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Navarra

684 bytes añadidos, 15:25 4 jul 2019
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En Arraioz y en el Valle de Baztan se crían vacas, ''beiak'', ovejas, ''ardiak'', cerdos, ''zerriak'', yeguas, ''beorrak'', gallinas, ''oilloak'', perros, ''zakurrak'', conejos, ''lapinak'', ''konejuak ''y abejas, ''erleak''. Antiguamente también tenían cabras, ''auntzak''. Desde 1996 en un caserío de Arraioz se crían avestruces, ''ostrukak''. Según este informante que se dedica a la cría de estos animales, en Navarra hay por lo menos tres granjas que se ocupan de su explotación: en Zizur Mayor (localidad situada a 5 km de Pamplona), en Los Arcos y en su caserío Etxotoa de Arraioz (Baztan). Parece ser que próximamente se va a poner en marcha otra en Maia, también Baztan<ref>De las dos razas de avestruces, la de cuello negro africano y la de cuello azul, el informante cría la primera.
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En un principio trajo a Pamplona crías recién nacidas desde Namibia, pero este procedimiento no dio buen resultado. Más adelante probó trayendo huevos que se incubaban en Pamplona, pero resultó un fracaso. Finalmente optó por importar «reproductoras» que pusiesen los huevos. Éstos se incuban en la zona, lo que ha constituido un acierto.
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En cuanto a la reproducción, los machos tienen que tener tres años para ser fértiles y las hembras dos. El primer año de producción cada hembra pone de 30 a 50 huevos, número que va aumentando durante siete años, hasta alcanzar de 80 a 100. Las hembras producen durante unos cuarenta años y tienen una media de vida de ochenta. Con respecto a las crías que han nacido en Arraioz, hay un índice de mortalidad del 25% al 30%.
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Con respecto a la explotación, aunque el informante compró los avestruces con la intención de venderlos para carne, debido a la demanda de reproductoras ha vendido dos remesas de éstas: una a una granja de Badajoz y otra a Pamplona (Zizur probablemente). La carne de estos animales empezó a venderse al precio de 5.000 ptas./kg y posteriormente bajó a 3.000 ptas./kg. La tendencia es a que se equipare al de la ternera.
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La ventaja de la cría y explotación del avestruz con respecto al ganado vacuno es que su crianza es más rentable, ya que este animal da menos trabajo y come menos. Una de las características de su carne es que es muy baja en colesterol y tiene mucha proteína.</ref>.
En Roncal se criaban vacas, que había en casi todas las casas, al igual que cabras, también corderos y caballos, de estos últimos pocos. Todos tenían ''cutos'', cerdos, para consumo doméstico. Los perros se utilizaban para cuidar el ganado por lo que en todas las casas en que lo había tenían también uno. Se criaban además conejos y gallinas, unas pocas palomas y algunas abejas. En la actualidad se explotan vacas de raza pirenaica y pardoalpina o suiza, ovejas, unas pocas cabras, yeguas, cerdos, gallinas y conejos, y de estos últimos mayormente para consumo doméstico aunque también hay alguna granja; palomas y abejas sigue habiendo pocas.
[[File:FIGURA3.png18 Caballos abrevando Belagua (N).jpg|RTENOTITLE_FIGURAcenter|600px|Caballos abrevando, Belagua (N). Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Romanzado y Urraúl Bajo se tenían bueyes para las labores del campo. Había casas con una, dos y tres parejas además de algunas mulas. Casi todos tenían una, dos o más yeguas para montar, para acarrear cargas o para destinarlas a la cría. Las burras no eran muy abundantes y se utilizaban para traslados cortos y de pequeñas cargas. Las gallinas no faltaban en ninguna casa de labranza al igual que los cerdos. En algunas había también patos y ansarones, además de palomas y conejos<ref>José de CRUCHAGA Y PURROY. «Un estudio etnográfico de Romanzado y Urraul Bajo» in CEEN, II (1970) pp. 170-171.</ref>.
En las casas cuya hacienda era muy reducida en lugar de bueyes tenían vacas domadas que empleaban en las labores del campo. En la mayor parte de las casas mantenían en el pesebre alguna yegua domada, algún caballo, mula o asno. El número de estos últimos siempre fue insignificante. Todos ellos se empleaban como animales de carga y labor, de tiro o de silla. A principios de siglo se compraban bastantes mulatos para recriar y venderlos en las ferias de Tafalla. También se criaba gran cantidad de cerdos por lo que se aprovechaba al máximo el pasto de los montes: bellota de roble y encino además de hayuco. Los amescoanos han tenido una gran estima por la cabra. Su explotación no suponía otro gasto que el pago del cabrero y les proporcionaba un cabrito para la venta y un poco de leche durante el verano. No había casa sin cabras y todas ellas formaban el rebaño concejil que diariamente salía a pastar a los montes y se recogía al anochecer en casa. Las gallinas se criaban en todos los hogares. Proporcionaban huevos para el abastecimiento familiar, el caldo de gallina se consideraba un reconstituyente indispensable para los enfermos y el gallo para celebrar el final de la trilla. Para poder contar con una ración de carne excelente en días señalados, se criaban en muchas casas conejos. Las palomas eran un lujo de las casas grandes; dedicaban a palomar alguno de los departamentos del desván. El perro también abundaba por lo útil que le resultaba a los ganaderos.
