127 728
ediciones
Cambios
sin resumen de edición
Normalmente es el sacerdote que ha acudido a atender al enfermo quien recita las oraciones del ritual propias de esta situación, respondiéndole los familiares y vecinos presentes. Pero si el cura se encuentra ausente porque la agonía se presenta de improviso o porque se prolonga excesivamente, entonces es una persona allegada al enfermo la que desempeña tal función.
En Bernedo, Narvaja (A) y Carranza (B) se encargaba en esas circunstancias una mujer, bien de la casa o de la vecindad. En San Román de San Millán (A), si no se hallaban disponibles el sacerdote y el sacristán, también participaba una mujer y lo mismo sucedía en Bermeo '''(B) '''en donde una integrante femenina de la casa o de la vecindad se encargaba de asperjar al enfermo con agua bendita y rezar algunas oraciones.
En los caseríos de Amezketa (G) era uno de la familia quien presidía la oración, mientras que en la zona urbana asistía siempre el sacerdote. Antiguamente el sacristán estaba presente en todos los rezos de agonía.
En Goizueta (N) si el sacerdote no se hallaba presente dirigía las oraciones cualquiera de la casa; también desempeñaba un papel importante la serora ya que conocía las oraciones y las costumbres relativas a esta situación.
En Ribera Alta (A) desempeñaba este papel alguien del pueblo que fuese seminarista o que se caracterizase por su cultura, su buen hacer o su bondad y carácter servicial.
En Soscaño (Carranza B) si se creía que el cura no llegaría a tiempo, una persona, la más distinguida por su piedad y experiencia, salía de entre los concurrentes, que eran casi todos los vecinos, y hacía la recomendación del alma, derramaba agua bendita sobre la cama, pronunciaba a los oídos del moribundo jaculatorias y le animaba y consolaba, presentándole para que 2o lo besara un crucifijo o estampa <nowikiref>* * * AEF, III (1923) p. 1.</nowikiref>.
Durante la agonía uno de los rezos más comunes en el que toman parte familiares y vecinos es el ''Rosario ''(Amézaga de Zuya, Pipaón, Mendiola, Salcedo-A, Abadiano, Durango, Orozko, Zeanuri-B, Ataun, Ezkio, Hondarribia, Getaria, Zerain-G, Eugi, Aria, Monreal, Izurdiaga-N). Una vez finalizado el rezo se pronunciaba la siguiente jaculatoria: ''Jesús, José y María, / asistidme en mi última agonía ''(Carranza, Durango-B).
En Amezketa (G) en la década de los setenta se decidió trasladar los rezos de la agonía de la casa mortuoria a la iglesia; asimismo se decidió entre los vecinos reducir el rosario de quince a cinco misterios. En la actualidad el rosario vespertino, que se reza a diario en la iglesia, se dedica a los vecinos enfermos.
Otras oraciones rezadas comúnmente en este trance han sido la ''Letanía de los Santos ''(Berganzo, Bernedo, Mendiola-A, Orozko-B, Mélida N) y la ''Letanía de la Virgen ''(Mendiola-A, Durango, Orozko-B, Beasain, Ataun, Zerain-G, Ezkurra-N, Sara-L). Estas letanías recibían en euskera el nombre de ''kirieleisonak ''(Beasain, Oiartzun-G, Zeanuri-B).
En Bedia (B) si alguien conocía la letanía de los santos se rezaba ésta y si no la lauretana, pero se consideraba que la primera tenía una virtud especial. Se rezaba también a los santos, en especial a San José<ref>AEF, III (1923) p. 13.</ref>.
También se rezan otras oraciones comunes como el Credo, ''Sinisten dut; ''Yo pecador, ''Ni pekatari; ''Señor mío Jesucristo, ''Jesukristo nire jauna; ''Dios te Salve María, ''Agur Erregina; ''además del Padre Nuestro, ''Aita gurea ''y Ave María, ''Agur Maria. ''En Aoiz, Monreal y Viana N se decían jaculatorias y en Berganzo ''y ''Ribera Alta se recitaban salmos.
También era habitual servirse en estas situaciones de las oraciones ''y ''preces que contenían los devocionarios y otros libros piadosos. Una de estas oraciones era precisamente la ''Recomendación del alma ''(Apodaca, Berganzo, Bernedo, Mendiola, Narvaja, Pipaón, Ribera Alta, San Román de San Millán-A, Durango, Zeanuri-B, Beasain, Elosua-G, Aoiz, Eugi, Izal, Monreal-N).
Tras los rezos de la recomendación del alma se acercaba a los labios del enfermo un crucifijo para que éste lo besara (Orozko, Zeanuri-B, Ziga-Baztan-N, Liginaga-Z).
También era costumbre poner al enfermo un escapulario o estampas bajo la almohada, o bien prenderle de la ropa, con un imperdible, reliquias de santos (Apodaca-A). = iLLT7ECl) 'LOBEAN DA GOENEAN ESATECO = }IInT'Z,-RZIJGUIDAC. jauna, nere eriotzco ordua eldu da: carga onekin bizitza artu nu- en, eriotzaren zorrarekin pagatze- co mundu ontara etorri nitzan. Zu, Cristo nerea, Jauna izanic, zure ser- bitzaria pauso ontatic atzeratu etze- din, Gurutze batean ill ziñan; zure borondatea bete bedi: ill nadi ni; . baña justuen eriotzarekin ill nadilla. Nere Jainco ta Jabea bizi dala. eta aimbeste etsaic pertseguitu duten, eta aimbest.e pena ta larri- tasun igaro dituen nere gorputz au, bear dan demboran piztuco dala, badakit. nbeagoagatic nere gorputz illeor au uzten d.et: ordua da, nere Fig. 8. Oración de agonía. 1907.
<div align="right">[[La_agonia._Hiltamua|'''↵''' Volver al apartado principal]]</div>
{{DISPLAYTITLE: Rezos durante la agonía. Agoniako otoitzak}} {{#bookTitle:Ritos funerarios Funerarios en Vasconia | Ritos_funerarios_en_vasconia}}