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Ovejas1

172 bytes añadidos, 14:46 9 jul 2019
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Según los informantes este periodo le suele durar entre un día aproximadamente (Anboto, Gerena-Mallabia, Beasain) y dos (Mendata, Nabarniz). En Bernagoitia y Garai dicen que a unas les dura un día y a otras dos, sin que se sepa la razón de que ocurra así.
Si no queda cubierta, a los 15 o 17 días vuelve a presentarlo (Gerena-Mallabia). En Garai aseguran que a los 17, en Bernagoitia y Anboto entre los 16-18, en Orozko y Mendata transcurridos 21 y en Beasain, 22. Según matizan en esta última localidad la que sufría un aborto, pasados 15 días más o menos volvía a manifestar el celo''.''
Los pastores se han preocupado de controlar la reproducción de sus ovejas de tal modo que los partos en el rebaño se concentrasen en un periodo de tiempo determinado. Esto facilitaba sobremanera sus tareas. Además procuraban que los nacimientos de las crías tuviesen lugar con la suficiente antelación a fechas señaladas como la Navidad o San José, en que ha sido costumbre comer cordero, para que pudiesen alcanzar el peso adecuado para el sacrificio.
En Nabarniz comenzaban a estar en celo por Santiago (25 de julio) y en el plazo de unos dos meses quedaba preñada la mayoría. Normalmente las ovejas sólo se cubrían una vez al año pero en algunos casos aislados por julio volvían a parir. Algunas casas acostumbraban a retirar el carnero del rebaño entre los meses de marzo a junio.
En Bernagoitia y Garai el encelamiento comenzaba para algunas ovejas en junio, pero la mayoría lo experimentaba en agosto. Tanto el propio periodo como el que éste se anticipe se considera debido en gran medida a la buena alimentación''. ''A los carneros se les separaba del rebaño para dejarlos en casa coincidiendo con el esquileo, fecha que a su vez era la de la partida de las ovejas a los pastos de monte. Esto ocurría en torno a las festividades de San Pedro (29 de junio) y Santa Marina (18 de julio); también podía ser un poco más tarde, por San Ignacio de Loyola (31 de julio). Los carneros se reincorporaban al rebaño hacia la festividad de la Asunción de Nuestra Señora (15 de agosto) o San Bartolomé (24 de agosto).
En Araia (A) los carneros se separan en primavera y se vuelven a juntar con el rebaño al final del verano o según el deseo del pastor.
En Gerena-Mallabia la festividad de San Bartolomé era el día señalado para retirar los carneros del rebaño. Éstos se volvían a incorporar al rebaño el día primero de octubre. Se procuraba que todas las ovejas quedaran preñadas en este mes para que los nacimientos tuvieran lugar a los cinco, en marzo, todos más o menos al tiempo.
En Berriz (B) antiguamente los carneros se retiraban del rebaño también por la festividad de San Bartolomé, y se les incorporaba de nuevo por San Miguel, para que los partos se produjeran a la vez''. ''Hoy día el apareamiento suele ser en agosto''. ''En la actualidad hay quienes no ejercen ningún control sobre los carneros y ello acarrea malas consecuencias a rebaños ajenos porque dejan preñadas a las ovejas en distintos momentos y es un grave inconveniente a la hora de los partos, que no se producen a un tiempo.
En Ataun (G) cuando no se podía conseguir que la oveja quedase preñada, solían bañarla introduciéndola en algún pozo y después de esta operación se conseguía en alguna ocasión el fin deseado.
En cuanto al número de carneros que se tenían en cada rebaño, en Zenarruza (Markina), Mendata, Bernagoitia y Garai lo usual era disponer de dos por cada cien ovejas''. ''En Nabarniz se solía contar con uno por cada cuarenta hembras aproximadamente''. ''En Carranza cada pastor suele tener un carnero por cada cuarenta o cincuenta ovejas, si bien es conveniente mantener alguno más por si uno enferma.
