Cambios

Saltar a: navegación, buscar
sin resumen de edición
Las siguientes versiones se caracterizan porque cumplen estas tres fases: # El lanzador arroja la pieza corta a lo lejos desde un punto determinado. # Un miembro del equipo contrario trata de atraparla al vuelo; si no lo consigue la recoge del suelo y la lanza hacia el punto de partida tratando de atinar al mismo. Si tiene fortuna y acierta, o si ha sido capaz de capturarla según se le acercaba por el aire, ambos equipos intercambian sus papeles. # Si falla, el lanzador del principio la golpea nuevamente en tres ocasiones para alejarla a la mayor distancia posible, la cual se mide a continuación.
:1. El lanzador arroja la pieza corta a lo lejos desde un punto determinado.
:2. Un miembro del equipo contrario trata de atraparla al vuelo; si no lo consigue la recoge del suelo y la lanza hacia el punto de partida tratando de atinar al mismo. Si tiene fortuna y acierta, o si ha sido capaz de capturarla según se le acercaba por el aire, ambos equipos intercambian sus papeles.
En Carranza '''(B) '''se practicaba en los caminos:3. Si falla, durante el otoño. Se trazaba un círculo lanzador del principio la golpea nuevamente en el suelo colocando tres ocasiones para alejarla a la mayor distancia posible, la ''tingla ''en el centro (ver dibujo)cual se mide a continuación. Los participantes se repartían en dos
Tingla En Carranza (B) se practicaba en los caminos, durante el otoño. Se trazaba un círculo en el suelo colocando la ''tingla'' en el centro (ver dibujo). Los participantes se repartían en dos equipos, uno de los cuales se quedaba junto al círculo para iniciar el juego, mientras que el otro se alejaba. Los niños del equipo que jugaba lanzaban la ''tingla'' por turno. El primero en hacerlo la ponía en medio del círculo y antes de golpearla gritaba: «Tingla». Los que permanecían distanciados contestaban: «Venga, que no se detenga». Entonces, con la ayuda del ''palo'', golpeaba la ''tingla'' en uno de los extremos rebajados y al saltar al aire le volvía a atizar para arrojarla lo más lejos posible. Si fallaba tenía otras dos oportunidades.
1 =12-14cm Tras lanzar la ''tingla'' depositaba el ''palo'' en el centro del círculo. Uno de los niños contrarios iba hasta donde había caído, la recogía y la lanzaba hacia el círculo tratando de acertar a dicho ''palo''. Era difícil que lo lograse, pero si lo conseguía eliminaba a todo el equipo y era el suyo el que pasaba a jugar. De no ser así, el que había jugado primero trataba de alejar de nuevo la ''tingla''. Tenía para ello tres oportunidades. Si la ''tingla'' había caído sobre suelo duro, para golpearla repetía los mismos movimientos efectuados con anterioridad dentro del círculo; si estaba sobre barro, introducía el palo por debajo de la misma, pero sin moverla, y luego la elevaba y le sacudía.
_ cm Tras el tercer lanzamiento, este jugador se reunía con sus contrarios e iniciaba un diálogo para determinar la distancia a la que había quedado del círculo. Estos últimos le preguntaban cuántas ''tinglas'' pedía (es decir, qué número de ''tinglas'' dispuestas una tras otra estimaba que había hasta el centro del círculo). El del ''palo'' decía un número y si a éstos les parecía bien se lo «daban». Esos eran precisamente los tantos que conseguía el equipo que primero había jugado. Si los contrarios opinaban que no había tal número entonces las dos partes procedían a la comprobación. Para ello utilizaban el ''palo'', cuya longitud era un número exacto de ''tinglas''. La medición solía ser reñida y en ocasiones la repetían varias veces hasta llegar a un acuerdo.
o >1rn Si por ejemplo el niño había pedido 150 ''tinglas'' y salían 140, todo su equipo perdía y pasaba a relevarlo el otro. Si por el contrario salían 160, el primer grupo ganaba las 150 ''tinglas'' y seguía jugando, para lo cual el segundo chico en el turno repetía el mismo proceso. Si todos los miembros de un grupo participaban sin perder, volvían a empezar de nuevo.
A la hora de hacer las mediciones, se denominaba ''tingla'' a la longitud de esta pieza, ''media'' a la de su mitad y ''punta'' a la del extremo rebajado. La ''tingla'' se ''desbarbaba'' a consecuencia de los golpes, es decir, le salían pequeñas astillas. Las comprobaciones eran tan disputadas que a veces se decidía un juego por una sola ''barba'', o lo que es lo mismo, por la longitud de una de estas astillas.
''Palo ''
Fig. 131. Elementos del juego de la tingla. Carranza (B).
equipos, uno de los cuales se quedaba junto al círculo para iniciar el juego, mientras que el otro se alejaba. Los niños del equipo que jugaba lanzaban la ''tingla ''por turno. El primero en hacerlo la ponía en medio del círculo y antes de golpearla gritaba: «Tingla». Los que permanecían distanciados contestaban: «Venga, que no se detenga». Entonces, con la ayuda del ''palo, ''golpeaba la ''tingla ''en uno de los extremos reba-
jados y al saltar al aire le volvía a atizar para arrojarla lo más lejos posible. Si fallaba tenía otras dos oportunidades.
 
