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Modalidades de juegos con cromos

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Hemos recogido diversas formas de jugar con cromos<ref name="ftn2">Para otros juegos con cromos y tapas de las cajas de cerillas véase también el apartado «Lanzamiento “Lanzamiento de tapas de cajas de cerillas, cromos y cartetas» cartetas” en el capítulo ''Juegos de lanzamiento. ''.</ref> </sup>existiendo entre ellas una diferencia    Fig. 158. Neskak kromoka. Zerain (G), 1989.  significativa consistente en que en unos juegos de lo que se trata es de voltear los cromos, generalmente pequeños y de poco peso, y son practicados preferentemente por las niñas. En otros, por el contrario, la finalidad del juego es dejar caer los cromos para que toquen o monten los de otros compañeros; se juega generalmente con cromos más pesados, cartas, recortes de ca- jas cajas o tapas de cajas de cerillas y los juegos son ejecutados tanto por niños como por niñas.
Existen otras variantes de menor arraigo que van desde utilizar los cromos para lanzarlos hasta servirse de ellos para juegos de azar, a veces con ayuda de un dado o una peonza.
== A ''voltearlos ''==
En esta modalidad de juego los cromos se colocan boca abajo, sin que se les vea el santo o figura, sobre una superficie plana, suelo o mesa. Cada niña aporta uno al corro, formando montón unos sobre otros y por sorteo se decide el orden de intervención en el juego. La primera jugadora, con la palma de la mano ahuecada da un golpe a los cromos y la alza rápidamente para que se haga el vacío. Guarda para sí aquéllos que hayan sido volteados, de aquí el nombre del juego, y pasa el turno a la siguiente. También pasa la vez a otra jugadora si después de dar la palmada no consiguiera voltear ningún cromo. Cuando no queden cromos sobre la mesa, cada participante volverá a colocar uno y se repite el proceso. Como es lógico, tiene más probabilidades de ganar cromos la primera jugadora y esta posibilidad crece cuando el número de cromos es mayor. (Laguardia, ValdegovíaA; Durango, Galdames, Lezama, Portugalete donde se denomina «A dar», Muskiz-B; Elgoibar, Hondarribia, Zerain-G; Aoiz, Arraioz, Garde, Lekunberri, Lezaun, Monreal, Obanos, Sangüesa-N).
{| style="border-spacing:0;margin:auto;width:10.31cm;"|- style="border:none;padding-top:0cm;padding-bottom:0cm;padding-left:5.046cm;padding-right:5.225cm;"|| JUEGOS INFANTILES EN VASGONIA |-|}En esta modalidad de juego los cromos se colocan boca abajo, sin que se les vea el santo o figura, sobre una superficie plana, suelo o mesa. Cada niña aporta uno al corro, formando montón unos sobre otros y por sorteo se decide el orden de intervención en el juego. La primera jugadora, con la palma de la mano ahuecada da un golpe a los cromos y la alza rápidamente para que se haga el vacío. Guarda para sí aquéllos que hayan sido volteados, de aquí el nombre del juego, y pasa el turno a la siguiente. También pasa la vez a otra jugadora si después de dar la palmada no consiguiera voltear ningún cromo. Cuando no queden cromos sobre la mesa, cada participante volverá a colocar uno y se repite el proceso. Como es lógico, tiene más probabilidades de ganar cromos la primera jugadora y esta posibilidad crece cuando el número de cromos es mayor. (Laguardia, ValdegovíaA; Durango, Galdames, Lezama, Portugalete donde se denomina «A dar», Muskiz-B; Elgoi- bar, Hondarribia, Zerain-G; Aoiz, Arraioz, Garde, Lekunberri, Lezaun, Monreal, Obanos, Sangüesa-N).  Una pequeña variante consiste en que la jugadora insista siempre que logre voltear algún cromo cada vez, pudiendo de esta manera sacar todos los cromos si tiene la habilidad y suerte de no fallar, sin dar opción a sus compañeras.  (Narvaja-A).
En Bermeo (B), la jugadora a quien no correspondiera su turno, elegía un cromo muy vasto y pesado para que fuera más dificil voltearlo pero colocaba uno de los más ligeros en caso contrario. Era muy común utilizar los cromos más viejos cuando se consideraba que se podía perder.
En Moreda (A), hay ''renque ''de jugadoras y en cada turno se pone un cromo por jugadora. En Zerain (G) comienza el juego cuando alguien lo propone, e inmediatamente las demás pedirán el turno diciendo: «pri», «se», «ter», y así sucesivamente.