A la hora de efectuar los cruces se han procurado mejorar las características del rebaño por lo que se ha tenido la precaución de elegir como progenitores a los mejores ejemplares tanto de ovejas como de carneros. También se ha tratado de impedir la consanguinidad adquiriendo corderos para sementales a otros ganaderos o intercambiándolos.
En Mendata cambiaban de carnero periódicamente mediante compra a otro pastor o intercambio con él. Se traía cuando era cría. La razón era la conveniencia de renovar la sangre del rebaño y evitar la endogamia porque ya se solían ver corderillos con el morro torcido, las patas arqueadas, y trataban de evitarlo.
En Bernagoitia y Garai dicen que conviene cambiar de carnero cada dos años aproximadamente. Suelen intercambiarlos entre los mismos pastores, alguna vez también los compran. Lo que sí adquieren todos los años para mejorar la cabaña ovina son corderos''. ''Cuando las ovejas estaban enceladas y se iba a producir el apareamiento se dejaba sólo un carnero ''(boladea dagonean bat). ''Después se cambiaba y se sustituía por otro. La razón estribaba en que cuando se producían los nacimientos interesaba conocer el padre, comparar las crías de unos y otros carneros y seleccionar así los mejores.
En Gerena-Mallabia para evitar la endogamia se cambiaba de carnero cada dos años. Se compraba uno nuevo o se intercambiaba con otro pastor.
== Gravidez y parto ==
El estado de gravidez dura en las ovejas cinco meses y en Orozko (B) se conoce como ''ernari egon. ''Vienen a parir entre los meses de noviembre y marzo, dependiendo de las diferentes regiones. En Muskildi (Z) a finales de noviembre y principios de diciembre y se prolongaba tres meses. En Mendata (B) en la época navideña o en torno a la festividad de Reyes''. ''En Zenarruza (Markina-B) pasadas las fiestas navideñas, hacia mediados del mes de enero y febrero. En Bernagoitia y Garai (B) entre las festividades de San Antón (17 de enero) y San Blas (3 de febrero). En Nabarniz (B) desde Navidad hasta marzo.
Las ovejas de Roncal (N) solían parir hacia diciembre-enero, cuando ya estaban en la Ribera (Bardenas Reales) o en otros pastos invernales, generalmente de Aragón. En Roncal hoy en día tratan de explotar al máximo el ganado y procuran que algunas ovejas paran más de una vez al año. Los ganaderos que se quedan en el Valle (ya pocos van a la Ribera) hacen parir a las ovejas o bien durante todo el año o bien en dos épocas, por ejemplo en octubre-noviembre y luego en junio. El cordero nacido por el otoño se vende para navidades, que es cuando se paga mejor.
En el entorno del Anboto (B) reconocen que la mayoría de los partos transcurren sin problemas por lo que los pastores no tienen que intervenir. Sólo en un pequeño porcentaje se ven obligados a ayudar, bien porque el cordero es demasiado grande, porque se trata de un parto de gemelos que presenta dificultades o porque el cordero viene de nalgas. En este último caso el pastor introduce su mano y le da vuelta hasta ponerlo en la posición adecuada. Si llegado el parto ocurre algo que no puede solucionar avisa al veterinario. A veces tras parir dan a la oveja un vaso de vino para que recupere fuerzas.
[[File:FIGURA3.png95 Parto de una oveja. Egino (A) 1991.jpg|RTENOTITLE_FIGURAcenter|500px|Parto de una oveja. Egino (A), 1991. Fuente: Galparsoro, Ainhoa. “Artzantzaz artzain familia batekin” in I. Gerriko idazlan sariketa. Gasteiz, Goiherriko Euskal Eskola, 1991.]]
En Eugi (N) cuando el cordero no venía en la posición adecuada, el pastor tras limpiarse bien las manos y untarlas con aceite trataba de colocarlo bien y sacarlo mientras otra persona mantenía la oveja en pie.
En Roncal los únicos cuidados que prodigaban a las paridas era procurarles los mejores pastos. Las que parían al atardecer o por la noche se llevaban al día siguiente a pastos limpios, sin patear, y con buena hierba; a esta actividad se le llamaba la ''campadera''.
