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Precio de la renta y su fijacion

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En localidades navarras y alavesas ha sido común la explotación de las tierras ''a medias ''entre propietario e inquilino, como queda consignado en los testimonios recogidos a continuación.
[[File:FIGURA8.png402 Sentencia de acceso a la propiedad de un arrendatario.jpg|RTENOTITLE_FIGURAcenter|500px|Sentencia de acceso a la propiedad de un arrendatario. Fuente: Segundo Oar-Arteta (Ismael Oar-Arteta), Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Agurain (A) en la aparcería el propietario aporta la tierra y el aparcero el trabajo y lo demás. Los abonos y semillas se pagan a medias y los beneficios netos son también a medias.
A comienzos del decenio de los ochenta cuando el cultivo del espárrago se extendió del secano al regadío y se trabajaban muchas más tierras, se introdujo cierto grado de mecanización y las condiciones del compromiso se modificaron. El propietario de la tierra era quien cuidaba la esparraguera durante el año y los recolectores tan solo se necesitaban para la recogida. El trato solía ser un 40 % para el propietario y un 60 % para el recolector.
En San Martín de Unx (N) antiguamente abundó la explotación ''a medias'', que consistía en que el propietario contribuía con el abono y la simiente, y el rentero ponía su trabajo y el transporte de la cosecha hasta la casa del dueño. Todavía a comienzos del decenio de 1960 como apenas había viñedo comunal la gente baja vivía de ser ''medieros'', lo que consistía en que el ''mediero ''ponía su trabajo y el resto (sulfato, aperos, etc.), junto con la viña, lo aportaba el propietario. La uva se entregaba en la bodega a nombre del amo y allí mismo se hacía la división del producto. En esa época eran ''medieros ''sin propiedad 35 vecinos<ref>Salvador MENSUA, . ''La Navarra Media Oriental'', op. cit.Zaragoza: 1960, p. 145. Ver la nota 43 del Capítulo I.</ref>.
En Viana (N) muchos terratenientes, sobre todo los que abandonaron la localidad a partir del siglo XIX, arrendaban sus tierras a los llamados ''medieros'', estos debían dar las diversas labores a las tierras y recoger el fruto, que se repartía a medias. En algunos casos el amo ponía el abono, en otros lo hacían a medias. Los contratos pueden ser muy variados, pues dependen de la calidad de la tierra, de si es viña o cereal y de otras circunstancias. Caso especial es la viña, pues al ser este producto tan rentable, por la denominación de origen Rioja, el ''mediero ''se lleva actualmente el 50 % del fruto, incluso el 60 %. La contribución la paga siempre el amo.
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