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Ovejas1

204 bytes añadidos, 14:46 9 jul 2019
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En el entorno del Anboto (B) reconocen que la mayoría de los partos transcurren sin problemas por lo que los pastores no tienen que intervenir. Sólo en un pequeño porcentaje se ven obligados a ayudar, bien porque el cordero es demasiado grande, porque se trata de un parto de gemelos que presenta dificultades o porque el cordero viene de nalgas. En este último caso el pastor introduce su mano y le da vuelta hasta ponerlo en la posición adecuada. Si llegado el parto ocurre algo que no puede solucionar avisa al veterinario. A veces tras parir dan a la oveja un vaso de vino para que recupere fuerzas.
[[File:FIGURA3.png95 Parto de una oveja. Egino (A) 1991.jpg|RTENOTITLE_FIGURAcenter|500px|Parto de una oveja. Egino (A), 1991. Fuente: Galparsoro, Ainhoa. “Artzantzaz artzain familia batekin” in I. Gerriko idazlan sariketa. Gasteiz, Goiherriko Euskal Eskola, 1991.]]
En Eugi (N) cuando el cordero no venía en la posición adecuada, el pastor tras limpiarse bien las manos y untarlas con aceite trataba de colocarlo bien y sacarlo mientras otra persona mantenía la oveja en pie.
En Roncal los únicos cuidados que prodigaban a las paridas era procurarles los mejores pastos. Las que parían al atardecer o por la noche se llevaban al día siguiente a pastos limpios, sin patear, y con buena hierba; a esta actividad se le llamaba la ''campadera''.
En otros tiempos, cuando las ovejas recién paridas no ''escusaban'', esto es, no expulsaban las secundinas, en Carranza se les preparaba el siguiente remedio: se recolectaban ''cogitianes ''o amentos de avellano y ''almuérdagos'', muérdago, y juntos se cocían en agua. Una vez preparada la cocción se les daba a beber templada. Después se les hacía un masaje con una mano por la parte izquierda de la tripa y con la otra por la derecha, para que reaccionasen.
En Moreda (A) para que las ovejas y cabras echasen las ''malas ''tras el parto sin ningún tipo de problema se utilizaban unas hierbas denominadas ''raederas. ''. Se trata de unas plantas rastreras con forma de granos de arroz. Se cocían y se les echaba aceite y sal. Los mismos pastores elaboraban este brebaje y recuerdan que tenían que tener cuidado con la dosis porque si se les sumistraba en exceso corrían el riesgo de morir. En Ataun (G) contaban que muchas veces la causa de los partos infecciosos, ''umetegiko gai- tzakgaitzak'', solía ser atribuida al carnero. Recordaban que a principios de los años cuarenta en un rebaño hubo 60 corderos muertos a consecuencia de este problema. Si a raíz del parto la oveja no podía expulsar las secundinas le daban de beber el agua de cocción de ''aitzeko garoa ''en dos tandas, alrededor de medio litro cada vez. También le administraban agua de cocción de muérdago, siendo preferido el que crecía en avellano; agua de cocción de ceniza de fogón o agua de cocción de cola de bacalao. Si después de un parto dificultoso había temor de ''pasmo'', solían darle de beber agua de cocción de ''pasmabelar ''con mezcla de aceite. Algunos, aun en partos normales, tenían la costumbre de darle agua de cocción de ''pasmabelar gorria''. Siempre que notaban algún malestar relacionado con esta enfermedad le daban una lavativa con agua de malvas y ''pasmabelar''.
En Ernio cuando tenían problemas para expulsar la placenta, ''karena'', antiguamente les daban también el líquido resultante de la cocción de ''pasmo-belarra''. Hoy en día suelen pedir ayuda al veterinario y éste les receta un producto farmacéutico que el pastor mismo inyecta al animal.
En relación con este problema también se ha constatado una práctica de naturaleza creenc ialcreencial. En la Merindad de Tudela (N) cuando una oveja no podía expulsar la placenta el pastor tomaba dos palitos de tallo de esparraguera silvestre y los colocaba en la parte posterior del lomo del animal formando una cruz y con la lana que había tenido que separar para colocar los palitos, formaba otra cruz que sujetaba a la anterior<ref>Pedro ARELLANO. «Folklore de la Merindad de Tudela» in AEF, XII-XIII (1932-1933) p. 200.</ref>.
En Moreda a las ovejas que se les sale la matriz tras el parto se les introduce con las manos. Unas mueren a consecuencia de ello y otras se salvan. En caso de que a una se le haya metido en dos ocasiones y se le vuelva a salir, se dice que es mejor sacrificarla. Para introducírsela se pone a la oveja con las patas hacia arriba y mientras uno la sujeta otro se la introduce con las manos.
En Orozko dicen que algunas ovejas de raza lacha siguen dando crías con 14 años, pero lo común es que se consideren viejas a los 10 o 12, momento en que son vendidas para carne.
En Mendata dicen que la oveja tiene crías desde los dos hasta los ocho años y el máximo provecho de ella se obtiene entre los tres y los siete. A partir de los ocho se hace vieja, ''ardi zaarra, '', y necesita comer más. En casa del informante se quitaban cuando tenían ocho años.
En el Valle de Zuya (A) si las ovejas eran buenas las conservaban hasta la edad de diez años, siendo lo normal que se mantuviesen hasta los ocho. En Triano (B) hasta los diez u once años, pero ya son consideradas viejas. La edad óptima es entre los cuatro y cinco años. A partir de los ocho comenzaban a cambiarlas.
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