En otros tiempos, cuando las ovejas recién paridas no ''escusaban'', esto es, no expulsaban las secundinas, en Carranza se les preparaba el siguiente remedio: se recolectaban ''cogitianes ''o amentos de avellano y ''almuérdagos'', muérdago, y juntos se cocían en agua. Una vez preparada la cocción se les daba a beber templada. Después se les hacía un masaje con una mano por la parte izquierda de la tripa y con la otra por la derecha, para que reaccionasen.
En Moreda (A) para que las ovejas y cabras echasen las ''malas ''tras el parto sin ningún tipo de problema se utilizaban unas hierbas denominadas ''raederas. ''. Se trata de unas plantas rastreras con forma de granos de arroz. Se cocían y se les echaba aceite y sal. Los mismos pastores elaboraban este brebaje y recuerdan que tenían que tener cuidado con la dosis porque si se les sumistraba en exceso corrían el riesgo de morir. En Ataun (G) contaban que muchas veces la causa de los partos infecciosos, ''umetegiko gai- tzakgaitzak'', solía ser atribuida al carnero. Recordaban que a principios de los años cuarenta en un rebaño hubo 60 corderos muertos a consecuencia de este problema. Si a raíz del parto la oveja no podía expulsar las secundinas le daban de beber el agua de cocción de ''aitzeko garoa ''en dos tandas, alrededor de medio litro cada vez. También le administraban agua de cocción de muérdago, siendo preferido el que crecía en avellano; agua de cocción de ceniza de fogón o agua de cocción de cola de bacalao. Si después de un parto dificultoso había temor de ''pasmo'', solían darle de beber agua de cocción de ''pasmabelar ''con mezcla de aceite. Algunos, aun en partos normales, tenían la costumbre de darle agua de cocción de ''pasmabelar gorria''. Siempre que notaban algún malestar relacionado con esta enfermedad le daban una lavativa con agua de malvas y ''pasmabelar''.
En Ernio cuando tenían problemas para expulsar la placenta, ''karena'', antiguamente les daban también el líquido resultante de la cocción de ''pasmo-belarra''. Hoy en día suelen pedir ayuda al veterinario y éste les receta un producto farmacéutico que el pastor mismo inyecta al animal.
En relación con este problema también se ha constatado una práctica de naturaleza creenc ialcreencial. En la Merindad de Tudela (N) cuando una oveja no podía expulsar la placenta el pastor tomaba dos palitos de tallo de esparraguera silvestre y los colocaba en la parte posterior del lomo del animal formando una cruz y con la lana que había tenido que separar para colocar los palitos, formaba otra cruz que sujetaba a la anterior<ref>Pedro ARELLANO. «Folklore de la Merindad de Tudela» in AEF, XII-XIII (1932-1933) p. 200.</ref>.
En Moreda a las ovejas que se les sale la matriz tras el parto se les introduce con las manos. Unas mueren a consecuencia de ello y otras se salvan. En caso de que a una se le haya metido en dos ocasiones y se le vuelva a salir, se dice que es mejor sacrificarla. Para introducírsela se pone a la oveja con las patas hacia arriba y mientras uno la sujeta otro se la introduce con las manos.
En Orozko dicen que algunas ovejas de raza lacha siguen dando crías con 14 años, pero lo común es que se consideren viejas a los 10 o 12, momento en que son vendidas para carne.
En Mendata dicen que la oveja tiene crías desde los dos hasta los ocho años y el máximo provecho de ella se obtiene entre los tres y los siete. A partir de los ocho se hace vieja, ''ardi zaarra, '', y necesita comer más. En casa del informante se quitaban cuando tenían ocho años.
En el Valle de Zuya (A) si las ovejas eran buenas las conservaban hasta la edad de diez años, siendo lo normal que se mantuviesen hasta los ocho. En Triano (B) hasta los diez u once años, pero ya son consideradas viejas. La edad óptima es entre los cuatro y cinco años. A partir de los ocho comenzaban a cambiarlas.
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