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En Bernedo, Mendiola, Moreda, Valdegovía (A); Carranza (B); Beasain, Bidegoian (G); Aoiz, Eugi, Goizueta, Izal, Lezaun, Murchante y Obanos (N) se ha recogido que para el frío de vejiga es bueno aplicar calor en el bajo vientre, sea mediante bolsas de agua caliente u otro sistema como colocar un paño seco sujeto y bien apretado al vientre (Mendiola).
En Orozko (B) dicen que si la enfermedad de riñón estaba avanzada se preparaban emplastos que consistían en mojar con alc ohol alcohol un trapo y sobre él poner harina de maíz, ''artouruna'', previamente calentada para aplicarlo seguidamente sobre la zona lumbar. Este calor ayudaba a expulsar la orina acumulada y también a liberarse de las piedras de riñón.
En Ataun (G) señalan que era bueno ponerse en la zona de los riñones un emplasto hecho con ''maskulu-belar beltza''; en Tiebas (N) se aplicaban cataplasmas de arcilla caliente; en Otxagabia (N) en los años cuarenta todavía había quienes se ponían boñiga de vaca, caliente, en los riñones sujeta con una faja<ref>José Mª IRIBARREN, ''Retablo de curiosidades: zambullida en el alma popular''. Zaragoza: 1940, p. 241.</ref> y en la Ribera Oriental de Navarra recomiendan darse masajes con un cocimiento a base de esencia de trementina, espliego, alcanfor y romero<ref>Margarita FERNÁNDEZ. “Medicina popular navarra” in ''Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía'', XIV (1997) p. 27.</ref>.
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