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La maduración del queso suele prolongarse varios meses. Es en esta fase cuando adquiere sus características organolépticas propias.
El queso se saca del molde y se coloca en un lugar fresco, sin humedad, sin corrientes de aire que puedan resquebrajarlo y con poca luz. El emplazamiento elegido suele ser la bodega, el desván o la techumbre de la cocina. En Galdames '''(B) '''antiguamente los llevaban a la cueva de Arenaza.
Se prepara un bastidor o estructura con baldas de madera, ''apala, ''y en él se disponen los quesos. Los más recientes se sitúan en las baldas inferiores y progresivamente van subiéndose a las superiores, siendo reemplazados por los que se vayan elaborando.