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En algunas localidades se ha podido constatar la tradición de ofrendar cereales en épocas pasadas. Así, en determinados valles navarros se llevaba a la iglesia trigo en sacos. También en Arrona (G), a comienzos de siglo, tres muchachas portaban sendos sacos de trigo como ofrenda<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid, 1935, p. 204.</ref>. En Allo (N) se dejaba un óbolo voluntario en forma de trigo y lo depositaban a la puerta del templo formando un montón.
En nuestras encuestas se ha recogido la vigencia de la ofrenda del pan ritual que se fue desvaneciendo paulatinamente en unos lugares y otros. Este periodo va desde finales del siglo pasado (año 1880) en que se dejó de ofrendar en Otxagabia (N) hasta la década de los setenta en que desaparecieron los últimos vestigios en Aramaio (A) y Obanos (N). [[File:7.174 Fuesas con ofrendas de trigo el Dia de Almas. Obanos (N) 1972.jpg|center|600px|Fuesas con ofrendas de trigo el Día de Almas. Obanos (N), 1972. Fuente: José Ibáñez, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Durango (B) se había perdido la tradición para los años treinta y en Zeanuri (B) perduró hasta esa década. En Liginaga (Z), Barandiarán constató en los años cuarenta que hacía ya algún tiempo se había desvanecido la costumbre de ofrendar pan. La guerra civil de 1936 y la postguerra trajeron dificultades para la obtención de harina por lo que en algunas localidades como Zerain (G) y Lekunberri (N) se acordó sustituirla por una cantidad de dinero equivalente. Sin embargo, en la localidad navarra mantuvieron el rito y llevaban el mismo bollo duro durante todo el año.
En Abaurrea Baja (N), en el año 1970, todavía se conservaba un banco cuyo respaldo tenía en uno de sus extremos una especie de bandeja de forma circular que era precisamente el lugar donde se depositaban las ofrendas de pan.