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En ocasiones en vez de aplicar única y directamente el casco de cebolla, se prepara con ella y otros ingredientes un emplasto. Así se ha constatado en Amorebieta-Etxano, Bermeo (B) y Beasain (G) donde elaboraban un emplasto con aceite, cebolla picada y jabón virgen que colocaban sobre el divieso; una vez reventado éste, se utilizaba el mismo preparado sin el jabón. En Ribera Alta y Vitoria (A) se han usado remedios similares. En Carranza (B) un ''madurativo'' consistía en calentar un casco de cebolla en el que se vertía un poco de aceite de oliva, otro poco de miel, un trocito de jabón Chimbo, algo de azúcar y cebolla picada. Los ingredientes se revolvían para que se ablandasen y cuando estuviera templado se colocaba sobre el grano.
[[File:5.43 Tipulak ganbaran. Elosua (G) 1983.jpg|center|600px|Tipulak ganbaran. Elosua (G), 1983. Fuente: Miren Goñi, Grupos Etniker Euskalerria.]]
=== Cuajo, gatzagia, y miga de pan ===
En el Valle de Carranza (B) se preparaba una pomada poniendo en una sartén dos cucharadas de aceite en las que se freían siete hojas de hiedra, después se colaba para eliminar las hojas y sin dejar que se enfriase se le echaba un pedacito de cera virgen y se removía bien todo. Cuando se tenía un grano muy ''verde ''se aplicaba sobre él y le “sacaba la porquería”. También se ha utilizado la raíz del malvavisco, que tras machacarla bien se colocaba sobre el grano.
[[File:5.44 Aro.jpg|center|400px|Aro. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.]]
En Zerain (G) para reblandecer granos o bultos purulentos se utilizaba este preparado: en un recipiente se ponía igual cantidad de aceite que de vino, el tallo de ''suge-artoa ''(aro), troceado y un poco de harina. Se mezclaba todo, se cocía lentamente, se sacaba a un paño y se aplicaba sobre el bulto. En Ataun y Zestoa<ref>Telesforo de ARANZADI. “Nombres de plantas en euskera” in ''Revista Internacional de los Estudios Vascos''. Tomo XX. París; San Sebastián: 1929, p. 276.</ref> (G) se extendía una hoja de ''illarrondo-belarra ''(planta semejante al maíz), se ponía a calentar al fuego, se untaba con aceite crudo y se colocaba sobre el divieso, ''itsua'', atándola a continuación. También en Cripán (A) se han servido de raíces de hierba de culebra para madurar los granos.
En Bernedo (A) se usaba el “ungüento curamal” que se hacía mediante la siguiente fórmula: se cocía la segunda corteza del ''sabuco ''(''Sambucus nigra''), campanillas de las paredes (''Umbilicus rupestris''), vino, aceite y cera virgen, que luego se pasaba por un pasapurés y se guardaba. También en Apellániz y Peñacerrada (A) se consideraban muy eficaces las hojas llamadas ''curamales''.
[[File:5.45 Sauco intsusa.jpg|center|400px|Saúco, intsusa. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.]]
En Sangüesa (N) se aplicaba el ungüento casero consistente en freír en aceite, malvavisco, hierba amarilla, flor de saúco, manzanilla y cera virgen para que ligara. Según señalan los informantes “dejaba la pupa limpia, hacía carne y cerraba”. En Ataun (G) se ha recurrido a golpear una hoja de saúco, ''intsusa-ostoa'', y ponerla sobre la hinchazón.