En Muskiz (B) al comenzar el juego, echan a suertes para ver quién lo hace en primer lugar; para ello una de las jugadoras esconde un cromo en el puño que la otra tratará de acertar en qué mano se oculta. Participan generalmente dos niñas, que acuerdan jugar a un número determinado de cromos, sin pasar habitualmente de seis. Se dice que una de las participantes está ''apeluchada ''cuando se queda sin cromos.
En Izurdiaga (N) las niñas, antes de comenzar el juego, se ponen de acuerdo sobre el tamaño y la equivalencia de los cromos que se van a jugar. Uno grande puede valer por tres pequeños, uno de purpurina puede ser equivalente a uno grande y varios pequeños, etc.
En Obanos (N) antes de empezar se establecen ciertas reglas: a bonitos, a feos, a grandes, a pequeños. «Rojito vivo que no vale retirarse» dice una niña tocando una prenda de color rojo con el dedo índice. Significa que aunque una jugadora vaya perdiendo no puede retirarse «aunque le pelen» hasta que el resto decida dejar de jugar.
En Durango (B) cuando resultaba dificil dar la vuelta a algún cromo, la jugadora echaba aliento a la palma de la mano, calentándola un poco, luego intentaba voltear el cromo. Esta práctica se consideraba trampa. En Mendiola (A) era preciso repetir la tirada cuando el cromo se pegaba a la mano, lo que se llamaba ''pegote. ''.
En Amézaga de Zuya y Laguardia (A) le llamaban «A santos» ''y ''empleaban para el juego las tapas de las cajas de cerillas.
En Sangüesa (N) consistía en colocar en una superficie plana las ''carpetas, '', cartas de la baraja vueltas, y tratar de volverlas de cara pegándoles con la mano hueca. Cada vez que un participante conseguía voltear alguna podía seguir jugando. Cuando fallaba comenzaba el siguiente.
En Eugi (N) se jugaba tanto por niños como por niñas a una variante denominada «A los cartones». Se usaban unos cartones de colores confeccionados por los propios niños con recortes de cajas. La parte coloreada del cartón se colo- caba boca abajo. Los jugadores chupaban el dedo e intentaban con él dar la vuelta al cartón, de forma que la parte coloreada quedara al descubierto. El que lo conseguía ganaba los cartones. En invierno se jugaba en el interior de las casas; en bajeras o al aire libre, en verano. Se conoce desde los años veinte aproximadamente. Fue sustituido más tarde por los cromos.
En Artajona (N), con cromos, se juega a una variante similar. Cada jugador coloca en el suelo «boca abajo» un número de cromos convenido. Se trata de «volverlos» mediante presión ejercida con la yema del dedo pulgar. El resto es igual que cuando se juega a darles la vuelta con la palma de la mano.
''== A la pared ''==
Esta otra forma de jugar a cromos ha sido también muy común y generalmente la practican niñas. A una altura determinada se hacía una marca en una pared, poste o similar; también se jugaba en las escaleras. Desde la raya o peldaño había que dejar caer los cromos que eran empujados por los dedos pulgar e índice en el caso en que se jugara en una escalera. Tira primeramente una niña y después la otra u otras. La jugadora cuyo cromo, al caer, tocara uno o varios de los cromos de las demás se los apropiaba. Así en Amorebieta Etxano, Durango, Muskiz (B) y Ribera Alta (A). En Portugalete (B) a esta modalidad denominan «A la montada».
En Salvatierra (A) se realiza casi siempre con la participación de dos jugadores. Si el juego era «a caras» perdía el cromo aquél que no consiguiera colocarlo en tal posición. Si se trataba de la modalidad «al palmo» ganaba el que conseguía situarlo, al dejarlo caer, a esa distancia de la pared. Siendo «al toque», se iban dejando caer los cromos por los jugadores hasta que uno de los cromos impactara con otro que estuviera en el suelo, y aquél que lo conseguía ganaba todos ellos.
En Valdegovía (A) para esta modalidad se usan preferentemente calendarios de bolsillo, que por ser de cartulina pesan, y resultan por lo tanto más fáciles de dirigir en la caída y hacer que toquen alguno de los del suelo.  == A cartones y txapalankas ==     
''A cartones y txapalankas ''
Es una variedad de juego de cromos recogida en Artajona (N). Las tapas de las cajas de cerillas se agrupaban en dos categorías: las sencillas y seriadas que eran los ''cartones, ''y las de mayor tamaño y más elegantes, llamadas ''txapalankas. ''Estas últimas tenían un valor convencional mayor; al cambio podían equivaler a cinco, diez o más ''cartones. ''
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