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Introduccion Casa y familia en vasconia

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A raíz de la entrada del Estado español en la Comunidad Económica Europea (1986) se produjeron numerosos cambios en el mundo rural que se han agudizado con el más cercano en el tiempo proceso globalizador de los mercados y que han conducido a la desaparición paulatina de la mayoría de las unidades de producción de pequeño formato al no ser rentable su forma de trabajo ni interesantes para las actuales clases de comercio sus producciones. Este fenómeno ha sido común en el ámbito europeo.
Los que han sido capaces de sortear las dificultades han tenido que optar por la especialización y el incremento del tamaño de sus explotaciones. Tanto en unos casos como en otros la casa ya no cumple las funciones de antaño, en el primer caso porque sus moradores ya no se dedican a la actividad agraria, en el segundo porque se han visto obligados a sacar de la casa los animales y otros elementos de trabajo, y construir naves de mayores dimensiones<ref>Además de las transiciones en el régimen de vida agrícola-ganadero que se describen en los capítulos de esta obra, las mismas<br/> serán tratadas en profundidad en el próximo volumen del Atlas etnográfico que estará dedicado a la agricultura en Vasconia.</ref>&nbsp;.
Perdida la función para la que fueron edificadas, las casas han sufrido un proceso generalizado de restauración adaptándolas a nuevos criterios estéticos y de habitabilidad, en los que una visión más próxima a la vivienda urbana se ha implantado con fuerza.
A la vez se han producido notables cambios en el poblamiento de las áreas rurales. En las últimos tiempos se ha apreciado una vuelta al campo no sólo de personas que emigraron a la ciudad en décadas pasadas sino también de urbanitas que aspiran a vivir en un ambiente más “genuino”, en lugares no contaminados por la industrialización y en zonas menos masificadas.<br/> Muchos construyen edificios que tratan de imitar a los tradicionales caseríos, si bien no deja de ser una idealización de los mismos. Algunos autores califican esto de folclorización:&nbsp;
<cite>Para atender a la demanda del turismo costero en el País Vasco francés los arquitectos como H.<br/> Gordadge inventan el modelo neovasco (chalet a dos aguas blanqueado, carpintería pintada de rojo o verde, falsos entramados, ventanas palomeras, etc.) como modelo folclórico unificado del típico caserío. Se construyen miles de caseríos y hoteles neovascos que, convirtiéndose en modelo de prestigio, sirven de modelo a las nuevas construcciones y restauraciones de todo el ámbito vasco<ref>Iñaki ARZOZ y Andoni ALONSO. “Regreso a la casa del bosque (basetxea)” in Sukil Núm. 4. Iruñea: Ortzadar euskal folklore tal-<br/> dea, 2004</ref></cite>
Pedro Guimón inicia el prólogo a la notable obra de Alfredo Baeschlin ''La arquitectura del caserío vasco'' en la edición de 1929 con esta afirmación:
<cite>La arquitectura popular, más que otra manifestación artística cualquiera, por ser utilitaria, local y adaptada al modo de vivir familiar, constituye con el lenguaje, uno de los signos más distintivos de nacionalidad; sostener lo contrario, es negar las peculiaridades de una raza <ref>Alfredo BAESCHLIN. La arquitectura del caserío vasco. Bilbao: Biblioteca Vascongada Villar, 1968</ref>&nbsp;.</cite>
Al igual que ocurre en los territorios circunvecinos y más alejados, este maridaje se puede seguir observando hoy en día a pesar de ser la vasca una sociedad mayoritariamente urbana y alejada del modo de vida tradicional, del que podría decirse que hoy por hoy tiene ya tan sólo una carácter residual. En un fenómeno aplicable a toda Europa, son muchos los actos en los que la sociedad urbana recurre al modo de vida rural como medio para forjar su propia identidad, desde las numerosas ferias agrícolas a las fiestas patronales donde la gente se viste con los considerados como los trajes tradicionales de origen campesino.
