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En algunos barrios de Carranza (B), el rezo del rosario lo dirigía el cura de la parroquia que acudía al domicilio mortuorio durante el novenario. En ocasiones lo hacía alguna vecina piadosa. En la casa se colocaba sobre una mesita un crucifijo y dos velas. Los barrios de Presa y Villanueva de Presa de este Valle mantienen vigente la costumbre de reunirse los vecinos en la casa del fallecido para el rezo del rosario; el día del novenario que coincide en domingo o festivo, este acto tiene lugar en la iglesia después de la misa.
[[File:7.134 Despues de los oficios exequiales. Altzuruku (Z) c. 1945.jpg|center|600px|Después de los oficios exequiales. Altzürükü (Z), c. 1945. Fuente: Veyrin, Philippe. Les Basques. Bayonne, Musée Basque, [1934].|class=nofilter]]
En Durango (B), los vecinos de la Villa que pertenecían al barrio de la Magdalena, rezaban el novenario de rosarios en la ermita de este nombre. En los barrios rurales que tenían ermita, como San Roque y San Andrés, se juntaban en estos recintos para el rezo del rosario. Esta práctica cayó en desuso en la década de los años setenta.
