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Proteccion contra plagas

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El topo, ''satorra'', (''azpitikoa ''en Zeanuri-B) es perjudicial para las hortalizas porque hacen galerías subterráneas y levantan la tierra. Para cazarlos, tanto antes como ahora, hay que vigilar atentamente el agujero por donde afloran a la superficie y en cuanto lo hacen, propinarles un buen golpe con la azada. Suelen asomarse a unas horas fijas. Lo habitual es poner veneno en el agujero, al que genéricamente se refieren como ''botikie'', botica (Ajangiz, Ajuria-B).
[[File:8.407 Sator-zuloak.JPG|framecenter|600px|Sator-zuloak. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]
En Gautegiz Arteaga (B) han consignado que los topos se alimentan de lombrices, ''harrak ''y se han recogido varios métodos para cazarlos. Antiguamente, se vigilaban al amanecer y al anochecer los agujeros por donde asomaba y con una azada se trataba de darles el golpe de gracia. Un método posterior consistió en enganchar una manguera al tubo de escape del tractor e introducirlo en el agujero poniendo en marcha el motor para acabar con el animal. También se ha practicado el cortar lombrices y mezclar los trozos con veneno para que los coman. Hoy día colocan unos alambres duros de ½ metro aproximadamente de altura clavados en el suelo y en la parte superior insertan botellas de plástico invertidas. Cuando el topo hurga en la tierra entra en contacto con el alambre, la botella tintinea, le asusta y huye. Un último procedimiento es poner junto a los sembrados unas plantas denominadas tártago (''Euphorbia lathyris'') que ahuyentan a los topos. Los informantes piensan que ningún método es eficaz, porque el topo sigue haciendo su labor.
En Iruña de Oca (A) anotan que al estar el suelo minado por las galerías que hacen los topos, al regar, el agua desaparece; los sembrados se levantan y aparecen montones de tierra. Para hacerlos desaparecer se recurre a la observación y a la espera de ver moverse la tierra ya que los topos la levantan siempre en horas fijas: a las 7 de la mañana y al mediodía. En ese momento se le da un fuerte golpe con la azada se le saca fuera y se le mata. Otra forma de ahuyentarlos era meter una rama de topera en el agujero; dicen que ya no volvían a aparecer.
[[File:8.408 Topo atrapado en una trampa.JPG|framecenter|600px|Topo atrapado en una trampa. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.|class=nofilter]]
Los informantes de Treviño y La Puebla de Arganzón (A) señalan que el topo saca la tierra dos veces al día a una hora fija y otras dos veces en horas que no son fijas. Cuando el topo mueve la tierra, si el hortelano está al acecho, le da un golpe con la azada y lo mata. Hay quien le pega un tiro con la escopeta. Otra técnica para ahuyentarlos consiste en plantar en las huertas la planta llamada estramonio que los hace desaparecer.
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