas]] ===
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