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La siguiente modalidad de salto constituye en cierto modo una transición entre los juegos en que sólo interviene un ''burro y ''aquéllos en los que participa un equipo de niños agachados. Está muy extendida geográficamente y en muchos lugares en los que se practica es conocida como « (Al) burro seguido» (Laguardia, Maestu, Mendiola, Narvaja, Salcedo, Salinas, SalvatierraA, Bilbao, Galdames-B, Beasain-G, Obanos-N). Se desarrolla en grupo y consiste básicamente en brincar por encima del resto de compañeros, que dispuestos con la espalda doblada hacen de ''burros'', y ''a su vez ser saltado por todos ellos.
Además de este nombre recibe otros muchos: «Burrico seguido» en Izarra (A) o simplemente « (Al) burro» (Mendiola-A, Eugi, Artajona-N); «''Astoka''» (Elgoibar, Elosua-G); «''Asto-astoka''» (Zeanuri-B); «Saltar el burro» (Pipaón-A); «Salto del burro» (Apodaca-A); «Salto del potro» (Moreda-A); «Burro corrido» (Vitoria-A, Galdames-B); «''Primoka''» (Altzai-Ip), «''Saltomatxin''» (Garagarza- Arrasate-G), «A saltagatos» (Lezaun-N); «Correcalles» (Aoiz y Eugi-N); «Curricalles» en Murchante (N) donde también se denomina «Al cero carreta»; «Pasacalles» (Aria-N); «El correcaminos» (San Martín de Unx-N); «Al cero» en Carranza (B) y «Al cero a lo seguido» en Durango y Amorebieta-Etxano (B); «Pasaje-montaje» (Apellániz-A); «María subiré» (Amézaga de Zuya-A); «A la bandolera» (Bernedo-A); «El quita y pon» (Allo-N); e incluso según algunos informantes de Salinas de Añana (A), «Chorro-borro».
En la mayoría de las localidades en que se ha recogido este juego, inicialmente sólo se agacha uno de los niños para hacer de ''burro. ''Los demás se disponen en fila. El primero de la misma, si es necesario tras tomar carrerilla, salta apoyando las manos sobre la espalda del ''burro y ''con las piernas separadas para no golpearle. A continuación se aleja una cierta distancia y se inclina adoptando la misma postura que él. El segundo de la cola pasa por encima de estos dos y después se agacha. Así hasta que no queda nadie por intentarlo. Entonces el niño que permanecía inclinado desde el principio se incorpora y comienza a saltar sobre los demás. Le sigue el segundo de los agachados, es decir, el que inició la primera tanda. Y así se continúa, teniendo en cuenta que el juego no tiene fin y que sólo se concluye cuando los participantes se aburren o cansan.
Esta diversión apenas muestra variaciones. En Portugalete (B) los niños la inician saltando sin un turno preestablecido. En Elosua (G) si el saltador se caía o se tropezaba perdía y quedaba excluido del juego. Actualmente en Murchante (N) los más jóvenes, al efectuar el ejercicio, enuncian marcas de coches, colores o cualquier retahíla de cosas que le venga en gana al líder.
En Apellániz (A), Carranza, Lezama (B) y Beasain (G) se ha recogido un procedimiento de iniciarlo ligeramente distinto al anterior. Todos los niños situados en fila y a una distancia prudencial unos de otros se inclinan haciendo de ''burros, '', menos uno que salta por encima de ellos. Cuando acaba de pasar sobre todos, se inclina también. Entre tanto, el primero de la hilera de los agachados, sobre el que ya había saltado, brinca a su vez sobre los demás mientras aún sigue haciéndolo el primero. Detrás de él va otro y así todos.
Se le imprime a veces gran velocidad, empezando cada jugador a pasar sobre los otros en cuanto ha sido superado por el último, por lo que coinciden saltando casi la mitad de los participantes.
En ocasiones, los chiquillos de Lezama (B) lo complican colocándose un niño sobre otro de modo que el saltador deba redoblar su esfuerzo.
En Aria (N) tras saltar el primer niño sobre todos los agachados se inclinaba también, pero menos que los anteriores. A medida que saltaban unos sobre otros y volvían a hacer de ''burros ''se iban incorporando cada vez más hasta que en la última vuelta llegaban a estar casi de pie. Hoy en día se ha sustituido por la forma más común en la que los agachados no varían la altura durante el juego.
En Beasain (G) los más habilidosos, según ejecutaban el salto, propinaban al burro con el talón una coz en las nalgas.
En Vitoria (A) practicaban dos modalidades: una idéntica a la descrita en primer lugar y la otra similar a esta última, pero con la peculiaridad de que los niños empezaban a jugar tumbados en el suelo. El último de la fila se levantaba y saltaba sobre sus compañeros. Cuando lo había hecho sobre todos se colocaba seguido, pero a gatas, para incrementar ligeramente la dificultad. A medida que los demás brincaban sobre él iban adoptando la misma postura y a cada tanda de saltos se incorporaban un poco más hasta que terminaban colocándose totalmente de pie. Entonces los más pequeños que eran incapaces de superar esta altura, se retiraban del juego.
Esta pequeña diferencia en el inicio del juego no parece mostrar una correlación geográfica o de otra naturaleza y tampoco afecta a su desarrollo posterior ya que una vez están en acción todos los participantes es de todo punto imposible saber cómo comenzó. Además no siempre se inicia de uno de estos dos modos. En Salcedo (A), por ejemplo, eran cuatro o cinco chavales los que inicialmente se disponían agachados uno cada dos metros y cruzados en su posición, unos mirando a un lado y otros al otro. Los demás iban saltando y se ponían de ''burro ''para que a su vez los demás saltaran sobre ellos.
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