Tras lanzar la ''tingla ''depositaba el ''palo ''en el centro del círculo. Uno de los niños contrarios iba hasta donde había caído, la recogía y la lanzaba hacia el círculo tratando de acertar a dicho ''palo. ''Era difícil que lo lograse, pero si lo conseguía eliminaba a todo el equipo y era el suyo el que pasaba a jugar. De no ser así, el que había
 
jugado primero trataba de alejar de nuevo la ''tingla. ''Tenía para ello tres oportunidades. Si la ''tingla ''había caído sobre suelo duro, para gol-
 
pearla repetía los mismos movimientos efectuados con anterioridad dentro del círculo; si estaba sobre barro, introducía el palo por debajo de JUEGOS DE LANZAMIENTO la misma, pero sin moverla, y luego la elevaba y le sacudía.
 
Tras el tercer lanzamiento, este jugador se reunía con sus contrarios e iniciaba un diálogo para determinar la distancia a la que había quedado del círculo. Estos últimos le preguntaban cuántas ''tinglas ''pedía (es decir, qué número de ''tinglas ''dispuestas una tras otra estimaba que ha-
 
bía hasta el centro del círculo). El del ''palo ''decía un número y si a éstos les parecía bien se lo «daban». Esos eran precisamente los tantos que conseguía el equipo que primero había jugado. Si los contrarios opinaban que no había tal número entonces las dos partes procedían a la comprobación. Para ello utilizaban el ''palo, ''cuya longitud era un número exacto de ''tinglas. ''La medición solía ser reñida y en ocasiones la repetían varias veces hasta llegar a un acuerdo.
 
Si por ejemplo el niño había pedido 150 ''tinglas ''y salían 140, todo su equipo perdía y pasaba a relevarlo el otro. Si por el contrario salían 160, el primer grupo ganaba las 150 ''tinglas ''y seguía jugando, para lo cual el segundo chico en el turno repetía el mismo proceso. Si todos los miembros de un grupo participaban sin perder, volvían a empezar de nuevo.
 
A la hora de hacer las mediciones, se denominaba ''tingla ''a la longitud de esta pieza, ''media ''a la de su mitad y ''punta ''a la del extremo rebajado. La ''tingla ''se ''desbarbaba ''a consecuencia de los golpes, es decir, le salían pequeñas astillas. Las comprobaciones eran tan disputadas que a veces se decidía un juego por una sola ''barba, ''o lo que es lo mismo, por la longitud de una de estas astillas.
El juego hasta aquí descrito se ha recogido en el barrio carranzano de Paules. En otro barrio, Ahedo, se le conocía como ''«La tínguila» y ''presentaba ligeras variantes que se describen a continuación.
127 728
ediciones