Estudiamos la casa rural tradicional y no nos ceñimos a la construcción que recibe el nombre de caserío y mucho menos al caserío al que hace a menudo referencia la bibliografía. De ahí que se hable preferentemente de casa/etxea y con menor énfasis de caserío/''baserria''.
A pesar de este vacío, en la bibliografía etnográfica sí que se han escrito importantes aportaciones además de los trabajos que se abordaron en los años veinte y principios de los treinta del siglo XX y que se publicaron en los primeros Anuarios de Eusko Folklore. Entre éstas cabe destacar la obra de Leoncio Urabayen ''La casa navarra'' <ref>Leoncio URABAYEN. La casa navarra. Madrid, 1929</ref>&nbsp;, ampliamente citado en este tomo del Atlas, especialmente en los capítulos dedicados a la estructura de la casa. A pesar de estar referido únicamente a Navarra, dada su diversidad geográfica, sus consideraciones son aplicables a todo el territorio.
Son también importantes las distintas aportaciones de Julio Caro Baroja, algunas en el propio Anuario de Eusko Folklore, como la dedicada a la casa de Lesaka, aparte de su gran contribución en cuatro volúmenes, ''La casa en Navarra'' <ref>Julio CARO BAROJA. La casa en Navarra. 4 vol. Pamplona, 1982</ref>&nbsp;.
Victorino Palacios ha publicado en varios tomos con gran profusión de ilustraciones el ''Inventario de arquitectura rural alavesa'' que va completando con el de las distintas cuadrillas alavesas <ref>Victorino PALACIOS. Inventario de arquitectura rural alavesa. Rioja alavesa (1985), Estribaciones del Gorbea (1986), Cantábrica alavesa (1991), Valles altos alaveses (1994), Llanada alavesa (1998), Cuadrilla de Zuia (1998), Cuadrilla de Salvatierra (2002), Cuadrilla de Campezo-Montaña alavesa (2003) y Cuadrilla de Añana (2008).</ref> .
Por último hay que indicar que nos hemos atenido al resultado de materiales de campo concretos, y que el hecho de que no figuren en el texto todas las designaciones de una práctica no indica que se hayan descartado sino que simplemente no se han consignado entre nuestros materiales de información.
=== Advertencias al lector&nbsp; ===
La mención de una localidad en el texto va acompañada de la abreviatura del territorio en el que se emplaza, a saber: (A) {{#map:point:Álava}}, (B) {{#map:point:Bizkaia}}, (G) {{#map:point:Gipuzkoa}}, (N) {{#map:point:Navarra}}, (BN) {{#map:point:Navarra}}, (L) {{#map:point:Baja Navarra}} y (Z) {{#map:point:Zuberoa}}. En algún caso se ha utilizado (Ip) Iparralde para hacer referencia a Vasconia continental. Para ubicar las poblaciones, en este mismo capítulo introductorio se dispone de un mapa de localización geográfica de las poblaciones encuestadas.<br/> Los datos se han consignado en las localidades en que se han verificado, pero, evidentemente, su existencia no se limita a ellas sino que la referencia tiene un carácter indicativo pues el área de su implantación es más extensa.
Esta obra es de carácter etnográfico y no histórico, y tanto los datos relativos a la casa rural tradicional como a la familia que la habita están referidos fundamentalmente a todo el pasado siglo XX y la primera década del actual siglo XXI. En ella se han recogido los hechos pasados sin descuidar las transformaciones más importantes ya operadas o que se observan que se están produciendo y que se desconoce la durabilidad que vayan a tener.
=== Agradecimientos&nbsp; ===
Esta obra ha contado con la ayuda y el patrocinio del {{#map:point:Gobierno Vasco}}, del {{#map:point:Gobierno de Navarra}} y de la {{#map:point:Diputación Foral de Bizkaia}}.
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