[[File:FIGURA3.png19 Gallinas picoteando grano. Lasa (BN) 2000.jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA500px|Gallinas picoteando grano. Lasa (BN), 2000. Fuente: Peio Goïty, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Lezaun se criaban vacas. La raza era parecida a la pirenaica pero más pequeña. Los sementales se elegían entre los novillos del pueblo. El primer domingo de marzo se llevaban al ''corral del lugar ''de ocho a diez novillos que previamente había seleccionado la ''Veintena''<ref>''Veintena ''es la junta compuesta de veintiún vecinos y encargada de regir los concejos que excedan de 500 habitantes. Interviene también en la administración de todos los municipios regidos por ayuntamientos que pasen de 500 habitantes. En aquellos que cuenten más de 5.000, el número de vocales de la misma es de 25. Vide José María IRIBARREN. ''Vocabulario Navarro''. Pamplona, 1984.</ref>. De entre éstos se elegían dos que se abonaban a sus dueños al precio de mercado, sin que sus amos pudieran dar otra finalidad a los animales elegidos.
En la Ribera Navarra, en Mélida, el principal ganado era el bovino. Casi todas las casas tenían vacas ''del país ''y su número solía rondar las cuatro o cinco cabezas, aunque también había ganaderos que tenían mayor número. Además se criaban gallinas, conejos, patos, palomas, cabras, cerdos, ovejas y en menor medida machos y caballos.
[[File:FIGURA3.png21 Ovejas en las Bardenas (N).jpg|center|600px|RTENOTITLE_FIGURA]][[FileOvejas en las Bardenas (N). Fuente:FIGURAM.ª Luisa García, Grupos Etniker Euskalerria.png|RTENOTITLE_FIGURA]]
En la Ribera Tudelana el buey desapareció para principios de siglo por su ineficacia en un tipo de agricultura como la ribereña. El ganado empleado para el trabajo de los campos era el caballar, mular y asnal. El máximo número de cabezas de este ganado se alcanzó hacía 1930. El caballar creció continuamente desde finales del siglo XIX hasta los años cincuenta del presente siglo, que es cuando se recopiló esta información. A los asnos les sucedió todo lo contrario y los mulos alcanzaron el máximo hacia los años treinta y su número declinó después. El descenso de los asnos se debió a su escasa fuerza y a su paso corto, que los convertía en poco rentables en las explotaciones agrícolas grandes y medianas. La gran ampliación del área destinada a la agricultura de secano y la disminución del número de jornaleros sin tierra o de pequeños labradores perjudicaron notablemente a los efectivos de este animal. Por otro lado su empleo para transportar verduras y frutas y herramientas de trabajo hortícola sufrió una fuerte competencia con la bicicleta. Tan sólo los pueblos vitícolas (Cascante, Cintruénigo, Corella, Fitero y Mur- chanteMurchante) conservaron este animal y aumentaron su número. [[File:3.20 Cerdos pastando. Leitza (N) 1978.jpg|center|600px|Cerdos pastando. Leitza (N), 1978. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Con la gran roturación de las Bardenas y de las corralizas y su puesta en cultivo para cereales se alejaron mucho las tierras de labor de los centros urbanos por lo que el ganado de tiro y arrastre tuvo que pasar a trabajar duro y continuadamente; además el labrador no podía prodigarle cuidados excesivos. En estas condiciones era preferible el ganado mular al caballar. Pero ya cercanos a los años cincuenta comenzó a disminuir el número de mulos y a aumentar el de caballos debido a la sequía que redujo la extensión dedicada al cultivo de cereales de secano, juntamente con el extraordinario encarecimiento del ganado de labor. Ante estas circunstancias adversas el labrador se decidió por la yegua de cría que además podía ayudarle en sus labores.
[[File:FIGURA3.png22 Moderna explotacion de avestruces. Arraioz (N) 1997.jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA600px|Moderna explotación de avestruces. Arraioz (N), 1997. Fuente: Marisa Picabea, Grupos Etniker Euskalerria.]]
La cabaña ovina disminuyó en Tudela, que contaba con los mayores rebaños de toda la zona, posiblemente debido a las roturaciones progresivas que ocurrieron desde mediados del siglo XIX. En el resto de los pueblos, con rebaños más pequeños, éstos aumentaron a causa de las necesidades de una población creciente en número y exigencias. Lo mismo ocurrió con el ganado cabrío.
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